¿Quién es Pepa Fernández?

Semana de Pepa Fernández 

La Academia de la Radio Catalana premió el pasado 13 de febrero –“Día Mundial de la Radio”- con el Premio Joan Armengol a la Mejor entrevistadora a la periodista y directora del programa de RNE “No es un día cualquiera”, Pepa Fernández.

Viendo la foto podría decirse que Pepa
Fernández va 'como una moto'.

Ésta es la decimoquinta temporada de radio en la que Pepa Fernández se sitúa al frente del programa matinal de los fines de semana, y lo sigue haciendo con su equipo habitual. Y sigue contando con el favor de su público, que sigue acudiendo en masa a todas las salidas a exteriores del programa, allá donde concurre.

Pero, ¿quién es Pepa Fernández y cómo ha aguantado tanto tiempo en el mismo tramo horario de la radio pública, sobreviviendo a tres gobiernos, de distinto signo político y a otros muchos directores de la Radio Pública?

Tal vez uno de los grandes aciertos en la continuidad del proyecto es que Pepa impulsa la fidelidad al formato y a los contenidos y también, como subrayo, a los mismos colaboradores. Pasan los años y los oyentes siguen encontrando las mismas voces y contenidos, renovados, con algunas nuevas incorporaciones, ni excesivas ni que desentonen, como, este año, el retorno de Andrés Aberasturi y la llegada, a la subdirección, del también periodista Carlos Santos, proveniente de “Los Clásicos”, que han encontrado acomodo esta temporada en Radio Clásica, pero solo con Mikaela Vergara.

Pepa ha sido premiada por la Academia de la Radio Catalana por ser la mejor entrevistadora. Y es cierto que este género, en la boca de la directora de “No es un día cualquiera”, se engrandece con su trabajo. En primer lugar hay algo que está por encima de las documentaciones y las baterías de preguntas, que tiene que ver con el marco donde y como se desarrollan las entrevistas, y me refiero al ambiente que logra crear Pepa Fernández para mantener el vis a vis con sus invitados. Se les nota a gusto, cómodos, lo que deriva, la mayoría de las veces, en complicidad. Y esto, este importante logro, se nota en el resultado final.

La radio se acerca a sus oyentes. Poco hay
tan gratificante como esto en el oficio

El equipo del programa, bastante reducido para lo que son este tipo de magacines, cuenta con unas documentalistas excepcionales. Y Pepa se lee a fondo, estudiándolas, las reseñas sobre sus invitados. Si a quien entrevista es un escritor que ha publicado un libro, se lee el libro, aunque sobrepase las mil páginas. Su actitud es exactamente la misma si se trata del estreno de una película o de una obra de teatro. Es la escuela que ha aprendido. En el programa ha llegado a criticar en público la labor de aquellos periodistas que entrevistan a un cantante, sin oírse el disco, o a un actor, sin ver la película u obra que estrena. No lo concibe. Sencillamente. Tras la documentación, ella elabora personalmente el cuestionario final, deteniéndose también en los pequeños detalles para ir introduciéndolo, poco a poco.

Pepa Fernández es una periodista a la antigua usanza, profesional, seria, responsable, que contrasta sus fuentes y no deja nada a la improvisación, que enarbola aquella frase del maestro Matías Prats de que no hay mejor improvisación que la preparada.

Su minuciosidad y preocupación por el detalle no tiene límites. “No es un día cualquiera” recoge con una precisión absoluta el reparto de los tiempos de intervención de cada colaborador. Pero hay más: a esto hay que sumar un rigor máximo también en la correcta utilización del castellano, tanto que en ocasiones esta manía por la perfección de las formas conduce  a correcciones en directo a sus colaboradores, que ya no se sorprenden porque ya la conocen.

Las mañanas del fin de semana
en RNE tienen mucho color

“No es un día cualquiera” prescinde, deliberadamente, de los contenidos políticos. Pepa Fernández es consciente de que sobran durante los fines de semana. Seguro que más de un director de RNE discrepaba de esta opinión y presionaba para que los introdujera, favoreciendo a los de su cuerda ideológica. Pero no, Pepa ha aguantado carros y carretas por ser coherente con sus ideas.

Su mínimo interés por la política de siglas, que enciende los debates acudiendo a la vehemencia y no a la razón y a la mesura, al entendimiento o a la colaboración, le ha llevado a ofrecer un programa blanco, apolítico, con marcado toque cultural. Pero ella es muy sensible, como periodista que es, a la evolución de los acontecimientos, pese a que en la antena haga gala de una escrupulosa neutralidad. Nunca he oído un magacine de fin de semana que cuente con una sección de ajedrez y otra ¡de latín! Sin olvidarnos de otras secciones, en la misma línea, de historia, lengua y etimologías.

