Los nuevos escenarios de la radio española
https://www.gorkazumeta.com/2013/08/temporada-2013-2014-nuevo-escenario.html?m=0
25.448.000 españoles, mayores de 14 años, escuchan la radio habitualmente de lunes a viernes, según la última oleada del EGM (2ª ola 20123). Ésta es la tarta que se reparte en España de oyentes de este medio, una cifra nada despreciable, pero que no obtiene, por lo general, la repercusión mediática que merece por derecho, y por presencia. La mayoría de los diarios dedican varias páginas al día para hablar de su hermana menor (llegó después y copió a la radio…) -la televisión-; pero a la radio le dedican contados espacios, casi siempre discretos; salvo que quien protagonice la noticia sea un personaje popular, procedente -¡qué paradoja!- de la televisión.
Un descubrimiento de esta temporada, "Yu, no te pierdas nada", en Los 40, idea de Toni Garrido |
Así
se juega en este tablero de la radio en el que todos aspiran a atraer a la
mayoría de esos 25 millones de oyentes. La publicidad actúa como abejas ante el
polen: acude allí donde hay oyentes, y trata de optimizar su inversión y, lógicamente, sacarle el mayor
rendimiento. El panorama de la inversión publicitaria ha cambiado. No solo se
ha reducido sobremanera (lo que ha provocado tantos ERE’s en las empresas
periodísticas), sino que se ha vuelto mucho más cuidadosa y selectiva en la
elección del medio.
Antes
de que llegara la tan persistente crisis económica, las empresas dedicaban
grandes presupuestos a la publicidad, las economías familiares eran mucho más
expansivas y el consumo mejoraba día a día sus cifras. La situación ha cambiado
radicalmente. Los bolsillos se han contraído y la desconfianza y la inquietud
se han extendido. La publicidad no puede ser la misma, pues los ingresos de las
empresas se han visto reducidos dramáticamente en algunos –muchos- casos. La
pescadilla que se muerde la cola… ¿Y la radio, en este escenario, dónde queda?
Los
medios que más han sufrido la crisis, y no descubro nada, han sido, por este
orden: la prensa y la televisión. La radio lo ha sufrido en menor proporción,
pero eso no quiere decir, en absoluto, que el sufrimiento sea menor que en el
resto. Las empresas periodísticas parten de unos costes enormes que, en tiempos
de vacas gordas, se asumían, y además las cuentas de resultados arrojaban
cuantiosos beneficios que satisfacían a sus inversores. El descenso brusco de
ingresos ha provocado reajustes de plantillas (costes) y esto está afectando,
ineludiblemente, a la calidad. Los inversores tratan de mantener sus márgenes,
pero dan la impresión de que se desentienden de la calidad, lo que a la larga
puede hacer desaparecer su gallina de los
huevos de oro.
¿Se quedará definitivamente en la Cope Javi Nieves? Hay opiniones que apuestan por esto. |
En
este escenario adverso, la Temporada 2013-2014 se presenta muy interesante
(todas lo son, sin duda, pero la situación, lejos de aclararse, se complica aún
más). La radio no se plantea reforzar las plantillas de redactores y
productores para aumentar la calidad de su oferta; sino cambiar de caras
(voces) visibles para atraer a más
oyentes. El anzuelo, en este caso, son tipos provenientes de la televisión, que
tienen tirón popular y a priori parten
de una mejor posición en la línea de salida.
Jaime Cantizano, al frente del “Atrévete!” de la cadena
Dial, o Dani Mateo, en “Yu, no te pierdas nada”,
en Los
40, son dos de los
últimos ejemplos de esta extendida estrategia. De ella han participado muchos
otros nombres, como Àngels Barceló, Ernesto
Saénz de Buruaga, Ramón García, Julia Otero, el propio Carles Francino, etc. El listado sería enorme. Pero es que además,
por si fuera poco, en la mayoría de los casos apuntados, su procedencia
profesional hay que buscarla, en una gran mayoría de casos, en la radio. De
cualquier manera, el bautizo
televisivo dota de una pátina de atracción al profesional que enriquece su
perfil y lo hace más rentable. O eso
parece. Y si un profesional reputado de la televisión no ha tenido la
oportunidad de salir en la caja tonta;
entonces se hace lo posible, y hasta lo imposible, para acercarle una cámara
delante, tenga o no telegenia o valga para ello. Luis del Olmo supo enseguida, lo asumió y fue coherente, que lo
suyo no era la televisión, sino la radio. Y, aunque realizó alguna incursión en
un plató, pronto se dio cuenta de que donde debía hacerse fuerte era en la
radio.
No
defiendo en absoluto ninguna pureza
de raza radiofónica, si es que se lo parece a algún lector. Resultaría infantil. Tan solo pretendo
subrayar que la televisión ejerce un magnetismo especial no solo entre los
televidentes, sino también entre los directivos de radio de este país que,
lejos de crear sus propias estrellas y equipos, aportar por ellos mismos, eligen
abastecerse, ¡y a qué precios!, de las parrillas televisivas. Las diferencias
de percepciones entre las estrellas y el resto del equipo resultan abismales,
cuando no obscenas. La crisis también ha cambiado esto, ¡qué duda cabe! Y todos
han tenido que pasar el aro.
