De la playlist a la radio online: el caso de ‘Rockola fm’
https://www.gorkazumeta.com/2013/07/de-la-playlist-la-radio-online-el-caso.html
En un momento en que las radios musicales están planteándose numerosos cambios, los profesionales van de un lado para otro, y se habla de nuevos fichajes para remontar las mañanas de la radio temática musical, llega un tipo, con muchas conchas encima, bregado en muchas batallas ante el micrófono, y decide ponerse en marcha con la sola ayuda de sí mismo. De entrada, me parece absolutamente encomiable. Digno de aplauso. La nueva radio online permite estas experiencias a costes razonables, con lo que los riesgos se minimizan al máximo, más allá de arriesgar su propio trabajo.
El estudio de RockolaFM, con medios para crecer |
Cuando
el panorama de la radio online pasa, mayoritariamente, con algunas honrosas
excepciones, por las playlist, en las
que el éxito, o el fracaso, depende de una buena selección musical, en torno a
una definición más o menos clara del perfil o nicho al que se dirigen, completada
por unos recursos de continuidad y de identificación, donde la prescripción no
está, ni se la espera; encontrarse con un profesional de la talla de Joaquín Guzmán y su “Rockola”,
supone una auténtica –y muy agradecida- novedad que hay que publicitar
convenientemente, por el simpar mérito que entraña la operación.
Guzmán,
miembro honorífico de la Asociación
Española de Radio Online (AERO), ha llegado a un acuerdo con los estudios
de grabación BoxinBox de Madrid, para
ubicar en ellos su sede central. Al lado de este texto puede observarse cómo
han quedado las instalaciones de “RockolaFM”,
francamente acogedoras, ideales para procurar un buen ambiente del que se
derive una buena radio. Y lo está logrando.
Joaquín Guzmán |
Una
vez solucionado el dónde, Joaquín Guzmán atacó directamente el cuándo y el
cómo. Decidió que el cuándo iba a ser la noche -el horario en que había
triunfado en M-80 con “La Gramola”- y
el cómo, su estilo habitual, cercano, cálido y cómplice. Sin embargo, los
tiempos han cambiado, y aquella gramola de Gran Vía 32 no podría de ninguna manera
hoy, un siglo después, ser la misma. ¿O sí?
Los
oyentes, entonces, se ponían en contacto con Joaquín a través de cartas que él
leía en antena, dos, tres, y no sé cuántos días después de haber sido escritas,
y programaba la canción solicitada. Muy probablemente, las circunstancias
personales, incluso anímicas, del remitente, transcurrido ese tiempo, habrían
cambiado y es posible que no se ajustaran a su propia solicitud. La lentitud
del método de contacto con la radio, entonces –el correo postal-, influía en el
proceso de comunicación. El teléfono, más cercano, suplía entonces la muy
limitada inmediatez del correo.
Hoy,
un siglo después, quien hace un programa de radio no puede obviar que los medios
de conexión con el oyente no solo son inmediatos, sino determinantes, y hasta
decisivos. Hoy “La Rockola”, cuyo fundamento básico
sigue respetando la estructura de aquella inspirada ”Gramola” (monedita a la máquina y disco dedicado…), es un programa
diferente, y al mismo tiempo el mismo, que el que se emitía por M-80 hace al
menos tres lustros. Igual, porque sigue conservando la filosofía que lo inspiró;
y diferente, porque es un programa que lo hacen los oyentes, en presente,
simultáneamente a su emisión. Facebook o Twitter, las populares redes sociales,
hacen de canal, hoy en día ya imprescindible, para que los oyentes soliciten
sus peticiones. Y el canal, al mismo tiempo, sirve para testar el interés que
provoca el programa entre los oyentes. Y me consta que es creciente.
Hoy no se necesita mucho equipamiento técnico para saltar a las ondas digitales, pero sí oficio y buenos contenidos |
Esta
misma semana he leído en el blog de mi admirado Radiochips
a un ‘anónimo’ atribuir una frase a Luis
del Olmo, que decía: “si yo quisiera
escuchar música, me pondría el tocadiscos".
