World Radio Challenge, plaza del Callao, Madrid, del 6 al 9 de mayo de 2014 (y II)

“Deberían darse cuenta de la cantidad de talento que atesora este equipo de jóvenes que quieren hacer historia en la radio” 

El equipo de la Universidad Complutense de Madrid
que logró la hazaña de las 60 horas
de radio en directo en 2011

Continúa…

-¿Tú mismo estás sorprendido de lo que habéis sido capaces de organizar?

-¡Mal está que lo diga yo! Pero, cuando echo la vista atrás, la verdad es que me abruma lo que hemos conseguido, aunque, ya sabes, el que lo hizo fue porque no sabía que era imposible. Mi mayor satisfacción profesional, y he de decir que la mayor sorpresa, sería que los directivos de la comunicación en España descubrieran y supieran valorar este proyecto. Se dieran cuenta de la cantidad de talento que atesora este equipo de jóvenes que quieren hacer historia en la radio. Y no estoy hablando de mi caso personal, sino de todo mi equipo.

Cómo se organiza un World Radio Challenge

-Cuéntame, por favor, ¿cómo os habéis dividido?

-Mira, tienes a un equipo de producción –de tres personas- que coordina a más de 150 invitados; a uno de contenidos que realiza un programa de 70 horas; a un equipo técnico que sonoriza sin poder probar a más de cincuenta grupos de música; a un equipo de marketing que ha logrado varios patrocinios en tiempo record ¡y en tiempos de crisis!; a un equipo de logística que ha conseguido montar un eventazo en la Plaza de Callao; a un equipo de medios que consigue que aparezcamos en más de un centenar de  medios de comunicación de todo el mundo... Imagínate todo lo que puede sacar de allí una empresa y cómo se beneficiaría de ello simplemente abriendo los ojos al talento. Yo sólo soy el jefe pesado, el loco creador de un proyecto inimaginable y el coordinador de todo un equipo que, sin duda, es el verdadero protagonista.

-¡Impresionante! Me falta la parte financiera. Toda esta bendita locura, alrededor de la radio, no hubiera sido posible sin ¿quién o quiénes?

-Como te decía nosotros empezamos este proyecto sin ningún tipo de apoyo institucional, teniendo claro que no queríamos ganar dinero con él, simplemente cubrir los gastos que tiene montar algo así de grande. De hecho, creíamos contar con el apoyo de la Universidad Complutense de Madrid, puesto que su emisora es la que representa a España en la competición…

Fernando Carruesco

-…¿y?

-¿La verdad? Pues que no nos han ayudado nada, y eso que nunca les pedimos apoyo económico. Me provoca una profunda tristeza porque creo que la educación pública necesita más que nunca iniciativas de este tipo, pero ellos no lo han valorado de esa manera.

Marcas que creen en la fuerza de la radio

-Pero, afortunadamente, no estáis solos en esta historia…

-¡Qué va! Estamos muy bien acompañados. Después de un esfuerzo brutal, tenemos a muchas empresas que han prestado su nombre y sus recursos para poder sacar esto adelante. Empezando por el Ayuntamiento de Madrid, al que tendremos que dar siempre las gracias por confiar en esta locura y cedernos un espacio inmejorable como la Plaza de Callao. Además, Correos, Openbank, La Fundación ONCE, la Fundación Universidad Empresa, el Ayuntamiento de Huesca, Dog Comunicación, Unono.net, Respiro Car Sharing Newmonday, el catering O Camiño... Cada uno ha puesto su pequeño granito de arena, lo que podía, para cubrir todas las necesidades del evento. Y, aun así, creo que me tocará poner algo de mi bolsillo, pero no puedo imaginar un dinero mejor invertido.

Grandes nombres del oficio estarán en la plaza del Callao

-¿Puedes adelantarnos algunos de los nombres que participarán como invitados en este macroprograma de radio online?

-Por supuesto. Fernando Berlín, Toni Garrido, Andreu Buenafuente, Melchor Miralles, Jose Antonio Abellán, Fernando Navarro, Ángel Carmona, el cocinero David de Jorge, Javier Nart, Daniel Albadalejo, Juanito Oiarzabal... Y también grupos de música como Los Trogloditas, Luis Ramiro, Rozalén, María Villalón, Iguana Tango, Amistades Peligrosas, Los Secretos... Y eso que estamos aprovechando las últimas horas que siempre son las más fuertes en cuanto a confirmaciones.

