Ciudadano García:“Intento no enfrentarme con los oyentes, salvo que me toquen mucho las narices”

ENTREVISTA A 'CIUDADANO GARCÍA' (II)

Un tipo corriente en las tardes de RNE ¿o no tan corriente?

Continúa…

-La radio se escucha, se siente, se percibe. Y cada oyente es un mundo. En ocasiones, ese juego que os traéis, de aparente bronca entre el equipo, puede que sea percibida muy negativamente y que se desprenda de ella, una percepción de mal rollo entre los oyentes, como cuando Toño se quejó de que no habías utilizado sus preguntas para la entrevista de Gallego y Rey, en noviembre de 2013, y te acusó de ningunearle… Te metes también con los jefes  y hasta con los oyentes (no te das cuenta de que tienes una cámara delante y los gestos te delatan, pero también lo haces directamente, sobre todo en los “29 segundos”). O el aparente mal rollo con Alfredo Menéndez… ¿Dónde está el límite, José Antonio? ¿La autenticidad pasa también por la confrontación?

-Bueno, todo eso es que sale. Estás morcilleando y te metes con unos o con otros. Pero siempre es en plan coña; me hace gracia. Yo creo que todo el que me conoce y conoce el programa sabe que forma parte de la coña.

-Pero la ironía en radio no es eficaz al cien por cien…

-Es verdad que, a veces, hago comentarios contra algo o alguien que, mezclado en esa coña, esconden alguna verdad que sólo sabe interpretar el aludido, y eso sí que me hace mucha gracia. Pero, me llevo muy bien con el Menéndez, el Elguero es muy pintón y el Toño se enfadó un poco, y con razón, porque me escribió un papel con algunas curiosidades que perdí. Pero se vengó: hizo una copia del “Gallego&Rey” que nos habían dibujado y lo rompió en mis narices. Lo hizo muy bien y, por unos momentos, me lo tragué. Fue una broma de las buenas, de las que me gustan, de las que me gustaría hacer a mí.

Ciudadano García con Menéndez,
un enfrentamiento en antena
que es pura pose

-¿Y con los oyentes?

-Con los oyentes intento no enfrentarme, a no ser que me toquen mucho las narices. Me molesta cuando hablas con alguien que se dedica a algo y otro te dice que se borra del programa porque eso es intolerable. Por ejemplo, hablas con el guarda de un parque natural que regula su caza y te llama otro diciendo que somos unos salvajes y que no me quiere oír más porque él quiere mucho a los animales; como si las cuatro horas de programa fueran sobre la caza y contra él. O hablas con alguien sobre el placer de un coctel y te llama otro diciendo que qué hacemos hablando de eso mientras hay gente muriendo en África o gente parada aquí. Hay mucho vaina que se considera el único preocupado del mundo por el mundo. Eso sí me molesta: que me digan lo que tengo o no tengo que hacer en cuatro horas. O que me llamen racista porque han interpretado un comentario como les ha dado la gana. Vamos, me molesta el oyente que no tiene otra cosa que hacer que molestar. Aunque, siendo sincero, tengo que decir que son muy pocos.

-En mayo de 2013, en una entrevista a Ignacio Elguero, en este blog, me atreví a apostar por ti para tramos horarios de mayor responsabilidad. Me alegro, ahora, de haber acertado. Ese “Esto me suena”, edición mini, de las 15:00 a las 16:00 horas, me hipnotizó. Era una inteligente contraprogramación a los programas deportivos de la competencia. Yo, un tipo al que no le interesa lo más mínimo el fútbol, me sentía cómodo escuchándoos… hasta que RNE os cortó por la Eurocopa (¡toma coherencia!). Por eso, coincido ahora en dos de tus postulados: no fútbol, no política. ¿Es una decisión personal, una intuición, una apuesta…?

Agradecimiento a sus primeros
5.000 followers en Twitter

-Es un no hacer lo que todos. El fútbol me gusta, porque me gustan mucho todos los deportes; lo que no me gusta es el tratamiento periodístico que se le da al fútbol. No me interesa cómo se peinan los jugadores, ni si han llegado al aeropuerto, ni si se han casado, ni si se han torcido un pie… no me interesan sus declaraciones de carril… ni los comentarios de carril de los periodistas. Y, sobre todo, me niego a darle más minutos a un deporte que tiene todos los minutos y todo el dinero mientras que otros deportes y otros deportistas no tienen nada, ni minutos ni dinero.

