Entrevista a Magín Revillo (y III)

“Todavía hoy casi no me acabo de explicar el ERE de RTVE”

Magín ahora se ha reciclado como profesor,
 aunque no abandona el ejercicio del periodismo

Continúa...

-En 1999 llega un cambio radical en tu vida. Te marchas a Washington de corresponsal de RNE y te toca una etapa apasionante en los EE.UU. Llegaste con Clinton y te marchaste con Bush y por un poquito no pudiste contar la llegada del primer presidente negro de la historia de los EE.UU. porque llegó el ERE de RTVE. ¡Te pilló en medio…!

- …en medio… o más bien un poco lejos, porque todavía hoy casi no me lo acabo de explicar. Algo debe tener de malo el vivir las noticias de tu casa a muchos miles de kilómetros. Fuí el último en salir y en apagar la luz. La experiencia, como me auguraron mis buenos amigos y predecesores en esa corresponsalía, Javier Martín Domínguez y Luz Rodríguez, resultó irrepetible. Y para colmo, una parada y fonda –me niego a pensar en un final de trayecto- en una vida que hasta 2009 estuvo siempre pegada a la radio y a la televisión pública. Se ha dicho ya casi de todo sobre ese ERE y esa nuestra RTVE. Todavía y desde la distancia, solo puedo añadir que hago todo lo posible para que duela menos. 

-¡Cuánto talento desperdiciado!, me comentó también Julio César. En el mejor momento profesional, Magín, te cambian la vida. Escribiste en tu blog aquello de que te obligaban a vivir de las rentas, y dijiste aquello, por lo que he visto, de que “me mandarán al paro, pero no me voy a quedar parado”. Y te reinventaste.

-Se hace lo que se puede, lo que te dejan también, porque las claúsulas que firmamos al aceptar el ERE han resultado leoninas para muchos. Se acabó hasta la jubilación el trabajar en medios de la competencia, la radio y la televisión en España. Como dijo algún expresidente de su situación (se refiere a Felipe González), miles de trabajadores de RTVE  nos convertimos en jarrones chinos.  Se renunció de un plumazo a la memoria, a las referencias, a los recuerdos…  Se decidió tirar por la borda lo que se tardó años en consolidar. Una marca, un estilo, unos equipos con señas de identidad propia. Y eso que el Expediente de Regulacion de Empleo no llegó en tiempos de recortes, porque si no la explicación basada en el  ahorro que prometió explicarme algun día Pedro Solbes, en un viaje como vicerpesidente a Washington, habría hasta resultado posible. ¡Qué pena, pero al mal tiempo siempre buena cara!

-Y hoy trabajas para el Instituto Cervantes en EE.UU., la que fue tu última ciudad profesional y donde has decidido quedarte, de momento, como profesor de español, como corresponsal para dos emisoras de Prisa Radio (La W y Caracol) -¡tu radio del alma!- y eres un profesional muy activo de los periódicos digitales, donde nadie sabe todavía cómo sacarle beneficio a la red. ¿Cómo ves el nuevo escenario que nos está tocando vivir, Magín? ¿Cómo queda el periodismo en este nueva Babel global que se ha presentado sin invitarla?

Magín en sus comienzos...

-Siempre habrá un rincón para una crónica. Siempre un papel en blanco donde escribir lo último que llame nuestra atención. Siempre un blog, como éste, Gorka, donde algún loco va a quemar las ganas que lleva dentro… El Periodismo solo acabará el día que alguien pueda llegar a pensar que ejerciendo otra de las profesiones más antiguas de la tierra terminará convertido en rico. Forrarse se forrarán otros pero no ese chico que sale de la facultad y busca una oportunidad para hacer realidad sus sueños. Acabar cobrando 30 dólares por crónica es un lujo para los tiempos que corren. La teoría del pelotazo debe quedar en la historia y en el sueño rancio de los que siguen pensando que la información debe y puede ser un tratado de tú a tú con el poder. Hoy ya no es necesario pagar para saber qué día hará mañana, ni la publicidad está dispuesta a invertir en lujos y reliquias del pasado. Una primicia dura lo que acaba en ser leída, escuchada o vista por sus destinatarios y no cuando es copiada por la competencia. Me hace gracia ver cómo algunos periódicos digitales esconden en sus primeras ediciones “su” noticia, para que no se la pise el resto. Viven en el ayer, sin haber descubierto que el futuro les ha pasado por encima. Ya solo un gurú de los medios y de la venta digital, ya solo Bezos piensa que el papel y el Washington Post puede ser rentable con un lavado interior y exterior después de una irrisoria compra-venta de 250 millones de dólares.

-No sé si desde EE.UU. te da tiempo para meterte en internet y escuchar algo de la radio española, y tampoco sé si te pongo en un compromiso si te pregunto por lo que escuchas, si lo haces.

-No sería ningún compromiso decirte lo que pienso de la radio que se hace hoy en España, pero la verdad es que no me queda tiempo libre para lo que siempre consideré una obligación. A lo que llego, y no siempre, es a ver algún telediario a través de Televisión Española Internacional. Tengo la aplicación de RTVE y la SER en mi teléfono móvil. Pero confieso que soy adicto a “La W” en mis ratos libres, que son muy pocos.

-La penúltima pregunta es para pedirte una última reflexión en torno a lo que, en tu opinión, y a la vista de lo que ya estamos viviendo, puede que se nos venga encima. ¿Cómo ves el futuro, Magín?

-Me temo que habrá que terminar poniéndole mucho hilo a la cometa. Si tengo que pensar en el futuro de la comunicación en España debo decir que prefiero ser optimista. Solo por comparación, por lo que he visto y veo que se hace en los Estados Unidos, tenemos todavía muchas oportunidades y medios que aprovechar. Hasta que degrademos algunas fórmulas que aquí empiezan a contaminarse, como son las televisiones 24 horas de noticias, podemos descubrir que la radio en las sociedades avanzadas termina convertida en micrófonos con imágenes. Las televisiones estadounidenses llegan antes y dan las noticias que en España siempre han estado reservadas a la radio. La última hora es con imágenes en directo, algo sospechosamente imposible en un país en el que solo el estado de Texas es más grande que toda España. Nuestra televisión tendrá que ganar tiempo y desprenderse de los vicios que ha tenido que amplificar como consecuencia de la crisis.

Ahora en Estados Unidos,
sin dejar de aprender

-¿Qué le queda entonces a la radio?

-La radio aprenderá a reconciliarse con el sonido y los sonidos, su última razón de ser y existir. El teléfono fue un hilo conductor impescindible del ayer, pero ese recurso ha pasado a mejor vida desde que cada individuo se conecta a las redes sociales y cuenta allí en primera persona sus problemas y experiencias. Ya tenemos todos vídeo a la mano y micrófono incorporado. Nos podemos ver y escuchar a cientos de miles de kilómetros, sentirnos juntos, como si  estuviésemos en la habitación de enfrente,  sentados en   la plaza de Egipto como si fuese una terraza más de las que se asoman a las plazas de nuestros pueblos… La Aldea global no necesita de los medios tradicionales, ni de sus periodistas tradicionales. Al final, todo vuelve a ser cuestión de ingenio y -como siempre y desde siempre- de mucha Educación.

-Ha sido un placer, Magín.

-Gracias a ti por haberme hecho recordar como abuelo cebolleta lo mucho que nos queda por delante.