Obviando el desfase tecnológico y sustituyendo “tocadiscos” por el mp3, más
acorde con los tiempos que corren, el maestro del Olmo, como siempre, dio en el
clavo. La radio musical no puede aspirar a sustituir al mp3. De hecho, si lo
hiciera, fracasaría estrepitosamente. Hoy en día cada uno puede diseñarse sus
propias playlist arrastrando temas a
su lista de Spotify, por ejemplo, y llevándolas en su smartphone, conectado, vía
bluetoow, con la radio de su coche. Esto no es
ciencia ficción. Se puede hacer y es tremendamente sencillo. Entonces ¿qué
espacio le queda a la radio ante semejante invasión?
Le
queda justo lo que está ofreciendo Joaquín Guzmán a sus oyentes: la prescripción.
Luis del Olmo lo dejaba entrever en su frase. Él lo que busca, siempre que
enciende el receptor, es Radio; es decir, la presencia de alguien que le cuente
algo, sea de economía, de política, de ciencia, de cine o de música. Los
contenidos no tienen voz por sí mismos. Debe haber alguien que los ofrezca, con
inteligencia y cercanía, bien empaquetados, y con calidad técnica.
Una idea, un proyecto, una realidad... |
Joaquín
mima a sus oyentes, a sus nuevos oyentes. Y más ahora que intenta atraer
muchos. Y ha logrado otro hito, al menos en España. Hasta ahora la producción
de radio musical era analógica. Los grandes radiodifusores, obligados por las
tendencias online, se pasaron a este escenario, pero desde la otra acera. “La Rockola”
por el contrario, ha nacido en el escenario digital, pero ya está alimentando
programaciones analógicas, a través de varias emisoras de FM, y sobre todo de
la red de Gestiona Radio, cuyas emisoras emiten su programa, al menos durante
el verano. Por primera vez, un contenido online abastece la parrilla de una
cadena analógica. No sé si ésta será la tendencia de los próximos, e
inmediatos, años; pero desde luego lo que no se le puede negar a Joaquín es
que, una vez más, ha abierto el camino.
Su
voluntad férrea de seguir haciendo radio, e intentado vivir de ella, trabajando
para ¿nadie? al comienzo (estoy convencido de que en la radio siempre hay alguien al otro lado…), me movió a
sumarme, modestamente, al proyecto. Y así, inventé “Los Reclásicos”,
una sección, en principio quincenal, que iba a repasar los capítulos más
destacados de las biografías de los grandes cantantes del siglo XX. Se trata de
piezas de elaboración propia, tanto en fondo como en forma, que me permiten profundizar
en la moderna (o no tan moderna ya…) técnica del podcast, pues tanto la palabra como la música la edito en mi casa y
la envío por la red. Soy otro convencido de que el podcast democratiza aún más la radio pues permite a cualquiera
expresarse, en términos radiofónicos, libremente, sin cortapisas jurídicas ni limitaciones
técnicas.
Música y Radio |
David
contra Goliat. Joaquín compite con los programas nocturnos de las grandes
cadenas analógicas. Teóricamente, lo hace –en el escenario online- en igualdad
de condiciones con ellas, pese a las grandes inversiones, y costes, de marcas
tan implantadas como la propia M-80 o Kiss FM, por citar dos casos que
mantienen su programación nocturna. Todas están a un clic de distancia. ¿Hay
algo más democratizador que la nueva radio online? Esto, lógicamente, preocupa,
y mucho, a los grandes radiodifusores analógicos, que ven, de repente, su
posición privilegiada amenazada por una competencia que parte de unos costes
incomparablemente más bajos. Pero al final la que triunfa es la radio, y el
oyente elige.
La mesa de sonido de Rockola FM, más los aditamentos habituales de la era digital: los ordenadores |
Por
último, quiero reiterar mi felicitación más sincera a Joaquín Guzmán porque, en
estos tiempos difíciles, ha optado por la salida más valiente: la que exige
mucho trabajo (el oficio ya lo tiene) y, riesgos aparte, responder al sinsabor
de hacer un programa para no se sabe quién. La situación me recuerda bastante a
los comienzos de la DAB en España cuando la Cope,
aguerrida, comenzó a producir programación específica destinada a alimentar esta
nueva banda difusora de radio digital, que nadie escuchaba, porque no existían receptores.
Joaquín parte de un escenario mucho más favorable: internet, donde según AERO
hay quince millones de oyentes de radio online en España, que la AIMC reduce a
once. Cifras, en cualquier caso, y diferencias aparte, más que respetables,
para adentrarse en ese ámbito, en el que “La Rockola” parte con ventaja, porque es
Radio, buena Radio, la que hemos oído toda la vida, no la frialdad de un
ordenador. ¡Enhorabuena!