Andreu Buenafuente comenzó en la radio
y no ha perdido relación ni querencia con ella

-La radio, en este siglo XXI –el siglo de la comunicación- tiene mucho más feedback, ¿cómo habéis previsto canalizar la participación del público en este WRC?

-Tenemos una oportunidad espectacular de interactuar con el público cara a cara en medio de la Plaza de Callao, pero además las redes sociales tienen un papel fundamental en todo el proyecto. Y es que la radio ganadora deberá luchar también por conseguir la mayor actividad a través de estos canales. De la misma manera, sobre todo por las noches, queremos escuchar a la audiencia, y abriremos los teléfonos para ello. Queremos que sea un programa muy muy participativo.

“Mis miedos son todos, hasta que se encienda la luz roja”

-¿Cuáles son tus principales miedos?

-La verdad es que en 2011 lo que más me preocupaba era aguantar las 60 horas y ahora que voy a por las 70 es lo que menos me preocupa. Mi mayor miedo es que las cosas no salgan: que el photocall no llegue a tiempo, que haya algún fallo técnico, que se nos caigan invitados importantes, que todos los rivales emitan correctamente... Hay tanta gente, tantas empresas y tantas personalidades implicadas en esto que, básicamente, mis miedos son todos, justo hasta de que se encienda la lucecita roja. En ese momento yo sentiré una gran liberación, me centraré en disfrutar y en hacer el mejor programa de radio que pueda. Eso sí, para el equipo empezarán los cuatro días de mayor actividad de sus vidas. 

Ángel Carmona, otro
de los invitados al WRC

-A eso iba yo para terminar, Fernando, ¿os habéis preparado físicamente para responder a un reto de estar 70 horas presentando un macroprograma de radio como éste?

Con una luxación de hombro…

-Creo que es imposible prepararse para algo así. De hecho te puedo contar algo que nunca he contado en las entrevistas que me han hecho hasta ahora: hace un par de meses me caí esquiando y sufrí una luxación de hombro muy fuerte. Desde entonces llevo en rehabilitación y tendré que operarme después del evento. Esa rehabilitación es dolorosa y me resulta muy incómodo dormir por las noches, por lo que llevo semanas durmiendo entre cinco y seis horas al día y despertándome a cada momento. Se podría considerar la anti preparación…¡jaja…!

-No es, desde luego, un buen punto de partida para afrontar el reto, Fernando.

-De todas formas es que es muy difícil prepararse para esto. Podría probarme a mí mismo a ver cuánto aguanto sin dormir, pero al final es imposible ponerse en la situación en la que vas a estar en Callao. No es lo mismo quedarte en tu casa leyendo o viendo la televisión o trabajando, que estar en medio de una plaza con un montón de gente entrevistando a gente que han sido tus referentes desde que eras un niño. El público, la música y los invitados hacen que aguantar sea una delicia y que casi te den rabia los descansos.

La tensión del directo

Al final de la entrevista Fernando Carruesco ha hecho referencia a este concepto, que no es muy conocido para aquellos que no han vivido la radio desde dentro: la tensión del directo. Siempre he dicho que no hay que tener nunca miedo al micrófono, pero sí muchísimo respeto. El respeto al oyente, a través de este apéndice técnico, es algo que nos inculcó siempre Iñaki Gabilondo en la SER, y a él se lo transmitieron sus mayores. Cuando un profesional se sienta ante el micrófono para asumir tres, cuatro, ¡seis horas! de programa, es posible que se encuentre cansado (por haber dormido poco), es posible también que su ánimo no se encuentre en su mejor momento, pero cuando se enciende la luz roja el rostro te cambia. Te llenas de energía, tus manos se tensan, no de nervios, sino de nervio, y empiezas a disfrutar de ese tiempo de radio. Empiezas a hablar, mirando a tus invitados de frente y al papel de reojo, empiezas a participar en esta comunión de diferentes elementos que tienen que encajar como las piezas de un rodamiento. Esa tensión te hace superar todos los inconvenientes y, si estás a gusto, te hace sentir que el tiempo pasa demasiado deprisa. Al final, cuando concluyes, te pega el bajón, regresa tu ánimo inestable y el cansancio se multiplica. Pero la radio ha hecho que vivas con otro tempo, con otro ritmo, otra vida… la tuya, pero muy enriquecida. Intensa.