¿Por qué Luis del Olmo no trabajó nunca en la SER?

Con frecuencia me han preguntado ¿por qué Luis del Olmo no ha trabajado en la SER, la única de las grandes cadenas de radio españolas por las que no ha pasado “Protagonistas”, su marca más conocida. El locutor ponferradino comenzó con este programa en RNE, para pasar luego a la Cadena Cope, seguir en Onda Cero, recalar en Punto Radio y concluir, de nuevo –cerrando el ciclo- en RNE, donde del Olmo dejará de presentarlo en la Navidad de este año, tal y como ha anunciado recientemente.

Iñaki le entregó su último Premio Ondas el año pasado, 2012, en Barcelona (Fotografía CadenaSER.com)

Luis del Olmo no encajaba en la SER. Ni por ideología, ni por modelo empresarial. Cuando decidió abandonar RNE para dirigirse a la Cope, reconoció que se marchaba por dinero. Habría que haber añadido entonces el adjetivo ‘mucho’, porque el ponferradino desembarcó en 1983, en la incipiente cadena radiofónica de los obispos (hasta entonces era una simple suma de emisoras provinciales sin estructura de cadena nacional), con su propia productora.

Del Olmo se hacía cargo de unas horas de radio y él –su empresa- las rentabilizaba. Él, por tanto, era el que contrataba y despedía a sus colaboradores, y no la Cope, u Onda Cero o Punto Radio luego. En los buenos tiempos de la radio, en los primeros noventa, cuando la publicidad buscaba al líder “Protagonistas, el locutor se mostraba bastante espléndido con su equipo.

Con el “Debate sobre el Estado de la Nación”, Luis del Olmo reunió a la crème de la crème de los humoristas españoles del momento, y con ellos brilló en el firmamento de la radio española, hasta que falleció Luis Sánchez Polack, Tip, en 1999. Entonces Luis, ya en Onda Cero, decidió disolver el grupo en señal de respeto al mayor de los genios del humor del absurdo. Pues bien, fue la empresa de Del Olmo la que pagaba religiosamente a toda la troupe que provocaba el delirio de los oyentes: Tip y Coll, Gila, Chumy Chúmez, Forges, Antonio Ozores, Manuel Summers, Alfonso Ussía o Mingote, entre otros. El locutor de Ponferrada contrató también a Mari Carmen y sus muñecos, e hizo de Doña Rogelia, uno de sus personajes, una auténtica estrella de la radio española en “Doña Rogelia mon amour”.

Del Olmo ingresaba muchos ceros al año, en Cope y en Onda Cero. “Yo he ganado mucho dinero en mi vida” –le hemos oído decir varias veces-. Seguía el mismo modelo empresarial que José María García, otro histórico, que se fue de la SER pegando un portazo verbal a Antena 3 Radio y arrastró consigo millones de oyentes. Pocos saben, por cierto, que García era persona de buen corazón, tan buen jefe de su equipo que no dudaba en prestarles dinero si les veía en apuros económicos.

Luis del Olmo en su última etapa de 'Protagonistas', de vuelta en RNE (Fotografía RTVE.es)

Con este modelo económico, en que el propio Luis del Olmo explotaba sus horas de radio y, por decirlo así, pagaba luego el “alquiler” a la emisora que le prestaba las horas, no tenía cabida en la SER. La emisora, hoy de Prisa, ha preferido trabajar siempre con producción propia. La gran diferencia entre Iñaki Gabilondo y Luis del Olmo no ha sido solo su estilo, tan diferente; su procedencia profesional, el periodismo y el entretenimiento; o su ideología, progresista y liberal. Mientras que Del Olmo se trasladaba allá donde le llamaban con su empresa –era por tanto un empresario de la radio en casa ajena-, Gabilondo era un asalariado de la SER.

A pesar de todo el leonés conservaba una buena relación con Jesús de Polanco, fundador de Prisa, con quien coincidía prácticamente todos los veranos unos días en Santillana del Mar (Cantabria), con mesa y mantel de por medio. Ambos se profesaban un gran respeto. Luis del Olmo dijo de Jesús de Polanco, al morir éste, en 2007, que fue el “artífice del grupo de comunicación más importante de la historia de España”. Pese a la buena relación, el ponferradino nunca trabajó delante del micrófono amarillo.

La SER de Prisa eligió entonces producir sus propios programas y prescindir de productoras. Hubo algunas excepciones, como “La Media Vuelta”, programa patrocinado por una marca automovilística, que llegó de la mano de Nacho Lewin y su productora a las tardes-noches, y permaneció bastantes temporadas ocupándose del mundo del corazón, a modo de “Sálvame” radiofónico, pero con menos higadillos y más ironía.

La fórmula de las productoras, más común en las televisiones, también se extendió por algunas radios, pero no en la SER, donde Iñaki Gabilondo cobraba a fin de mes su nómina, sin preocuparse de más cuestiones que de los contenidos propiamente dichos de su programa. Iñaki no quiso ser empresario. Y oportunidades tuvo, la más importante, tal vez, a la marcha de Del Olmo de la Cope, en 1991, cuando le ofrecieron un contrato millonario por abandonar la cadena de Prisa y abrazar la de los obispos, que se quedaban sin estrella para sus mañanas. El donostiarra rechazó la suculenta invitación de Cope que le ofrecía 1.000 millones de pesetas.