-¿Y los políticos?

-Y los políticos, pues más o menos... Ya salen en todos los sitios, siempre lo van a hacer bien, si se hace algo mal han sido los otros, llevan más guión que yo… y me aburren. He dicho los políticos, no la política. Porque la política es la que luego nos afecta y esa sí que la tratamos, pero desde nuestro punto de vista: la luz, las becas, la ley de tráfico, los hospitales…

-¿No crees en la repetición en la radio de los temas del día?

-Mira, intento tener cuidado con eso. Intento no considerar mi programa como algo único en el día. Si ha habido una noticia por la mañana y la ha tratado Alfredo, y la ha analizado Alfredo, y la ha desmigado Alfredo… y los informativos la han vuelto a tratar, a analizar y a desmigar… no tiene sentido que llegue yo y vuelva a empezar, como si los oyentes fueran tontos y yo el único periodista que tiene que contarlo (otra vez).

-¿No lo ves?

García con Bertín Osborne, de los
pocos famosos que acuden a su
programa. Gente sin complejos...

-En el periodismo hay un error gordo: muchos periodistas creen que las cosas no ocurren si no las “leen” ellos. Yo soy periodista, pero no tengo esa “ansia viva”. Igual soy raro…

-No, permíteme, eres un profesional de este oficio cargado de sentido común. Sin embargo, hay un aspecto con el que mantengo discrepancias. “Esto me suena” nació como un programa antiestrellas, un recinto radiofónico en el que se prestaba atención a los números dos, a aquéllos que nunca tendrían la oportunidad de ocupar la portada de una revista o un periódico. Y la idea me pareció original, en fondo y forma, la verdad. Sin embargo, en su paso a las tardes de RNE, a la gran responsabilidad que supone este tramo horario, mantenéis la misma filosofía de la edición mini y, aunque –ciertamente- de vez en cuando invitáis a algún famoso, pocos (Javier Cámara, Dani Rovira, Ana Duato, etc.) este otro territorio sigue siendo escaso. Modestamente pienso que las tardes de RNE tienen la suficiente entidad como para darle su espacio a estos personajes públicos de primera división. No es de recibo que en los Príncipes de Asturias entrevisteis a la directora de operaciones del hotel Reconquista y no a Antonio Muñoz Molina (al que tuvo, finalmente, Alfredo Menéndez en ’Las Mañanas’). Las tardes de RNE no pueden obviar el primer escenario. Y además, me gustaría asistir a una de tus entrevistas a un personaje de primera división… ¿Qué reflexión te merece este planteamiento?

-Lo primero, como dices, Antonio Muñoz Molina estuvo con Alfredo; no me gusta mejorar sus entrevistas. Lo segundo ¿no te parece interesante la directora de operaciones del Hotel Reconquista?

-Depende, si aporta algo interesante, y lo cuenta bien. No fue el caso, desde luego.

-Yo no huyo de los famosos pero es que muchos de esos famosos sólo aparecen por la radio cuando tienen que vender su libro, su disco o su peli.

Para Ciudadano García es muy importante el equipo

-Absolutamente cierto, José Antonio. Y está bien que se sepa…

-En cuanto que tienen en la mano su producto, su representante llama a la radio y se ofrecen para venir un día concreto que tiene que ser el que ellos dicen y te cuentan que su disco, su peli, o su libro es el mejor que han hecho hasta el momento; el disco, la peli o el libro en el que han puesto todo lo que son. Empiezan en una emisora a primera hora de la mañana y acaban en otra por la noche. Vienen a vender lo suyo pero, incluso, si ya están cansados, pueden aparecer con mala cara y como haciéndote un favor. Luego, dos meses más tarde, no se te ocurra llamarles; están muy liados y es que tú te crees que no tienen otra cosa que hacer que ir a la radio. Y los periodistas nos las comemos con patatas, como cuando vamos a ruedas de prensa en las que no se puede preguntar.

-Pero coincidirás conmigo en que no todos son iguales…

-Es verdad, Gorka, y los hay muy majetes pero, en conjunto, el faranduleo no me interesa. De todas maneras, no me echo atrás con la gente famosa; siempre que a mí me apetezca hablar con ellos… y lo hago bastantes veces (a lo mejor es que no parecen tan famosos cuando vienen a “Esto me suena”).

Continúa…