Entrevista a Javier del Pino (I)
https://www.gorkazumeta.com/2014/06/entrevista-javier-del-pino-i.html?m=0
Director de “A Vivir que son dos días” (SER)
Su
llegada al frente de “A Vivir que son dos días”,
en la SER, provocó mucha expectación,
desde el principio. Es el contenido más leído de este blog dedicado a la radio. Venía avalado por su extraordinaria labor
informativa al frente de la corresponsalía de la cadena SER en Washington. Pero yo tengo la
suerte de conocerle de mucho antes, desde que ambos, poco más o menos, llegamos
a la radio con nuestras ilusiones bajo el brazo, enamorados como estábamos de
este medio maravilloso, capaz de entrometerse en la vida de los oyentes con su
permiso y aquiescencia. Yo sabía que Javier no iba a conformarse con lo que ya
estaba hecho, con lo que otros grandes compañeros habían ofrecido antes en este
programa creado por la recientemente desaparecida Concha
García Campoy. A muchos les sorprendió el giro de 180 grados que dio “A Vivir”
(incluso en algunos despachos de la novena planta de Gran Vía). A mí no. Javier del Pino ha traído aires nuevos
a la radio del fin de semana que, con él, se ha desprendido de su excesiva
dependencia informativa y ha abundado en la cada vez más necesaria evasión inteligente, en la que el entretenimiento predomina en todos los contenidos, como principal envoltorio. El
“A Vivir” de
Javier del Pino me reconcilia con la historia de la radio en España, que nació entretenida, para pasar luego, en los
ochenta, a ser informativa. Con los
años, la radio explotó su condición de canal inmediato de actualidad que, hoy,
internet, le ha robado. Pero la radio, que es capaz de reinventarse a cada
segundo, no ha reflexionado todavía lo suficiente acerca del camino que ha de
tomar de cara al futuro, tras la irrupción de la red, y lo que representa. Ésta
es una de las reflexiones que se hace Javier en esta entrevista que me resulta
deliciosa. Estimularles a leerla es una de mis mejores invitaciones. Disfrútenla.
Javier del Pino, "el hombre tranquilo" |
-¿No
es la primera vez que intentaron traerte a Madrid para asumir la dirección y
presentación de un programa de la casa, no?
-La empresa en la que estoy siempre ha mostrado estima por
mi trabajo y respeto por mis decisiones. No sé si habría podido decir lo mismo
en ninguna otra empresa de comunicación. Digamos que cada cosa tiene su momento
en la vida, y tengo la suerte de haber contado con jefes que lo han entendido.
Y quizá te cueste creerlo, pero soy una persona con muchas inseguridades…
-…me cuesta…
-…pues por eso tiendo a ser un perfeccionista. Por eso no me
gusta hacer el programa fuera del estudio: me encuentro fuera de mi elemento,
sin control sobre el producto. Hacer lo que hago ahora me ha permitido admirar
aún más lo que hacen otros en la radio. Hay muchas cosas de las que no me
siento capaz.
-Pues
estás demostrando, perdóname, que dominas el medio más de lo que podría
pensarse de un profesional procedente de informativos… ¿Por qué dijiste que sí
al ‘A Vivir’? ¿Qué había en la oferta, en el reto, que te atraía?
Un profesional de la casa |
-Hubo una serie de elementos que se alinearon para crear una
tormenta perfecta, en sentido
positivo. En el terreno profesional, yo sabía que por su horario “A
Vivir que son dos días” era un espacio perfecto para experimentar. Es un programa
que nació así, como experimento, cuando un día hace más de 25 años Augusto Delkáder
pensó que en ese hueco desaprovechado del fin de semana se podía construir una
audiencia.
-Y Concha García Campoy le dio forma.
-¡Exacto! Concha tuvo el mérito de crear no sólo un programa
sino un hábito radiofónico del que yo me beneficio ahora, porque los dos
millones de oyentes siempre serán más suyos que míos. De hecho, míos no son,
son oyentes de la SER que de algún modo
perdonan los errores del tipo al que han puesto al frente.
-¿Y
los cambios que intentaba introducir la SER en sus programas, imagino, también
te beneficiaron..
-¡Seguro! Yo me podía aprovechar de ese espíritu de cambio
que citas. Iban a cambiar tantas cosas que lo mío pasaría inadvertido, pensé,
algo en lo que claramente pequé de ingenuo. Pero creo que la culpa de estar en
el fin de semana es de Luis Rodríguez Pi, que tiene un gran olfato radiofónico y
comparte conmigo un ansia de renovación. Luis sabía que en ese horario habría
más margen para hacerlo, como así ha sido.
Javier del Pino entrevistando a Andrés Rábago, más conocido como "El Roto", dibujante de El País |
-Éste es el componente profesional, pero ¿y el personal?