Las modernas radios ya no son como las de válvulas de antaño. ¿Qué hace la nueva radio para aprovechar las nuevas herramientas? |
También
es cierto que el mercado de la radio no es el de la televisión, menos para unos
pocos tal vez. Las cifras que se manejan en la televisión son sensiblemente
superiores, incluso en redactores y productores. Pero también es cierto que son
más fugaces. Los contratos por obra (por programa) abundan, las productoras son
los suministradores de las parrillas de las grandes cadenas que, en ningún
caso, asumen nada más que el contrato de permanencia en la antena, dependiente
de los resultados de audiencia obtenidos. Y mantener, y pagar, al personal, no
es responsabilidad de ellos, sino de sus productoras, que evidentemente pagan
con la misma moneda: si el programa funciona, adelante; si no, ¡adiós muy
buenas!
En
la radio, los equipos de personal gozan –o gozaban- de una mayor seguridad de
permanencia, salvo el caso de aquellas emisoras que trabajan con productoras,
que les hagan un buen precio. La tendencia, ante la nueva situación, me temo
que va a pasar por aquí: las grandes cadenas se van a convertir en meros
canales de transmisión de contenidos, producidos por terceros. De esta manera,
el riesgo asumido por las empresas se verá reducido a su mínima expresión, y la
rentabilidad de la parrilla mejorará sus porcentajes, al no tener que asumir
los costes del personal. Una vez más, el éxito de una operación pasará por la
creatividad, originalidad y calidad de los contenidos, eso sí, a buen precio.
De
unos años a esta parte, estamos asistiendo a una serie de cambios producidos en
la concepción de las parrillas, sobre todo en las temáticas musicales. Durante
muchos años se mantenía que el éxito de estas emisoras residía en sus listas de
canciones, en acertar con el target. Pero hoy en día no hay ninguna cadena musical
que no haya introducido uno, dos y hasta tres programas (o pseudoprogramas)
convencidos de que el escenario ha cambiado y de que ahora lo realmente
atractivo es reducir la radiofórmula musical y apostar por los programas. El
último caso ha sido el de una desorientada Kiss
FM, que no ha dudado en
contradecirse a sí misma e incluir, en solo dos temporadas, cuatro programas
(mañana, tarde, noche y fin de semana), a falta de uno.
¿Se reorientará Kiss FM o seguirá vagando por el Dial de las radiofórmulas? |
Es
cierto que el escenario ha cambiado y que la tecnología, ahora, permite a cada
uno programarse sus propias listas de canciones (mp3) con el mínimo esfuerzo y
la máxima disponibilidad de material, logrado a través de la red. Pero también
es cierto que incluir programas en la parrilla de una radiofórmula musical le
facilita introducir dos nuevos modelos publicitarios que hasta ahora no
empleaba: las menciones y los patrocinios. En definitiva, los programas (o
pseudoprogramas, insisto) se convierten en grandes contenedores de publicidad o
en espacios patrocinados por un único anunciante, que se permite el lujo de
financiarlo en exclusiva, a cambio de identificarlo con su marca.
Desde
este punto de vista, considero de gran interés el comienzo de la nueva
temporada de radio. Los perfiles de la audiencia están cambiando y existe una
extraordinaria necesidad, por parte de las grandes cadenas, de rejuvenecer sus target. Las cadenas musicales son las
que más pueden hablar en este sentido. Pero las generalistas se encuentran con
grandes inconvenientes para lograr este objetivo que garantizará su
supervivencia en el futuro. Hace unos años, al menos en la SER, el deporte fue un canal excepcional de
rejuvenecimiento de su audiencia. Lo fue “El Larguero”, y lo fue –lo sigue siendo- “Carrusel Deportivo”. Pero basta consultar cualquier estudio
sociológico –incluido el EGM- para darse cuenta de que no existen oyentes jóvenes que
escuchen los grandes contenedores de la mañana, por poner el ejemplo más sangrante.
La locotomota de Rock FM está dando muchas alegrías al Grupo Cope |
La
radio debe luchar contra sus limitaciones de presupuesto con cantidades
ingentes de imaginación. No es la primera vez que hemos oído –y seguiremos
oyendo- que algunas retransmisiones deportivas se realizan comentando las
imágenes de la televisión, para evitar de esta manera correr con los gastos
monumentales del desplazamiento de los equipos. Lamentablemente, la situación
no tiene visos de cambiar, al menos de inmediato.
¿Qué
papel jugará la nueva RNE? ¿Consolidará la SER sus mañanas bicéfalas, al igual que la Cope? ¿Onda Cero seguirá marchando, firme y segura, hacia
la conquista de algunos territorios del líder? ¿Y Gestiona
Radio, que intenta
irrumpir en el ranking de emisoras generalistas? Con solo llevarse unos cuantos
oyentes podría hacer daño a alguno de los grandes. Y de las musicales, ¿qué
ocurrirá con Kiss FM?
¿Blas Herrero mantendrá su apuesta
por los programas y una fórmula críptica o volverá a sus orígenes, que tanto
beneficio le reportaron? ¿Dial cumplirá objetivos con Cantizano, subirá las cifras de Frank Blanco? ¿Los 40 mantendrán su indiscutible, hasta ahora,
liderazgo? ¿Y el huracán de Rock
FM, reforzado con nuevos
postes? ¿Cómo se mantendrá la pelea entre las eternas contrincantes: Europa
FM y Cadena
100?
Seguiremos
observando. Pero, ante todo, ¡que la radio te acompañe!