La Radio española ya tiene su diccionario
https://www.gorkazumeta.com/2013/11/la-radio-espanola-ya-tiene-su.html?m=0
Publicado por la Academia
de la Radio Española
Durante
diez años, poco a poco, rato a rato, Jorge
Álvarez, presidente de la Academia de
las Artes y las Ciencias Radiofónicas de España, ha ido recopilando
términos relacionados con la radio, procedentes de todos su ámbitos, el de las
emisiones, el de los periodistas, el comercial e incluso el de la gestión. El
académico Manolo González, reconoce
en el prólogo que “han sido muchos años
de duro trabajo e investigación, fruto del tesón de un hombre de radio
enamorado de su profesión”. El propio Jorge me reconocía que el libro es
producto, indirectamente, de multitud de papelitos dispersos donde apuntaba los
términos que iba censando, conforme se le presentaban en el camino. “Me puse a ordenarlos, con mucho esfuerzo,
primero en la búsqueda y luego en la recopilación, y aquí está el resultado”.
El
propio autor reconoce que no se trata de la obra definitiva. Al contrario, “me gustaría que este libro se convirtiera en
un primer paso para continuar enriqueciéndolo con otras aportaciones de
profesionales que lo amplíen” –me reconocía Jorge Álvarez-. El mismo Manolo
González abunda en la misma idea, cuando dice que no se trata del diccionario “definitivo, por cuanto marca el punto de
partida para futuras ediciones, en las que otros académicos irán aportando
nuevas palabras y actualizando términos para hacer de este diccionario todo un
referente de la radio española”.
No son muchos los títulos que se publican en España dedicados a la radio, así que bienvenidos sean todos ellos |
La Radio y su jerga
Nunca me había parado a pensar que la radio tiene su propia jerga. Aquí ha quedado probado sobradamente. Y es más, el envoltorio que le ha dado Jorge Álvarez al libro me merece toda la consideración. No es que solo haya picado de vocablos que se le presentaban por el camino, durante el ejercicio de la profesión, a la que se ha dedicado durante más de treinta años. Álvarez ha realizado también un exhaustivo estudio histórico, a modo de introducción, en el que relata páginas fundamentales en torno a la bibliografía sobre el ejercicio de la profesión periodística, como ese texto, fundamental, firmado por Aníbal Arias Ruiz, “Radiofonismo” (1955) que durante muchos años sirvió de referencia imprescindible en torno a la formación teórica que requería el medio. Ya en este texto se incluía un breve glosario de términos, y hasta el código de señas que utilizan locutores y técnicos durante la realización de un programa o un informativo de radio.
Álvarez
relata que en la actualidad, los jóvenes periodistas que se acercan a la radio,
aprenden el oficio “a medida que han ido
desarrollando su actividad laboral. Eso es lo que explica los cuantiosos
errores y vicios adquiridos que suelen arrastrar actualmente muchos
profesionales en activo y que son difíciles de eliminar por no haber sido
corregidos en su momento”. Y en este sentido, resulta curioso recordar cómo
en Radio Nacional de España a los locutores de los diarios hablados se les imponía una sanción económica (que se les
descontaba de su nómina) por cada una de sus equivocaciones durante la lectura.
Entonces, como vemos, los gazapos no tenían tan buen predicamento como ahora,
en que se recopilan para solaz del personal.
Jorge Álvarez afirma en la introducción de su libro que “los errores de locutores y técnicos en antena han aumentado con respecto a tiempos pasados”. Entre otras razones de esta situación, el presidente de la Academia de Radio mantiene que la salida anticipada de los profesionales de mayor recorrido y experiencia, a partir de los 40-45 años, de las grandes cadenas de radio, en beneficio de la mano de obra más barata, jóvenes universitarios recién salidos de la Facultad, está perjudicando seriamente el trasvase de información, y formación, de unas generaciones a otras. Y el resultado es que la calidad de las emisiones se resiente, y los fallos se multiplican.
La Academia de la Radio española ha institucionalizado también los Premios Nacionales de Radio para premiar el esfuerzo de los mejores profesionales |
La crisis ha afectado a la calidad de la radio española
Jorge Álvarez afirma en la introducción de su libro que “los errores de locutores y técnicos en antena han aumentado con respecto a tiempos pasados”. Entre otras razones de esta situación, el presidente de la Academia de Radio mantiene que la salida anticipada de los profesionales de mayor recorrido y experiencia, a partir de los 40-45 años, de las grandes cadenas de radio, en beneficio de la mano de obra más barata, jóvenes universitarios recién salidos de la Facultad, está perjudicando seriamente el trasvase de información, y formación, de unas generaciones a otras. Y el resultado es que la calidad de las emisiones se resiente, y los fallos se multiplican.
¿Oficio o profesión?
Jorge Álvarez incide también en el debate acerca de si el ejercicio radiofónico es más una profesión o un oficio. “Teniendo en cuenta que no hay un título académico específico que habilite para trabajar en la radio, pues lo que se requiere por lo general es poseer habilidad práctica por encima de cualquier conocimiento teórico, cabría pensar entonces que el ejercicio de la radio es en realidad un oficio”. Sin embargo, y pese a esta explicación somera de por qué se defiende el término ‘oficio’, el presidente de la Academia de la Radio aboga por defender su consideración como ‘profesión’. “Si existen dudas para tal consideración es a causa de factores externos que han influido negativamente en su correcto desarrollo”. Es indudable que el ejercicio radiofónico presenta una serie de aspectos propios del oficio (más mecánicos y relacionados con la pericia técnica), pero no puede obviarse de ninguna manera la formación integral que necesita una persona para afrontar el reto de comunicarse a través de la radio con sus semejantes, concepto mucho más amplio que viene establecido por el conocimiento de una profesión.
