Obituario: Concha García Campoy (1958-2013)
https://www.gorkazumeta.com/2013/07/obituario-concha-garcia-campoy-1958-2013.html?m=0
Invité a mi compañero Antonio Nuño, productor de “A vivir que son dos días” de la Cadena
SER, uno de los pocos históricos, pata negra, que quedan en la redacción de
programas de Gran vía 32, a recordar en torno a Concha García Campoy, y a la que fue su estancia profesional en esa
casa. Y de inmediato, él accedió. Para mí es un privilegio contar con su firma,
testigo de una etapa deliciosa en la radio.
Los dos días de Concha
Me cuenta Pepe
Rubio que Concha García Campoy y
Fernando Delgado pasaron muchas
horas juntos en estos últimos meses. Creía que lo único que los unía era haber
dirigido un mismo programa, “A vivir que
son dos días”, pero me aclara Pepe que no, que su amistad viene de muy
lejos, que fue Fernando el culpable
de que Concha llegara a Televisión Española, desde Ibiza.
Concha, en sus tiempos en la radio |
Y es curioso, porque, intentando reconstruir
esos paseos por las calles de Valencia, llego a la conclusión de que eran
muchas más las cosas que los unían (¡qué difícil resulta escribir en pasado!).
De entrada, un mismo espíritu, una filosofía de vida que tiene mucho que ver
con el título del programa que compartieron. Pero también una actitud
profesional muy distinta a la que predomina en el mundo del periodismo actual:
aquello de los “egos revueltos” que contaba Juan Cruz les resultaba ajeno. Ambos estuvieron, si no en lo más
alto, sí muy cerca. Ni al uno ni al otro los he visto nunca mirar por encima
del hombro de nadie, ni faltar al respeto a su gente en ningún momento, ni
ignorar a quienes se acercaban a ellos atraídos por su fama…
Mi relación con Concha fue casi siempre la de un
simple espectador. La conocí hace más de 25 años, cuando llegó a las mañanas
del fin de semana de la SER flanqueada
por Lorenzo Díaz y Javier Rioyo. Enfrente estaban Elena y Macarena, más tarde llegaría Pepe. Si Luis del Olmo, Alejo García e Iñaki
Gabilondo revolucionaron las mañanas “laborales” de la radio; fue aquel
equipo de Concha el que hizo que sábados y domingos tuvieran un sonido
distinto, un sonido que todavía hoy es reconocible.
Allí estaban ellos. Las mujeres hablaban poco
(tal vez para contradecir el topicazo). Rioyo tampoco era un hombre de muchas
palabras, él más bien era el encargado de poner los acentos y los puntos.
Lorenzo no paraba: exponía ideas, las desarrollaba, se iba por los cerros de
Úbeda… y entonces intervenía Concha para frenar ese exceso verbal y para
reclamar a Rioyo que pusiera los acentos en su sitio. Luego era la encargada de
darle forma a ese discurso en antena, y lo hacía suyo, y nadie pudo nunca decir
quién había puesto la idea, quién el acento y quién los silencios. Vamos, un
equipo.
Concha, al frente de "A vivir", entrevistando al político Pablo Castellanos, en compañía del actor Imanol Arias y el crítico de cine Rafa Fernández |
Yo seguía de espectador. Pero fue cuando se
marchó de la SER, cuando emprendió
otras aventuras profesionales, cuando advertí lo grande que era aquella mujer
en todos los sentidos. Del profesional no voy a añadir nada más. En el terreno
personal recuerdo que cada coincidencia después de aquel día de 1994 fue como
el encuentro de dos grandes amigos. Ella desplegaba esa sonrisa impagable que
tenía y mostraba una actitud honestamente cariñosa. Se interesaba por tu vida,
te contaba la suya, se hacía querer.
Uno de los últimos encuentros fue en un
hospital. Ambos estábamos a punto de perder a seres queridos. Ella enarboló una
vez más su energía (positiva, siempre positiva) y me recordó que ante la
adversidad, había que vivir (que son dos días).
Cuando Javier
del Pino comenzó a presentar el programa me pidió que llamara a Concha para
que compartiera con él los primeros minutos. La enfermedad ya estaba con ella,
había superado un primer asalto y creía que el combate estaba ganado. Yo me lo
creí. Todo el que la escuchó aquel día tuvo que creerla.
Con la congoja agarrada ahí dentro, donde la voz
se empieza a quebrar, nos queda (me queda) el consuelo de que Concha supo vivir
intensamente sus dos días.
Todo lo que se escriba sobre ella es poco y mas estos días en los que necesitamos mas luz que nunca para saber, entender y separar el trigo de la cizaña, es decir la información veraz del interés empresarial y partidista.
ResponderEliminarGracias a los dos