Entrevista a Magín Revillo (I)
https://www.gorkazumeta.com/2013/10/entrevista-magin-revillo-i.html?m=0
“Todavía se me cae la baba cuando recuerdo a mi abuelo”
Reconozco públicamente que la puesta en marcha de este blog
me ha reportado muchas satisfacciones. Entre ellas, y muy subrayado, contar con
el apoyo, firme y decidido, de la profesión para enriquecer el debate que
propongo en él. Lo que más me agrada es, sin duda, generar debate, provocar las
reflexiones oportunas para avanzar en el mundo de la comunicación, mi nuevo
cometido profesional en la actualidad y, en especial, en el ámbito de la radio,
a la que he dedicado, con pasión, mi vida. Uno de esos felices encuentros que
he tenido la suerte de vivir, siquiera virtualmente, ha sido contactar con un
hombre de Radio Nacional de España –una de mis escuelas- que me acompañó
por las mañanas, por las tardes y por las noches y, sin él saberlo, me contagió
el amor por este oficio. Hablo de Magín
Revillo, al que el ERE de RTVE de 2009 le aparcó en la cuneta cuando
era corresponsal en EE.UU de la radio pública. Y allí se quedó, de profesor de
español, aunque el periodismo no le ha perdido del todo, afortunadamente. Magín
es, sin duda, otro todoterreno, que
demostró, tanto en informativos como en programas, que RNE era –y es, a pesar de las apariencias-
una de las cadenas de radio más señeras de la historia de la radiodifusión
española. No sabía que sus comienzos fueron en mi pueblo, en San Sebastián,
como él contará más adelante. La conversación es deliciosa, ¡disfrútenla!
-Perteneces a la cuarta generación de los ‘Revillo’, familia de larga tradición periodística, relacionada con la prensa leonesa, con “El pensamiento astorgano” como bandera. ¿Cómo recuerdas la importancia y la trascendencia de la prensa local de los años en que la viviste como niño? ¿Cómo se vivía en tu familia la realidad local?
-Me sorprende, y me alegra, que hayas sido capaz de bucear en la hemeroteca para empezar esta entrevista tocándome el corazón. Si alguien marcó inconscientemente mi vida, ése fue mi abuelo. No llegué a conocer al bisabuelo, fundador de “El Pensamiento astorgano”. Por eso, para mí, el verdadero y único Magin Revillo –mi abuelo- es el único ser capaz de estar en misa y repicando. La prensa local era el negocio familiar. El periódico trisemanal se hacía en los bajos de la calle Postas. Salía de la entrañas de una casa solariega, alquilada por una perrona y finalmente abandonada a su suerte.
Durante muchos años, la voz de Magín Revillo nos acompañó, desde RNE, a varias generaciones |
-Me sorprende, y me alegra, que hayas sido capaz de bucear en la hemeroteca para empezar esta entrevista tocándome el corazón. Si alguien marcó inconscientemente mi vida, ése fue mi abuelo. No llegué a conocer al bisabuelo, fundador de “El Pensamiento astorgano”. Por eso, para mí, el verdadero y único Magin Revillo –mi abuelo- es el único ser capaz de estar en misa y repicando. La prensa local era el negocio familiar. El periódico trisemanal se hacía en los bajos de la calle Postas. Salía de la entrañas de una casa solariega, alquilada por una perrona y finalmente abandonada a su suerte.
¿Qué ha quedado de ella?
-Hoy es un terreno
sin construir, propiedad del Ayuntamiento
que lo heredó de la Escuela de Oficios que dirigió el abuelo en esa necesidad
de hacer de todo para sobrevivir. Conseguir el sustento de una familia
numerosa, con los pocos ingresos de una publicidad local, da para muchos sobresaltos.
El abuelo Magin escribía, cobraba, buscaba publicidad, trapicheaba intercambios
de servicios, iba a los plenos del ayuntamiento y podía levantar la mano para
decirle ¨prensa¨ a cualquiera que preguntara su identidad. Todavía se me cae la
baba cuando le recuerdo, casi tanto como cuando mandaba callar a todo quien
estuviera sentado a su mesa para escuchar “El
parte”, del que se valía para sacar la última hora de informaciones nacionales
e internacionales en el más duro franquismo. Luego llegaba la hora del cierre,
las prisas y los gritos, el pegar fajas casi con la tinta fresca y el llevar a
correos una buena remesa de periódicos para alcanzar la última recogida del día
y hacer posible que SU periódico llegara a los cinco continentes.
