Teinteresa.es, un nuevo modelo de periodismo (I)
https://www.gorkazumeta.com/2013/07/teinteresaes-un-nuevo-modelo-de.html?m=0
La FAPE (Federación de Asociaciones de
Periodistas de España) reclamaba a los periodistas en su Decálogo del año 2011, trasladar el compromiso
profesional de servicio público, que acompaña a este oficio, a todo soporte, y exhortaba al periodismo
online a perseguir la excelencia, porque la tendencia establece que el mayor
volumen de la información está destinado a ser difundido a través de la red.
Añade la FAPE que el periodismo de calidad es imprescindible para la
cimentación de una democracia robusta, amparada en una sociedad vigilante de
los abusos del poder.
Los nuevos caminos del siglo XXI nos han abierto puertas, y están cerrando otras. El periodismo tradicional, el que hemos conocido hasta ahora, da muestras de cansancio, y aturdimiento, ante la nueva realidad –cada vez más presente- que llega a través de la red. Los hábitos están cambiando, las nuevas generaciones miran de reojo a los canales de información de sus padres, y reniegan de ellos, como si la condición adolescente de renegar de la autoridad paterna tuviera que extenderse también a este escenario. Internet llega como una tromba, y todo lo contamina: las relaciones sociales, la información, el consumo, la formación, y qué sé yo cuántos campos más que cada lector pueda incluir en esta interminable lista.
Redacción central del diario digital "Teinteresa.es" (Reportaje fotográfico José González) |
Los nuevos caminos del siglo XXI nos han abierto puertas, y están cerrando otras. El periodismo tradicional, el que hemos conocido hasta ahora, da muestras de cansancio, y aturdimiento, ante la nueva realidad –cada vez más presente- que llega a través de la red. Los hábitos están cambiando, las nuevas generaciones miran de reojo a los canales de información de sus padres, y reniegan de ellos, como si la condición adolescente de renegar de la autoridad paterna tuviera que extenderse también a este escenario. Internet llega como una tromba, y todo lo contamina: las relaciones sociales, la información, el consumo, la formación, y qué sé yo cuántos campos más que cada lector pueda incluir en esta interminable lista.
Ciñéndonos a la prensa
escrita, moribunda, y quien no lo vea está ciego, la red ha aportado un nuevo
modelo que se está abriendo paso con firmeza y decisión. En el nuevo escenario
digital, concurren marcas consolidadas, como El País, El Mundo, La Razón, o el
ABC, que se han visto obligadas a jugar en esta liga, con nuevos títulos,
nativos de internet, que han llegado, para quedarse, y que aspiran a competir,
en igualdad de oportunidades, con empresas de comunicación de la fuerza y
presencia de las citadas, desde una indudable ventaja económica, no baladí, que
es una cuenta de gastos mucho más ajustada que la de las empresas tradicionales.
Éstas, recicladas en el nuevo ámbito digital, no saben cómo adaptarse a los
nuevos tiempos, más allá de recurrir a los EREs; o sea, a prescindir justo del
talento profesional que ha logrado su prestigio, desprendiéndose de los
profesionales más curtidos, con más experiencia y mejores contactos.
A internet se ha sumado
la crisis económica y de este cóctel no ha surgido nada bueno para el oficio,
que se ha visto obligado a replantearse muchos objetivos, amenazado nada menos
que por su propia supervivencia. Uno de los factores que, en mi modesta
opinión, está sufriendo más esta nueva realidad es la calidad de la
información. Si hasta ahora, España contaba con un periodismo prestigiado y
prestigioso, en la actualidad todos estamos percibiendo lagunas indeseables,
tanto en el fondo, como en la forma. La degeneración del oficio es palpable y
su origen hay que buscarlo no solo en la situación económica, casi recurrente, sino
también en la crisis de modelo que vive el periodismo en general, y el
periodismo escrito (de papel) en particular.
Alexia Acosta, responsable de economía, charla con uno de los tres redactores jefes, José Luis García Guerrero |
Por
si fuera poco, el barómetro del Centro de
Investigaciones Sociológicas (CIS)
ha confirmado que, por primera vez, los periódicos digitales le han ganado la
batalla a los de papel, sacándoles casi tres puntos de ventaja. Un 12 por
ciento de los españoles se informa a diario a través de diarios digitales,
mientras que un 9 por ciento permanece fiel, de momento, a los rotativos.
