Entrevista a Javier Manzano (y III)
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“El periodismo te exige lanzarse a pecho descubierto, sin prejuicios”
Continúa…
Javier Manzano editando el programa de "Radio Minera" grabado en Collado-Villalba (Madrid) |
Javier Manzano en RNE
con la ‘crónica negra’
-Esta temporada has vuelto a la radio, en
este caso RNE, con una sección dedicada a la crónica negra –“Las crónicas del Vértigo”-, temática que ya
habías trabajado profesionalmente en otra etapa anterior. ¿Cómo ha cambiado, si
en algo lo ha hecho, tu forma de contar en la radio? ¿Ves una evolución a la
hora de servir los contenidos, que obligue a los profesionales a adaptarse a
las nuevas circunstancias?
-
He de comentarte, antes que nada, que sigo con todos los proyectos en marcha, “Radio Minera”,
“Radio
Te Encontraré” (sobre los niños robados), “Radio Charolito”,
un canal a punto de estrenarse sobre Crónica Negra, etc.
-Paralelamente…,
pues sí, he vuelto a la radio convencional con esa sección llamada “Las Crónicas Del Vértigo” en la que,
lejos del amarillismo con el que muchos tiñen el suceso y la crónica negra,
tratamos de mostrar, enseñar, CONTAR cada semana la cara B de la vida. Y,
bueno, tanto en lo uno como en lo otro, pues la verdad es que nada ha cambiado,
ni veo una evolución especial o específica. Se trata simple y llanamente, y
creo que lo ha repetido más de una vez, de CONTAR. De CONTAR todo lo contable.
De CONTAR, CONTAR Y CONTAR, sea en una hora o sea en media hora o sea en tan
sólo un minuto. Es tener, o buscar y encontrar, algo que contar y contarlo. En
la radio, obviamente, que es donde mejor se cuentan las cosas porque sólo en la
radio se produce el mágico milagro de que el receptor además de escuchar imagina,
o puede imaginar, convirtiéndose en partícipe total del mensaje o del contenido
sin ni siquiera tener la necesidad de responderlo de forma activa. Como en la
vida misma, vamos.
La nueva RNE, de
Menéndez y García
-Alfredo
Menéndez, en “Las Mañanas” de RNE, el programa en el que participas, todos
los martes a las 11:30 horas, está utilizando un nuevo lenguaje en la radio
pública a la hora de dirigirse a los oyentes. Si te pido que te pongas la bata
blanca de analista científico-radiofónico, ¿qué te parece el nuevo giro que ha
dado la radio pública?
-
Me parece muy interesante, aunque considere que más que giro es principio de
giro. Es sin duda el camino porque, a diferencia de las radios privadas que, se
quiera o no, se dirigen especialmente a su target
de oyentes, la radio pública debe ser Radio
Para Todos Los Públicos. Ése es el objetivo y no hay otro. Lo que no sea
eso son quimeras. Y, a mi juicio, ése es el principio del camino que acaba de
emprenderse y debería extenderse a absolutamente todos y cada uno de los
rincones, empezando por los boletines informativos donde a mi entender urge que
se instale ese nuevo lenguaje que personalizabas en Alfredo y que yo ampliaría
a otros profesionales como, por citar uno más, Ciudadano García. Ellos dos, y otros, aunque a quien más conozco es
a Alfredo, lo que hacen es hablar por la radio como hablan de normal, y ésa es
una de las claves del CONTAR. La vida es en colores, no en blanco y negro, con
lo que contémosla así y contémosela así a todos los públicos.
-Si apelo a tu intuición, Javier, acerca
de cómo ves evolucionar la radio en los años venideros, ¿qué dirías? ¿Por qué
derroteros va a discurrir?