-El ámbito de la última decisión. Como todas las que he
tomado en mi vida. Primero, después de quince años en Estados Unidos, mis
hijas, que han nacido allí, hablaban un español sólo un poco mejor que el
inglés de Ana Botella. Segundo, su idea de España era muy etérea, porque apenas habíamos
venido en todo ese tiempo. Pensamos que sería bueno para su educación tratar de
darles una herencia de bilingüismo y la experiencia de haber vivido un tiempo
en el extranjero (y por "el extranjero", para ellas, me refiero a
España). Su español ahora es "raro", pero desde luego mucho
mejor. Así que al final todo se reducía a una pregunta. No era ¿qué es
mejor? sino ¿seremos felices durante un tiempo en España? Nos fuimos a
cenar a su restaurante favorito e hicimos algo muy americano: una lista de pros
y contras. La de pros era más larga.
-¿Qué ha sido lo que más te ha costado asumir en el programa? ¿Tal vez ser tú mismo ante el micrófono, mostrarte tal cual eres y superar la barrera del hieratismo informativo?
-Quizá lo más difícil es aceptarte a ti mismo. Después de
tanto tiempo entregado como oyente a la radio de Estados Unidos, sé que mi
estilo, que es un reflejo de mi forma de ser, se parece más al de allí que al
de aquí. Al principio me decían que hablaba muy bajo, que no me reía, que no
daba la hora... A mí en cambio me parece que los demás hablan muy alto y que
mucha gente habla a la vez.
Javier Cansado en directo en un programa cara al público |
-Curiosa observación con la que, reflexionando, fíjate, me puedo sentir de
acuerdo. ¿Y el peso de los informativos?
-Pues no, Gorka. Cambiar el "chip de informativos"
no era un problema, en parte gracias a que Gemma
Nierga me había dejado desfogarme en “La
Ventana” con Javier Cansado. Creo que hacía mucho tiempo que yo había
dejado el estilo informativo cuando era corresponsal. Mira: la SER tiene una estructura que te permite poner en marcha
cualquier idea, y una redacción de informativos absolutamente profesional. Por
eso para mí lo más difícil es aceptar la responsabilidad de que eres tú el que
está dando la cara. Tengo un respeto enorme por los oyentes y por los
trabajadores de esta empresa cada vez que se enciende la luz roja.
-Yo creo que ésa –la del respeto a los oyentes- es una herencia de Iñaki Gabilondo, que todos hemos mamado en esa casa. Y por extensión, la de los compañeros que dependen de lo que hagan quienes se sientan delante del micrófono. Te cuento, Javier: en el post que te dediqué nada más oír tus primeros programas de la temporada pasada, recién llegado, ya dije que no me habías sorprendido, que esperaba un producto original, trabajado y sólido. Hay quince comentarios, todos favorables. ¿Cómo se produjo la génesis de tu ‘A Vivir’, qué querías hacer, cómo viste el parto luego y cómo está ahora la criatura?
Del Pino con Pedro Rodríguez y Soledad Gallego-Díaz |
-Yo me enfrenté al programa como a un folio en blanco. Hacía tres lustros que
apenas lo escuchaba. Sabía muy bien lo que quería hacer pero sobre todo sabía
bien lo que no quería hacer. No quería hacer un “Hoy
por Hoy” de fin de semana. El ritmo es otro. Los sentimientos de
los oyentes en un sábado o un domingo son otros. No hay oyentes cautivos en el
coche, no hay necesidad de hacerles sentir bien informados cada poco
tiempo. Creo que la esencia de la radio diaria en España es informar, y lo
hacemos francamente bien. Pero en fin de semana yo tenía dos
"mantras": aprender y entretener. Y ambas cosas no son incompatibles
con informar.
-¿La evolución?
-Hay muchas cosas que han cambiado, pero el esqueleto y el
espíritu se mantienen. Hay secciones que desaparecieron porque eran
excesivamente enrevesadas, tan metafóricas que sólo las entendía yo. Teníamos
un espacio de deportes raros, "Esto
no es Carrusel", que en realidad era una crítica al embrutecimiento
del fútbol, pero la gente pensaba que en realidad estábamos dando la tabarra
con deportes raros.
-Pero, has arriesgado mucho, te has equivocado, has corregido, y el oyente lo agradece.
Del Pino |
-Me quedan muchas cosas por hacer, Gorka. No encuentro, por
ejemplo, la manera de hacer un buen espacio de ciencia, creo que deberíamos
hablar más de la gente que está sola, etc. Poco a poco.
-Insisto,
el oyente es mucho más inteligente, y crítico, de lo que muchos colegas
piensan.
-Mucha gente me dice: "al principio no me gustaba nada su programa, pero ahora que lo ha
cambiado todo, ya me gusta". En realidad no he cambiado tanto. O he
cambiado yo o los oyentes se han acostumbrado a mí. Cualquiera de las dos me
vale.
Continúa…