-Estudiaste Ciencias de la Información en Madrid, en La
Complutense. Terminaste en 1976. Y pasaste por mi pueblo, San Sebastián, para
trabajar en “La Voz de España” y “El Diario Vasco”, éste ultimo el diario con el que
crecí. ¿Qué recuerdas de estos primeros años? ¿Cómo era el periodismo que
ejercían tus mayores de entonces?
-Mis primeras prácticas
fueron, efectivamanete, en “La Voz de
España”. Si te soy sincero, fue una ayudita del abuelo la que permitió
conocer aquel caserón de la Prensa del Movimiento donde trabajaban muchos y muy
buenos profesionales que todavía hoy contribuyen a que nuestro país siga siendo
un poco mejor cada día. Mi primer jefe –después del abuelo, naturalmente- se
llamó y se llama Miguel
Larrea…
-…magnífico periodista, y buen amigo, Miguel. A mí me animó
a optar por la radio, cuando rechacé, amablemente, las prácticas que me concedió en “El Diario Vasco”, que dirigía en 1985…
-Sí, le veo ahora en
la tele y no me olvido ni de sus lecciones ni de su insistencia: “no sabes titular”. Gracias a Miguel tuve
que apredender, y aprendí, a disimular mis torpezas con urgencia, pues la radio
–la información en la radio que acabó siendo mi vida- es una gran escuela para poner en práctica la
continua sucesión de titulares. Donde lo breve, la esencia, es casi una
obligación. Todo lo contrario de aquel día en que el bueno de Miguel me dijo
que tenía que llenar dos páginas del periódico con un concurso de perros
pastor…
Magín, en RNE |
-¡Sí! Se sorprenderían muchos lectores del enorme atractivo que ejerce entre los vascos este tipo de competiciones en las que los perros demuestran sus habilidades para dirigir al rebaño de ovejas… ¿Estuviste, luego, unos cuatro años en “Diario 16”? Te tocó, si no recuerdo mal, el nombramiento de Adolfo Suárez como presidente del gobierno, tras Carlos Arias Navarro: la transición. ¡Qué momentazo para un joven plumilla, no?
-Sí, increíble, aquellos años de traducir el “Libertad sin ira” a informaciones y exclusivas en un periódico recién nacido y donde se podía trabajar de sol a sol... La sorpresa fue conocer en su salsa a Miguel Angel Aguilar y aprender muy pronto de lo mucho que puede hacer una buena risotada a tiempo. En un periódico joven puede pasar de todo, hasta que de buenas a primeras te veas escribiendo un editorial con ideas ajenas. No puedes nunca acabar de dar crédito a todo lo que escuchas en reuniones y asambleas. Te das de bruces asistiendo -desde primera fila- al insólito espectáculo de ver cómo Ricardo Utrilla daba vueltas a un titular para provocar a las masas… Si llueve, gana la UCD.
-Sin duda, para ti, sería una grandísima escuela…
-¡Enorme! La experiencia de “Diario 16” sumó la oportunidad de salir a la calle, conocer en directo a esas personas y personajes de los que hablábamos en la radio, descubrir lo que es una fuente, vivir el tira y afloja de las negociaciones políticas, seguir la elaboración de los estatutos vasco y catalán…. Eran años difíciles, donde el terrorismo golpeaba fuerte y duro, donde podían secuestrar a un amigo o matar a quien había sido tu vecino. Y eran años de elecciones, de primeras elecciones demócraticas, donde viajar en un reactor con el secretario general del Partido Comunista de España era para mí tan ilusionante como aprender a titular.
Los comienzos de Magín... |
-No, no fue ningún imán sino una simple obligación de elegir. La familia Revillo es de prensa escrita y acabamos en la radio por pura casualidad. José Magín, mi tío, en Radio León. Llegó a la radio después de hacer muchos periódicos y estar atado por el abuelo para no irse de la imprenta. Se repetía la historia, lo mismo le hizo a mi abuelo su padre. El único que rompió el círculo fue J. Airam. Era el segundo de los hijos Revillo y entonces no hacía falta mano de obra. Primero marchó a León y luego, trabajando en Barcelona, inauguró la primera escuela de periodismo de la Ciudad Condal. J. Airam es mi padre y en mi cuarto escribía, envuelto en humo, “Cosas de aquí, cosas de la actualidad de Astorga”, aunque estuviese a cientos de kilómetros de distancia. Lo curioso es que mi padre ganó en su día unas oposiciones para escribir noticias y guiones en la radio palentina en aquellos primeros años donde el pluriempleo era el único sistema de levantar cabeza.
Continúa...