RadioHumor
https://www.gorkazumeta.com/2014/06/radiohumor.html
Por Javier Cansado
Esta semana, Javier del Pino, director de “A Vivir que son dos días”
en la Cadena SER, ha elogiado con pasión
el papel de Javier Cansado
en su programa, y la trayectoria de este genial humorista en la radio de Prisa. Me ha parecido oportuno rescatar su opinión
sobre el humor en la radio, sus reflexiones en torno a este elemento tan agradecido
como difícil de hacer. El artículo que publicamos a continuación se publicó en su
día en el libro “Estupidiario”, que editó
Aguilar en el año 1999. El texto está plenamente de actualidad.
¿Cómo es el humor en la radio? El humor en la radio es como en cualquier
sitio, pero con la diferencia de que no ves nada. Es inútil poner caras
estrambóticas, hacer muecas graciosísimas o, como dicen los jóvenes, supergraciosas.
La grandeza de la radio reside en el tono y en el contenido. La imagen la pone
el que escucha.
El humor absurdo de Javier Cansado recibe su impronta de su propia personalidad, es un tipo brillante y encantador |
El humor en la radio es muy agradecido y muy
difícil... como la radio en general. La ventaja fundamental de este medio es
que el oyente no necesita poner los cinco sentidos en ella. Tú ‘haces’,
conduces, vigilas, cuidas animales... y mientras ‘haces’, escuchas. Existen
personas que, por deformación televisiva, ponen los cinco sentidos (si en
realidad para ser telespectador hicieran falta los cinco, que eso está por
demostrar) o sea, miran la radio, pero se trata de una perversión. No te ríes
más por ver la radio.
La radio es muy agradecida, insisto. Pensemos en
alguien que debe desarrollar una tarea, ardua o agradable es igual, y de
pronto, desde un cacharro, otro ‘alguien’ le habla y le acompaña. ¡Qué
agradecida es la radio! Ese mismo ‘alguien’ sigue desarrollando una tarea y de
pronto, desde un cacharro, un tercer ‘alguien’ (el regreso) le cuenta cosas
cómicas. ¡Qué agradecido es el humor en radio! Claro que ese ‘alguien’ escucha
cada día, y todos los días se le debe convencer de que lo que se le cuenta es
divertido. ¡Qué difícil es el humor en radio!
Por otra parte es cierto que la exigencia del
radioyente es menor que la del telespectador y mucho menor que la del
espectador teatral. Sólo el cine exige menos comicidad para aceptar el humor.
Una película con cuatro carcajadas es considerada ‘de risa’ (‘Full
Monty’ o ‘Cuatro bodas y un funeral’,
por ejemplo). A la vez también se me figura que la exigencia del
‘radiohaciente’ también es más autocomplaciente que en otros medios.
Con su inseparable Faemino. Juntos son una bomba del humor absurdo, de tanta tradición en España |
En no pocos casos se busca la alegría, el
desenfado, la juerga, y si no se encuentran se aparentan. El tono en radio ha
cambiado enormemente. Es mucho más simpático que hace diez años. Ha dejado en
general de ser solemne. Las voces engoladas y distantes han dejado paso a las
sencillas y cercanas... pero... quizá ha
cambiado todo para no cambiar nada. La risa ha inundado las emisoras. El
contenido cómico, salvo en gloriosas excepciones, es escaso. Los comunicadores
son simpáticos, frescos y se ríen, se ríen mucho. A veces cuando me alejo
espantado de una frecuencia sigo sin comprender de qué se ríen.
Es muy interesante todo lo relativo al contexto.
El caso de los gazapos es paradigmático. La risa surge o bien porque no la
esperas o bien porque la esperas, ¡qué profundo! El chiste que surge del error
lo que hace es trastocar unas ciertas convenciones: lenguaje correcto,
construcción gramatical acertada, compostura... En este caso lo ‘gracioso’ es
lo inesperado, lo aleatorio. Te ríes porque tu expectativa no era reírte
precisamente con un informativo. Sin
embargo ¿qué ocurre cuando esperas que hable el ‘humorista’?, pues lo
contrario, a poco que te guste el cómico, como tu expectativa es la risa,
ocurre lo esperado. ¿Y qué pasa? Nada, no pasa nada, son ocurrencias que tengo.