Mientras, Del Olmo firmó un contrato con la cadena Onda Cero, entonces propiedad de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos de España) que le garantizaba (a su empresa) unos ingresos de 3.000 millones de pesetas por cinco temporadas. ¿Cuánto debía ingresar Onda Cero en publicidad para que el contrato del leonés fuera rentable?

Del Olmo entrevistó a Iñaki en ABC Punto Radio, en 2012. Delicioso diálogo (Fotografía ABC Punto Radio)

Gabilondo prefería el proyecto de la SER, a la que ha sido fiel durante toda su vida profesional. Solo ha conocido estos colores en su vida, a excepción de unos meses, al comienzo de su carrera, en Radio Popular de San Sebastián. Entre las ventajas, o desventajas, según se mire, de ser un asalariado, se encuentra que no es él, o su productora, la que contrata a los colaboradores, sino la SER. De igual manera, no es él quien los despide. Pero igual ocurre con su equipo más cercano. Cuando el periodista donostiarra abandonó la radio por la televisión en Cuatro, el grueso de su equipo pasó a trabajar con Carles Francino. Poco después, reclamó a su productora de toda la vida, Paloma Quintanilla, su mano derecha, quien le acompañó hasta el cierre de CNN+, en que, como casi todos, pasó a engrosar las filas del paro.

Luis del Olmo se ha hecho acompañar por un equipo fiel a lo largo de su vida profesional, en el que destaca, con brillo propio, Antonio Rúa, subdirector durante muchos años de “Protagonistas”. El apego del leonés por su gente ha sido proverbial, aunque en esta última etapa, ya camina prácticamente solo. Por eso ha fichado con RNE por la simbólica cifra de un euro al día. “Si yo me llevara un pastón de la radio pública, ahora, -ha reconocido públicamente- algo me escocería en el corazón y en el alma”.

La figura de las productoras dentro de una cadena de radio, a modo de pequeñas empresas que viven del alquiler de tiempo, liberan a los operadores de cuantiosos gastos de personal, es cierto. Pero, por el contrario, no se les puede exigir la misma identificación con la marca, porque hoy están aquí, y mañana allí. Hay quien los llama “mercenarios de las ondas”, pero el término me parece no solo inapropiado, sino también injusto. No dejan de ser profesionales que miman su producto y tratan de hacerlo lo mejor posible.

La SER, sin embargo, frente a las cadenas radiofónicas que adoptan el modelo de las productoras externas, ha preferido crear un equipo de verdad, que comporta –también es cierto- unos costes permanentes muy altos, pero a los que sí se puede exigir que sientan la camiseta; aunque las últimas actuaciones de la cadena radiofónica de Prisa están torpedeando el clima colectivo de autoestima –otros lo llaman complejo de superioridad- que ha tenido siempre.

Luis del Olmo también trabajó en COPE, y regresó en varias ocasiones (Fotografía COPE.es)

Como ya comenté en un anterior post, mucho me temo que el modelo de las productoras externas se va a ir extendiendo, incluso en aquellas casas en las que no estaban bien vistas. En Los 40 Principales, o sea, en Prisa Radio, ya trabaja la productora de Toni Garrido haciendo un gran programa, absolutamente innovador, en fondo y forma: “Yu, no te pierdas nada”. Las cosas están cambiando, el dinero no abunda y la situación obliga a ingeniárselas para ofrecer un buen contenido, al menor coste posible. ¿Que la calidad se resiente? Éste es otro debate.

Por todo esto, y regresando a la pregunta inicial de este post, Luis del Olmo no trabajó nunca en la SER. La cadena de Prisa Radio tenía a Iñaki Gabilondo, y era más que suficiente para ellos. Habían apostado además por una programación estructurada en torno a los Servicios Informativos, de equipo, en la que todos sus comunicadores eran periodistas. El perfil del leonés no encajaba muy bien en esta organización, y mucho menos su modelo económico de "alquiler" de tiempo. 

De todas formas, a quienes amamos la radio, imaginar siquiera una cadena que inaugurara el día con Iñaki y avanzara en la mañana con Luis se nos antojaba como el culmen de la historia de la radio española contemporánea. Pero esto es solo historia ficción… o radio ficción.

NOTA DEL EDITOR: Aunque Luis del Olmo no trabajó, como mantengo, en la Cadena SER (a nivel nacional), sí que es cierto que el ponferradino trabajó delante del micrófono amarillo de esta casa. Fue en sus comienzos. Sus primerísimos pasos, siendo un adolescente, los dio en Radio Asturias de Oviedo, emisora asociada a la Cadena SER, propiedad de empresarios locales. Fueron los primeros que se dieron cuenta de la potencialidad de este enorme profesional, ya retirado.