Pepa Fernández: “Me parece milagroso haber sobrevivido a tantos directores”

Directora de “No es un día cualquiera”, de RNE (I)

"Cuando entrevistas a alguien se crea una atmósfera que te aísla del mundo" 

Los profesionales de la radio se desnudan ante sus oyentes cada día un poco más. Inevitablemente, ese cálido contacto con los “escuchantes” provoca una mayor empatía entre aquellos que comparten virtudes o defectos con el conductor de un programa, y en este sentido estrechan vínculos afectivos con él, hasta acercarse tanto que lo consideran de su propia familia. He tenido oportunidad de presenciar numerosos encuentros de oyentes con directores de programas, durante las salidas a exteriores, y puedo certificar que la manera de dirigirse a Carlos Herrera, o a Iñaki Gabilondo o a Xavier Sardá es como si les conocieran de toda la vida. Más de uno se sorprende con aspectos de sus vidas, algunos íntimos, que ellos no eran conscientes de haber comentado en antena. Lo mismo le ocurre a Pepa Fernández, de RNE, directora del programa “No es un día cualquiera”. Después de quince temporadas en antena escuchándola (el programa nació antes con Magín Revillo) sus “escuchantes” la quieren como la buena amiga que les acompaña durante las mañanas del fin de semana. No es difícil escuchar en el programa que a Pepa no le gustan las hamburguesas de McDonalds. Pero, segundos después, y a pregunta de José María Íñigo, reconoce que no ha entrado nunca en uno de estos establecimientos de comida rápida. “Entonces –inquiere Íñigo- ¿por qué sabes que no te gusta, si no las has probado?”. Esto es la radio, señores, esto es “NEUDC”, un programa como la vida misma. Para este blog constituye un auténtico privilegio contar con Pepa Fernández, le gusten o no las hamburguesas…

Pepa Fernández (der.) junto con Carlos Santos
 (subdirector del programa) y la escritora Isabel Allende

-Cuando hacías la carrera en la Autónoma de Barcelona, ¿te proponías llegar a donde te encuentras ahora mismo? Porque, además, comenzaste a trabajar en la radio muy joven, con dieciocho años. ¿Dicho de otra manera, la radio era tu objetivo?

-Tenía muy claro que quería trabajar en la radio. De hecho, por una carambola de la vida, comencé a trabajar y a estudiar la carrera casi al mismo tiempo. Es un medio que me fascinó desde pequeña y no concebía nada mejor que formar parte de él. Empecé desde abajo, disfrutando de cada momento. Y fui subiendo peldaños sin darme cuenta. Nunca me marco objetivos. Soy poco ambiciosa. Así que jamás imaginé qué deriva podría tomar mi vida profesional…  

-Sabes perfectamente que la radio es como una mesa camilla, con su braserito abajo, donde prima la calidez del medio. En este sentido, Pepa Fernández "forma parte" de la familia de miles de oyentes. ¿Cuál crees que es la imagen que proyectas? ¿Se puede impostar en la radio algo que no se corresponde con la realidad, o termina descubriéndose?

-Siempre he pensado que en la radio no se puede mentir porque la personalidad de cada uno acaba aflorando.  Es muy fácil reconocer por la voz a una persona. Cómo es y cómo se siente. Es posible que haya profesionales que sepan disimular, pero yo no. Uno de mis jefes, Santiago González, me dijo una vez que mi mejor virtud era también mi peor defecto: soy transparente y  mi estado de ánimo se ve a la legua.  Mi madre me ha llamado alguna vez después del programa para preguntarme qué me pasaba. De todas maneras, no todo el mundo sabe percibir esos matices y creo que algunas personas (por las cosas que me escriben) tienen de mí una imagen que no se corresponde con la realidad.

Instantánea del público asistente al
programa realizado desde el Museo Thyssen

-El recientemente desaparecido  "Protagonistas", de nuestro querido Luis del Olmo, es el programa de radio español más longevo. ¿"NEUDC" va camino de emularlo en permanencia en antena con esta ya decimoquinta Temporada en la que te encuentras? Desde luego, de los grandes programas (quitando los deportivos), es el más longevo de RNE, lo cual no es poco.

-Mi admirado Julio César Iglesias dice: “un programa de radio no dura porque sea bueno, es bueno porque dura”. Estoy totalmente de acuerdo, La radio es hábito y, por lo tanto, una carrera de fondo. Pero curiosamente, lo raro es durar. Y más en una radio pública.

-En 2012 sufriste un momento de incertidumbre cuando cesaron a tus compañeros Juanra Lucas y Toni Garrido y la prensa (el sector de los confidenciales...) te incluía a ti entre los cesados... De hecho esta situación, que se prolongó varias (e imagino interminables) horas hasta que llegó el desmentido oficial (tal vez porque se lo estaban hasta pensando...) provocó el desagradable episodio de Paco Álvarez, a quien sigo echando de menos en el programa. ¿Trabajando en la Pública, y habiendo sobrevivido tantos -y buenos, permíteme- años, eres consciente de que cada temporada es un regalo para ti y tu gente?

-Desde luego. Yo vivo y trabajo pensando que todo puede acabar mañana. De hecho, me parece casi milagroso haber sobrevivido a tantos cambios de dirección. En 15 temporadas hemos tenido  9 directores. Es lógico que a unos les gustes y a otros no. Hemos pasado por momentos de muchísima incertidumbre, pero nunca lo hemos vivido como una tragedia. Lo más doloroso es pensar que dejarías de trabajar con esas personas a las que quieres y admiras.

En los nuevos estudios de la Casa de la Radio,
en Prado del Rey (Madrid)

-Das la impresión de que eres una mujer muy agradecida de estar donde estás. Tu libro “Lo que la vida enseña", de alguna manera, supone un ejercicio de satisfacción personal compartida con tus oyentes, la suerte de haber vivido tan cerca de grandes personalidades como Miguel Delibes, Josefina Aldecoa, José Saramago, María Dolores Pradera, Joaquín Barraquer, o nuestro colega Manu Leguineche, recientemente desaparecido, a quienes entrevistaste para el libro e, intuyo, disfrutaste enormemente con ellos.

-Muchísimo. He compartido con algunos de ellos momentos inolvidables que me hacen sentir enormemente afortunada. Siempre he admirado a las  personas mayores que han sabido superar las adversidades de la vida con dignidad y se sienten a gusto consigo mismas. Cuando Ymelda Navajo me propuso escribir ese libro pensé que era una oportunidad de oro para charlar con algunas de ellas.

Pepa Fernández, entre papeles,
realizando "No es un día cualquiera"

-Sin embargo, como he oído comentar en alguna ocasión al maestro José María Íñigo, nuestra relación -la de los periodistas en general- con nuestros entrevistados es tan intensa como fugaz. Con-vivimos con ellos solo unos minutos y, luego, puede producirse el reencuentro, pero la relación es esporádica, salvo algunos casos puntuales. La radio, es cierto, ayuda a acercarse más. En este sentido, “Lo que la vida enseña" te ayudó a revivir las entrevistas, incluso a coincidir de nuevo con tus entrevistados?

-Hice las entrevistas exclusivamente para el libro. En algunos casos conocía a los personajes pero en otros, no. Y estoy de acuerdo con Íñigo: cuando entrevistas a alguien (sobre todo si es alguien que te interesa) se crea una especie de atmósfera que te aísla del resto del mundo. Durante unos minutos sólo existe esa persona para ti. Pero la mayoría de las veces, la magia se desvanece cuando acaba la entrevista. 

Segunda parte de la entrevista. ¡Clica!