El EGM sin prisas-1ª OLA 2014 (I)
https://www.gorkazumeta.com/2014/05/el-egm-sin-prisas-1-ola-2014-i.html
A por los oyentes decepcionados o indiferentes
Y
enlazo con esta última frase, que me parece da mucho de sí en el debate sobre
la radio en España. En nuestro país, muy particular, donde los sentimientos
patrios están mal vistos desde la periferia, especialmente la nacionalista; donde
hasta no hace mucho tiempo reeditábamos todos los veranos (como si formaran
parte del programa de fiestas estivales) la famosa “guerra de las banderas”; donde no perdemos la oportunidad de
enfrentarnos unos contra otros simplemente por el color de nuestras ideas, para
asombro de franceses, alemanes o estadounidenses, en este país –digo- la radio
no iba a ser menos. No existe una radio española, y no me refiero ahora a la
pública, sino a la Radio española, genéricamente, a aquella bandera común que
une a todas las empresas radiofónicas. Ni siquiera en el seno de las
asociaciones que, se supone, aúnan esfuerzos y objetivos comunes, existe un
sentimiento que, por ejemplo, haya logrado promover una campaña destinada a
aumentar el consumo (la escucha) de radio en España.
Los días de la encuesta del EGM, en que los encargados de hacer las preguntas y recurrir a la memoria de los encuestados hacen su trabajo, para luego tabularlo, me parecen el momento propicio para desarrollar una campaña de captación de nuevos oyentes. De hecho no hay mucho que perder, por cuanto casi todas las grandes cadenas de radiodifusión pertenecen a holdings que incluyen varios medios de comunicación (prensa, televisión, cine, vallas, etc.). En su momento, a punto estuvieron los radiodifusores en poner en marcha una campaña promocional de la radio DAB (Digital Audio Broadcasting) que finalmente (¡y menos mal!) no salió adelante, porque hubiera creado muchas falsas expectativas, además de frustración.
¿Qué
se jugaría la radio? ¿Qué grandes costes asumirían los radiodifusores? En
primer lugar, si se trata de pescar nuevos oyentes que no se acercan a la
radio, no merece la pena dedicar esfuerzos desde ésta. Parece de Perogrullo.
Hay que buscarlos fuera: en la televisión, en la prensa, en internet o en el
cine. Las radios están empeñadas, y creo que hacen bien, ciertamente, en
servirse de las autopromociones para captar la atención de sus oyentes.
Pero en realidad son eso: sus oyentes. Es decir, están pescando
constantemente en su propio caladero, y no van a pescar a otro, salvo cuando
juegan en otras ligas (AtresMedia lo hace con Onda
Cero en Antena
3, y con “Lo Mejor que te puede Pasar”, de Melodía
FM, también en Antena
3. Solo arriesga su
propio tiempo, no dinero).
Pocas
oleadas han resultado tan favorables como ésta, la primera del 2014. La Asociación para la Investigación de Medios
de Comunicación (AIMC) ha constatado
que la radio se ha oído más durante el primer trimestre del año. Pero hay más
matices que vamos a ir subrayando. En primer lugar, recogeré unas declaraciones, en este caso de José Antonio Abellán, promotor por cierto del proyecto online Radio
4G (al que le deseo
larga vida), sobre esta oleada: “Éste
es el EGM más raro que he visto en mi vida... han ganado todos”. No le falta razón al ‘Baby’, aunque existen razones, y
números, que deben analizarse mejor. En cualquier caso, me parece un buen punto
de partida. Abellán continuaba diciendo que “me parece un gran EGM para toda la industria”.
José Antonio Abellán, en sus nuevos estudios de Radio 4G, charlando con Alfonso Rojo |
Resulta
especialmente triste que los agentes radiodifusores españoles no sean capaces
de sentarse en una silla, poner dinero encima de la mesa (tampoco hace falta
mucho) y organizar una campaña (por supuesto durante el EGM, para hacerla
coincidir) que persiga fomentar el número de oyentes de la radio, en general.
Lo de “en general” no se entiende muy
bien en cada casa. ¿Para qué voy a poner dinero –piensan muchos directivos- si
se va a beneficiar mi enemigo de esta
circunstancia? No estoy de acuerdo. La fortaleza del medio beneficia a todo el
medio.
Es cierto que la penetración de la radio en la sociedad española es muy alta, y, en esta última oleada, ha aumentado casi un punto, hasta situarse en el 64,1 por ciento. Este porcentaje se materializa en que hay 25.428.000 españoles que escuchan la radio todos los días, de lunes a viernes. ¿Es una cifra para felicitarse? ¡Desde luego! Hay que celebrar posiciones como ésta, siempre. Pero, dicho lo cual, a mí me sigue pareciendo una barbaridad que haya 14.253.000 conciudadanos que NO escuchan la radio habitualmente. Muchos de ellos ni se acercan a ella, ni la encienden. ¿Por qué no tratar de atraerles para la causa? ¿Por qué no explicarles que escuchar radio les va a hacer mucho bien? Y esto no lo puede hacer solo la SER, u Onda Cero, ni siquiera RNE, que al final termina por liderar y asumir unos roles (el desarrollo de la radio digital terrestre, DAB, por ejemplo) que deberían compartir también los privados en su parte proporcional. Deben trabajar todos juntos por la misma causa: conseguir que esa cifra, que se mantiene –con ligeras variaciones- bastante estable en los últimos años, se reduzca en beneficio del medio.