Jorge Álvarez, presidente ejecutivo de la Academia de la Radio española |
“Abaritonada” es el primer término que se recoge en este “Diccionario de la Radio española”. Y se define de la siguiente manera: “Dícese de la voz semejante a la del barítono. Hablar con voz abaritonada es hablar con voz de barítono o engolar la voz”. Y “zona mixta” el último, para hacer referencia al “lugar de un estudio deportivo donde coinciden deportistas y reporteros. Suele ubicarse entre la sala de prensa y los vestuarios, para conseguir declaraciones de los deportistas al margen de la sala de prensa”. Entre medias de estos dos términos cientos de palabras nacidas por y para la radio, con su correspondiente definición, como “cuña”, “falso directo”, “programación”, “abocar”, “careta de entrada”, “continuidad”, “hit parade”, “disk jockey” o “indicativo”.
Y otros cuyo uso ha desaparecido, como los "ruideros", los compañeros técnicos que se encargaban de generar los efectos especiales que acompañaban a los viejos dramáticos de los años 40, 50 y 60, a base de cacharrería que producía los mismos sonidos. La llegada de los discos de efectos especiales y de los ordenadores terminaron con ellos.
“Hay que dejar siempre los pitos limpios”
Sin
duda se trataba –y se trata- de una exigencia tradicional en la historia de la
radio. A los realizadores y presentadores de programas, se les requería
insistentemente, cuando incumplían las órdenes, que los pitos (señales
horarias) debían emitirse en antena “limpios”, sin estar mezclados con la
despedida del presentador o la sintonía del programa. No podía obviarse una de
las funciones de la radio, situar al oyente en el tiempo en que está viviendo,
a través de los boletines horarios de noticias. Como este término –los ‘pitos’-
la radio está repleta de palabras curiosas que hacen de este “Diccionario de la Radio española” una
delicia de lectura, entretenida y muy formativa.
Algunas cadenas elaboraron, gracias al esfuerzo y la
dedicación de algunos redactores, coordinados por redactores jefes, unos breves
textos orientativos para ejercer el oficio en sus instalaciones. Se trataba de
unificar criterios, gestos y palabras en un soporte físico (en aquel tiempo,
finales de los ochenta y principios de los 90 no existía la informática) de
manera que los nuevos redactores que se incorporaban a la emisora pudieran
tener, reunidas, las principales pautas de funcionamiento e indicaciones más
sobresalientes. Así, en la cadena SER,
el periodista Rafael Manzano (corresponsal durante muchos años en Moscú) fue uno
de sus promotores, aunque no llegó a publicarse, y solo circulaba a través de
fotocopias encuadernadas con un rústico espiral. En Onda Cero, en cambio, sí llegaron a
publicar su "libro verde" en 1996 (en la foto) y a reunir en él orientaciones muy prácticas para el
ejercicio del oficio en sus instalaciones. Entre otros, sus autores fueron Félix Madero y María José Sastre. También tengo noticias de que RNE hizo lo propio, aunque nunca llegué a
verlo.
Por si fuera poco, al
final del libro, Jorge Álvarez incluye una serie de apéndices, dedicados a
profundizar en aspectos como la bibliografía existente, así como en las señales
visuales de apoyo para el ejercicio de la profesión y, lo más llamativo, unas páginas
dedicadas a profundizar en los pioneros de la radio en nuestro país, capítulo
en el que Álvarez ha profundizado en las patentes del invento radiofónico en
España.
Álvarez recoge la patente del militar valenciano Julio Cervera Baviera, de fecha 1899, que registró "un procedimiento mecánico y químico a la vez para transmitir y recibir ondas eléctricas a distancia", aunque no hablaba, expresamente, de radiodifusión. Del mismo año es otra patente, ésta firmada por Domingo De Orueta y Duarte, en la que ya se hablaba de "un procedimiento mecánico para la aplicación de la telegrafía sin hilos para evitar los choques de los trenes en los caminos de hierro y poder comunicar los trenes en marcha". Sin duda, un paso de gigante en la llegada de la radio.
En definitiva, este libro es de consulta imprescindible para los profesionales de la radio española, también para quienes persiguen dedicarse a este 'oficio' (sabia decisión) y, por fin, texto entretenido de lectura para todos aquellos que manifiesten interés por este medio de tan larga tradición y penetración en España.
Presentación del libro en Logroño.
Jorge Álvarez |
Álvarez recoge la patente del militar valenciano Julio Cervera Baviera, de fecha 1899, que registró "un procedimiento mecánico y químico a la vez para transmitir y recibir ondas eléctricas a distancia", aunque no hablaba, expresamente, de radiodifusión. Del mismo año es otra patente, ésta firmada por Domingo De Orueta y Duarte, en la que ya se hablaba de "un procedimiento mecánico para la aplicación de la telegrafía sin hilos para evitar los choques de los trenes en los caminos de hierro y poder comunicar los trenes en marcha". Sin duda, un paso de gigante en la llegada de la radio.
En definitiva, este libro es de consulta imprescindible para los profesionales de la radio española, también para quienes persiguen dedicarse a este 'oficio' (sabia decisión) y, por fin, texto entretenido de lectura para todos aquellos que manifiesten interés por este medio de tan larga tradición y penetración en España.
Presentación del libro en Logroño.