No
es de extrañar por tanto que la inversión publicitaria sea coherente con este
panorama y vaya en busca de donde se mueve más el dinero. Ahí está otro dato
fundamental: por primera vez la inversión publicitaria en medios digitales
(18,3 por ciento) ha superado a la de medios impresos (15,6 por ciento), según datos firmados por la prestigiosa IAB.
Las 'Apuestas' del diario, situadas en cabecera de la home, abordan temas candentes, no siempre de actualidad |
En
este escenario es donde quiero situar el periódico Teinteresa.es, que dirige Álex
Sopeña. Su currículo profesional pasa por la dirección de “Marca”, cuando todavía estaba en manos
del Grupo Recoletos –hoy integrado en Unidad Editorial- y por la fundación y
dirección del diario gratuito “Qué!”,
en sus mejores tiempos de difusión. Precisamente, a raíz de la entrada de Pedro J. Ramírez en Recoletos, Álex,
como suele decirse, y a veces es verdad, decidió emprender nuevos caminos y
optó por lo que había conocido toda su vida: el periodismo, pero adaptado a
este nuevo escenario que acabo de describir en líneas precedentes, y desde
luego mucho más acompasado con los nuevos tiempos que vivimos, y en los que no
hay marcha atrás.
En su cabeza, poco a poco, fue tomando forma un proyecto que iba a nacer en internet. En los encuentros que tuvimos, todavía con un local desnudo, palpaba su ilusión, contagiosa, cuando me hablaba de Teinteresa.es y me mostraba, en su Iphone, las primeras maquetas. Los ojos le brillaban y la sonrisa revelaba, a un mismo tiempo, ilusión por parir un nuevo periódico, nativo de internet, y el peso de la responsabilidad por querer hacerlo bien y responder ante las personas que habían puesto su dinero para que esa idea de Álex fuera una realidad.
Las obras le quitaron el sueño. Como yo, Álex no está hecho para capataz. A pesar de los lógicos problemas que conlleva una obra, la redacción fue cobrando forma, se empezaba a compartimentar en espacios y cada uno tenía una finalidad. Me sorprendió desde el primer momento el interés que mostraba por el office, que iba a equipar con todo lo necesario para que los redactores, que iban a pasar allí dentro todo el día, pudieran descansar en las mejores condiciones del ritmo, frenético en ocasiones, de este oficio nuestro tan absorbente. El local, un ático, en la madrileña calle del Cardenal Herrera Oria, luminoso, rodeado de árboles, invita a mirar por la ventana, en los días claros, para disfrutar del bellísimo paisaje de la sierra madrileña, pletórica, blanca en invierno y marrón y verde en verano. Lo malo de esta descripción, tan bucólica, es que no tienen tiempo para disfrutarla. Son pocos, salvo quien tiene su puesto de trabajo frente a las ventanas, los que se asoman por ellas. La mayoría está mucho más pendiente del ordenador y de los teletipos que va escupiendo que de su entorno físico.
En su cabeza, poco a poco, fue tomando forma un proyecto que iba a nacer en internet. En los encuentros que tuvimos, todavía con un local desnudo, palpaba su ilusión, contagiosa, cuando me hablaba de Teinteresa.es y me mostraba, en su Iphone, las primeras maquetas. Los ojos le brillaban y la sonrisa revelaba, a un mismo tiempo, ilusión por parir un nuevo periódico, nativo de internet, y el peso de la responsabilidad por querer hacerlo bien y responder ante las personas que habían puesto su dinero para que esa idea de Álex fuera una realidad.
Las obras le quitaron el sueño. Como yo, Álex no está hecho para capataz. A pesar de los lógicos problemas que conlleva una obra, la redacción fue cobrando forma, se empezaba a compartimentar en espacios y cada uno tenía una finalidad. Me sorprendió desde el primer momento el interés que mostraba por el office, que iba a equipar con todo lo necesario para que los redactores, que iban a pasar allí dentro todo el día, pudieran descansar en las mejores condiciones del ritmo, frenético en ocasiones, de este oficio nuestro tan absorbente. El local, un ático, en la madrileña calle del Cardenal Herrera Oria, luminoso, rodeado de árboles, invita a mirar por la ventana, en los días claros, para disfrutar del bellísimo paisaje de la sierra madrileña, pletórica, blanca en invierno y marrón y verde en verano. Lo malo de esta descripción, tan bucólica, es que no tienen tiempo para disfrutarla. Son pocos, salvo quien tiene su puesto de trabajo frente a las ventanas, los que se asoman por ellas. La mayoría está mucho más pendiente del ordenador y de los teletipos que va escupiendo que de su entorno físico.
Continúa...