-
Si supiera por los derroteros que va a discurrir estaría montando una ya… No lo
sé Gorka, sólo sé lo que a mí me gustaría, lo que yo quisiera: una radio viva y
multicolor que hablase de la vida y en la que los importantes y los
protagonistas fuesen los ciudadanos, la gente, y no los púlpitos y sus
inquilinos. Una radio directa y sencilla en la que el lenguaje fuese tan
directo y sencillo como lo es en la calle. Una radio en la que prime la
información y el testimonio, no la opinión ni el “yo, mí, me conmigo”, porque me apena enormemente que se anestesien
los pareceres de los oyentes con torrentes de opiniones y sin apenas datos, y
me entristece hasta el infinito que en un acontecimiento, cualquiera que sea,
no se dé voz a los protagonistas, a la gente, y se sustituya por el “yo vi, yo olí, yo saboreé, yo…, yo…, yo…”…,
tanto por parte de los radiofonistas como por parte de los tertulianistas. Esa radio querría. Y querría en ella a todos los
que han venido siendo aparcados en las riberas de la radio, desde donde no sólo
no pueden hacer la mucha radio que llevan dentro sino que tampoco pueden
enseñar o mejor dicho legar todo ese oficio y toda esa radio que llevan dentro
y que es la radio de ayer, de hoy y de mañana, la radio pura y de verdad, la
radio eterna…, …y ellos los guardianes del CONTAR.
En Ciañu (Langreo, Asturias), con la histórica luchadora de la mina Anita Sirgo, mujer de minero, de 84 años |
La valentía de las
nuevas generaciones
-Una última reflexión en torno a los
jóvenes que, a pesar de las circunstancias, están decididos a que el periodismo
sea su principal modo de vida. ¿Son unos insensatos o el periodismo tiene que
resurgir en el nuevo entorno digital?
- Son unos valientes. Y son necesarios. Creo que este oficio nuestro de contar cosas, de contar lo que pasa, es tan instintivo como vocacional, y a él hay que lanzarse a pecho descubierto, sin prejuicios de ningún tipo, con la única obsesión de contar, contar y contar. Evidentemente no corren buenos tiempos, de hecho el periodismo es, después de la construcción, la profesión más afectada por la crisis…, pero fíjate que yo creo que no por razones económicas, o no solo, sino porque los poderosos han encontrado la coartada necesaria para hacer lo que siempre ansiaron y ansían: el silencio informativo. Mis amigos del grupo “La Excepción” lo rapearon con extremo acierto: “A los gobiernos les interesa que no sepamos de ná, les resulta más sencillo a la hora de mentir”. Valentía por tanto, y confianza absoluta y radical en que hay que contar todo lo que pasa que es mucho y muy importante y trascendente.
- Son unos valientes. Y son necesarios. Creo que este oficio nuestro de contar cosas, de contar lo que pasa, es tan instintivo como vocacional, y a él hay que lanzarse a pecho descubierto, sin prejuicios de ningún tipo, con la única obsesión de contar, contar y contar. Evidentemente no corren buenos tiempos, de hecho el periodismo es, después de la construcción, la profesión más afectada por la crisis…, pero fíjate que yo creo que no por razones económicas, o no solo, sino porque los poderosos han encontrado la coartada necesaria para hacer lo que siempre ansiaron y ansían: el silencio informativo. Mis amigos del grupo “La Excepción” lo rapearon con extremo acierto: “A los gobiernos les interesa que no sepamos de ná, les resulta más sencillo a la hora de mentir”. Valentía por tanto, y confianza absoluta y radical en que hay que contar todo lo que pasa que es mucho y muy importante y trascendente.
¿Y el nuevo escenario –el digital- en que
se está reubicando el periodismo, Javier?
-Sobre él, un par de frases. La primera es prudencia,
máxima prudencia y extrema cautela porque para contar algo hay que verlo,
conocerlo, contrastarlo, sentirlo y conseguir que los protagonistas nos lo
cuenten y lo cuenten. Si se cumplen esos requisitos, y alguno que otro más, se
estará CONTANDO. La segunda frase respecto al entorno digital, y no referida al
periodismo sino a ese tótem en que se ha convertido “el entorno digital”, se la
tomo prestada al novelista Fernando Cámara de su libro “Con todo el odio de nuestro corazón”. Dice así: “Lo malo es que la gente hace la revolución
desde sus casas: dibujitos y frases en el Facebook o el Twitter y ya está.
¡Como si todo el mundo anduviera leyendo sus mensajes!”