Es cierto que la penetración de la radio en la sociedad española es muy alta, y, en esta última oleada, ha aumentado casi un punto, hasta situarse en el 64,1 por ciento. Este porcentaje se materializa en que hay 25.428.000 españoles que escuchan la radio todos los días, de lunes a viernes. ¿Es una cifra para felicitarse? ¡Desde luego! Hay que celebrar posiciones como ésta, siempre. Pero, dicho lo cual, a mí me sigue pareciendo una barbaridad que haya 14.253.000 conciudadanos que NO escuchan la radio habitualmente. Muchos de ellos ni se acercan a ella, ni la encienden. ¿Por qué no tratar de atraerles para la causa? ¿Por qué no explicarles que escuchar radio les va a hacer mucho bien? Y esto no lo puede hacer solo la SER, u Onda Cero, ni siquiera RNE, que al final termina por liderar y asumir unos roles (el desarrollo de la radio digital terrestre, DAB, por ejemplo) que deberían compartir también los privados en su parte proporcional. Deben trabajar todos juntos por la misma causa: conseguir que esa cifra, que se mantiene –con ligeras variaciones- bastante estable en los últimos años, se reduzca en beneficio del medio.
Vamos
con los datos. La oleada del último Estudio
General de Medios certifica, de entrada, que el universo de oyentes
potenciales de la encuesta ha crecido en 350.000 oyentes. A más oyentes, más
para repartir. Pero tampoco es para echar cohetes. La cifra de oyentes netos de
la radio española, según la primera oleada del EGM correspondiente al año 2014
es la sexta mejor marca de las últimas trece olas. Hace tan solo dos años (en
la segunda ola del 2012) había casi medio millón más de oyentes de radio en
España (25.896.000). Éste sí que fue un EGM eufórico. Con respecto a la
anterior oleada, los oyentes de radio en nuestro país han aumentado en 554.000,
que no está nada mal. A partir de aquí ya podemos ir deduciendo que, de acuerdo
–más o menos- con el reparto habitual de los cromos, cada cadena de radio
mantendría sus oyentes, e incrementaría además cifras netas, gracias a las
nuevas incorporaciones.
De aquí la impresión, no equivocada, de José Antonio Abellán en torno a los resultados del EGM, donde todos parecen ganar. Por eso a los expertos en estadísticas no les gusta hablar de cifras o números netos, sino de porcentajes. Aquí se ve, realmente, dónde reside el éxito de una opción frente a otra y lo que se lleva cada uno de la tarta.
De aquí la impresión, no equivocada, de José Antonio Abellán en torno a los resultados del EGM, donde todos parecen ganar. Por eso a los expertos en estadísticas no les gusta hablar de cifras o números netos, sino de porcentajes. Aquí se ve, realmente, dónde reside el éxito de una opción frente a otra y lo que se lleva cada uno de la tarta.
La
audiencia de la radio española hace muchos años que parece estar estancada. Se
mueve por unos derroteros que oscilan, en porcentaje, muy poco, en torno a 3 ó
4 puntos, como mucho. Son unas líneas bastante estables, que nos pueden llevar
a la conclusión de que los oyentes de radio son incondicionales del medio y,
aunque circunstancialmente, en alguna oleada, se retiren del escenario, en
algún momento regresan a la palestra para seguir consumiéndola. Pero podríamos
decir que la cifra se mueve entre los 24.300.000 y los 25.500.000.
OYENTES RADIO
|
NO OYENTES RADIO
|
UNIVERSO
|
25.428.000
|
14.253.000
|
39.681.000
|
Fuente: Primera oleada EGM 2014
Los días de la encuesta del EGM, en que los encargados de hacer las preguntas y recurrir a la memoria de los encuestados hacen su trabajo, para luego tabularlo, me parecen el momento propicio para desarrollar una campaña de captación de nuevos oyentes. De hecho no hay mucho que perder, por cuanto casi todas las grandes cadenas de radiodifusión pertenecen a holdings que incluyen varios medios de comunicación (prensa, televisión, cine, vallas, etc.). En su momento, a punto estuvieron los radiodifusores en poner en marcha una campaña promocional de la radio DAB (Digital Audio Broadcasting) que finalmente (¡y menos mal!) no salió adelante, porque hubiera creado muchas falsas expectativas, además de frustración.
AtresMedia ha hecho un gran esfuerzo (y sigue haciéndolo)de promoción del programa de Nuria Roca en Antena 3 TV, aunque pescan en un caladero afín |
La
primera fase de este último EGM, las cifras y porcentajes globales, que no han
sufrido cambios tan sustanciales y caminan, como hemos visto, por vericuetos
muy similares, me provocan esta primera gran reflexión: ¿por qué no se hace
algo con los españoles que no se han acercado, o no han descubierto o,
simplemente, están decepcionados por la radio? De hecho, empiezo a pensar que
este momento podría resultar una de las últimas oportunidades para acercarse,
sobre todo a las nuevas generaciones, que no necesitan ya la radio para
escuchar su música favorita. Internet está cambiando a marchas forzadas el
escenario audiovisual español y no podemos olvidar que la música es –lo sigue
siendo aún- la gran puerta de acceso de los más jóvenes a la radio. ¿Hasta
cuándo? Depende de todos los agentes, y deberían preocuparse por preservar el
medio.
Continúa...