Otra de las temáticas de las que ha prescindido, con todas sus consecuencias, es la del ‘corazón’. Coincide también con el maestro Iñaki Gabilondo quien, en su última etapa al frente del “Hoy por Hoy”, en la cadena SER, decidió silenciar esta temática, pese a que Carlos Ferrando, “la avispa”, se había dedicado, años atrás, a él. Pero la evolución desaforada que siguió este mundillo condujo al donostiarra, y a Pepa también, a omitirla, pese a su indudable atractivo entre los oyentes y, sobre todo, televidentes.

Menéndez, García y Pepa

Planes de renovación de RNE

No es muy difícil analizar el actual momento de RNE, la antigua Radio 1, a la que se han incorporado dos nuevas voces –Menéndez y Ciudadano García- que están rompiendo muchos moldes. De entrada, el tono con el que, durante muchos años, se han dirigido los anteriores directores de estos espacios a los oyentes. Ya se atisbaba con Juan Ramón Lucas y Toni Garrido, aunque se vio bruscamente interrumpido.

En la pasada gala de entrega de los Premios Nacionales de la Academia de la Radio Española tuve la oportunidad de charlar con el director de RNE, Alfonso Nasarre, acerca de esta circunstancia de cambio, incluso de felicitarle por la valentía que suponía la apuesta y me la confirmó, aparte de agradecerme el cumplido.

En este sentido, “No es un día cualquiera” no participa de este mismo objetivo, e incluso rompe la tendencia renovadora, apostando por la continuidad de un formato que, si bien cumple con su objetivo de atraer audiencia, a la que tiene fidelizada desde hace muchos años (la radio es una carrera de fondo…), lo cierto es que se trata de un magacine de corte muy clásico, en fondo y forma. ¿Y esto es malo –puede preguntarse más de un lector-? Pues todo depende del director de RNE que lo analice. Si la cadena pública quiere renovar los aires y los contenidos, y rejuvenecerlos para atraer a un target más joven (el de la cadena pública es uno de los más avejentados), “No es un día cualquiera” no encaja en ese planteamiento. Veremos qué ocurre.

Pepa Fernández es una extraordinaria profesional, un referente a la hora de servir de modelo a las nuevas generaciones. Y lo que la hace más grande es que no solo no teme al talento ajeno (como tantas estrellas) sino que sabe apreciarlo, lo cuida y lo mima. La mejor prueba es el plantel de colaboradores que tiene el magacine, la mayoría veteranos periodistas, maestros, como el propio Aberasturi, José María Íñigo –el último Premio Joaquín Soler Serrano de Radio y Televisión-, Forges, Manuel Toharia o Diego Galán, por poner sobre la mesa solo unos pocos nombres. Pepa va encajando todas las piezas y dándoles cohesión, y vigilando que nadie se coma el tiempo de otro. Aparentemente, el programa ‘va solo’, pero detrás hay mucho trabajo en la sombra.

Como hubiera dicho el conde de
Romanones (o Rajoy) "¡Vaya tropa!".

Después de quince años del “No es un día cualquiera” de Pepa Fernández, sus oyentes más fieles es posible que conozcan a Pepa mucho mejor de lo que ella se cree. Es lo que tiene la radio, que los directores de programas se van desnudando a cada minuto, de forma casi inconsciente, participando de la condición humanizadora del medio, que ningún otro posee. Así es posible que sepan que la directora del programa es bastante sobria en la mesa, que no aguanta la morcilla, que prefiere el cava al vino –aunque no desprecia un buen caldo- que le gustan las croquetas y la pasta, le horrorizan las hamburguesas de McDonalds (y lo publicita en antena), que pierde el sentido por un jamón que no se despegue de un plato boca abajo y que, si fuera a una boda, se decantaría por el menú infantil (salvo el cava).

Pepa Fernández

A Pepa Fernández, por fin, la conocen todos los empleados del puente aéreo entre Madrid y Barcelona, después de vivir quince años en él. Pero no solo los empleados. Los oyentes que se encuentra pueden dar fe del trato exquisito que reciben por parte de la directora de “No es un día cualquiera”, que considera “un deber” el contacto con “los escuchantes”. Nunca deja un correo sin responder.

Por eso, para este blog, es un lujo auténtico contar con ella en sus páginas. Este próximo miércoles tendremos oportunidad de leer la primera parte de la entrevista que he tenido el gustazo de hacerle, y en la que conviene leer –y releer- sus respuestas para aprender de radio.