En resumen, o sea, que el mismo ‘gag’ que produce la risa en lo inesperado es
muy difícil que la produjera en lo
esperado.
Javier Cansado |
¿Y el ‘glamour’ y el prestigio? ¡Ah, no!
¡Olvidémonos! El humor en radio, como en otros medios, lo que ocasiona es un
acercamiento entre emisor y receptor. Y justamente para obtener prestigio y
‘glamour’ lo que se necesita es que el artista, el creador, se mantenga
alejado, ‘en otro plano’ diferente del espectador. No obstante y a pesar de
esta falta de prestigio social es paradójico que la gente anhele expresar su
sentido del humor: en las entrevistas, en las tertulias, en el deporte... Quizá
en el inconsciente colectivo flota que el distanciamiento que aporta el humor
nos hace mejores. Claro que también en ese mismo inconsciente colectivo flota
que cantar bien es síntoma de sensibilidad. ¡No alucinemos!
Cansado, como tantos otros colaboradores, ha hecho grande la SER |
Experiencia
y actualidad
Personalmente en radio me gusta improvisar.
Cuando pienso en las personas que me
escuchan enseguida me canso. Lo único que tengo en cuenta del oyente es su
posible fidelidad. Me planteo que ese oyente anónimo está siempre ahí. Es muy
eficaz por tanto el ‘rolling gag’
(chiste o situación que se repite a menudo) y también las referencias a
programas anteriores.
A lo que cuesta acostumbrarse trabajando en
radio es a la falta de ‘feedback’. Tú
cuentas cosas, pero no sabes lo que ocurre con ellas, cómo son recibidas por la
audiencia. Sólo sabes que estás en el buen camino cuando te suben el sueldo.
Me encanta la radio. En realidad desarrollo una
afición. Es muy frívolo y muy manido decir que trabajo en radio porque me
divierto..., pero es así.
Cuando entro en un estudio de radio, me evado
absolutamente de lo que me rodea, recuerdo un día en ‘La Ventana’ que... ¿es una anécdota?... ¡Sí!... Bueno, pues... en ‘La Ventana’ una tarde después de mi
sección semanal con Javier Sardá,
éste me invitó a seguir en antena entrevistando a mis colegas del ‘Tricicle’ y yo acepté. Estuvimos
charlando y después de un buen rato recordé que debía recoger a mi hija de tres
años de la guardería. Estaba tan relajado que ¡¡me había olvidado de mi hija!!
Les dejé a todos plantados y sin despedirme salí corriendo... ¿y ésta es la
anécdota tan interesante? No sé si interesante, pero sí explicativa de lo que
me ocurre. La directora me esperó con la niña hora y media y además el taxi me
costó cuatro ‘talegos’.
Javier Cansado ha dedicado gran parte de su actividad profesional a la radio, que le entusiasma |
Actualmente en radio se practica con asiduidad
el humor. En todos los programas existen rincones cómicos e incluso atalayas
cómicas. Reconozco que soy bastante corporativo y pienso además que el que no
se dedica al humor es porque no puede... ¡No te pases! Un programa cualquiera
para que me interese debe procurarme por lo menos sonrisas, si no sonrío deja
de interesarme pronto. Me gusta el humor, soy fan de lo que me hace reír. ¡Es
cierto que eres muy corporativo!
Del dial citaré algunas cosas muy fenómenas. Me gustaba
y me gusta en algunos casos oír las reflexiones de Pepín Tree, los informes de Juan Carlos Ortega, los Guiñoles... Y
siempre, siempre, Gomaespuma. Para
mí Juan Luis Calvo y Guillermo Fresa son una alegría. Lo que
me emociona de ellos es que te proponen un mundo propio. Algo, que si logras
sintonizar con ellos, te engancha. Me río con lo que me cuentan, pero más me
río con ellos. Yo querría vivir en ese mundo que proponen.
Publicado en el libro “Estupidiario”, Aguilar, Madrid, 1999