Entrevista a Juanjo de la Iglesia (y II)

"Los medios de masas de hoy día harían feliz a Goebbels"

El equipo de "De Costa a Costa el verano", en Punto Radio,
con Jimina Sabadú, Vera del Estal, Inma Ugarrio, Juanjo y servidor

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-A ver si estás de acuerdo con este planteamiento: al principio, ‘Caiga quien Caiga’ descolocó a los políticos y añadió frescura al escenario político español. Tenían que responder a preguntas irreverentes y políticamente incorrectas en un escenario, por lo general, hostil; pero cuando se ‘aprendieron’ el juego, CQC dejó de tener gracia y fue perdiendo interés, porque ya no lograba sorprender. 

-Eso es cierto, pero hay algo más…  De hecho, nosotros ya notábamos, a partir de la tercera o cuarta temporada, que los entrevistados -sobre todo los políticos- intentaban llevar el agua a su molino cada vez que les preguntábamos algo. Más de una vez hemos comentado que le estábamos haciendo la campaña de imagen, sin intención de ello, a ciertos personajes. Pero eso era lógico. Pensemos que CQC fue el primer programa que practicó esa especie de “periodismo de asalto” con políticos y que, sobre todo al principio resultaba verdaderamente novedoso e incluso chocante… Pero no hay transgresión que no se asimile. Por eso nosotros intentamos darle cada vez más peso al guion, trabajar más las situaciones en las que aparecían los reporteros, incluir más “sketches” guionizados en cada programa… Ése era, desde mi punto de vista, el verdadero rasgo distintivo de aquel CQC. Y hay algo más que me gustaría comentar. Nosotros procuramos adaptar el CQC español, pero no sólo a las audiencias de nuestro país. Sobre todo a las características de quienes lo hacíamos. Por lo tanto, hicimos un casting en el que no buscábamos guaperas para lucir el palmito, sino reporteros con vis cómica, intentando que todos tuvieran diferencias claras entre sí a la hora de trabajar, y procuramos que cada uno de nosotros hiciera lo que mejor sabía, con su propia personalidad.  Creo que fue una buena idea. Sinceramente pienso que esa fue una de las claves para que el programa se mantuviera vivo durante siete años. Y también creo que hubiéramos seguido evolucionando si hubiéramos continuado más tiempo en antena; si no nos hubieran echado a la calle en pleno éxito. Quizá algún día Paolo Vasile explique por qué lo hizo.

-Sin embargo, pese a la fuerza y el impacto de CQC tú te seguías decantando por la radio, en RNE primero (‘Esta noche, tampoco’) y en ‘La Radio de Julia’, en Onda Cero. ¿Radio forever?

-Siempre que he tenido ocasión he vuelto a la radio. Y eso que en ambos casos tuve que compaginarlo con mi trabajo en CQC, lo que fue una paliza importante, sobre todo en RNE, donde dirigía y presentaba todas las madrugadas ‘Esta Noche, Tampoco…’ Como nos pasa a muchos –y tú lo sabes bien- la radio produce una especie de adicción imposible de abandonar. Y que conste que no es un tópico.

En sus tiempos de 'CQC', donde se hacía un periodismo
transgresor e impertinente, con Wyoming y Javi Martín

-En 2002 CQC desaparece… y tú optas, junto con Tonino, por el teatro. Pusisteis en marcha “Adictos al régimen”. ¿Qué hace un periodista metido a actor, o hay más conexiones de las que uno puede pensar en un principio?

-Después de siete años haciendo televisión teníamos muchas ganas de probar otras experiencias. Nos pusimos en contacto con Jesús Beltrán (por cierto, director y guionista del programa ‘Caravana de Hormigas’ que ya he mencionado), que había sido guionista en ‘Esta Noche Tampoco…’ y al que Tonino conocía de sus tiempos en Radio 3 (donde había sido guionista en ‘Tris Tras Tres’  con Carlos Faraco), y nos pusimos a la obra de escribir un texto a seis manos que finalmente fue ‘Adictos al Régimen’. Y sí, efectivamente, hay más conexiones de las que se puede pensar entre una cosa y otra, al menos en mi caso. Ten en cuenta que yo, en comparación, en informativos he ejercido bastante poco. Casi todo mi trabajo ha sido en eso que suele llamarse genéricamente “programas” que es… un cajón de sastre en el que cabe todo lo que no es un informativo puro y duro. De manera que yo, más que un periodista radiofónico creo que he sido sobre todo un comunicador. He presentado programas, los he dirigido, los he escrito, los he realizado, he hecho control de sonido, y he sido actor en dramáticos no sé cuántas veces… Si te fijas, no hay tanta diferencia entre eso y el teatro… Bueno sí, en la radio existe la “ventaja” de que no se te ve… El gran reto es motivar la imaginación del oyente.

Con Tonino, con el que escribió
un libro, hizo teatro y tele

-Luego llegó Localia, también junto a Tonino; “La Azotea”, en TVE, junto a Wyoming, otra vez, Antena 3 y Telemadrid. Una época de televisión, donde la radio quedó relegada. Hasta que te la reencuentras en Punto Radio, en 2008. Primero como guionista de “Queremos hablar”, con Ana García Lozano, y en 2010 pasas a formar parte del equipo de Jaume Segalés, en las madrugadas de la emisora, con la sección ‘Noticias de alcance medio’. Luego te recolocaron con Félix Madero haciendo la ‘Revista de prensa’ (que ya hiciste en ‘Ruedo ibérico’, aunque con menos carga irónica) y fin de la película. ¿Una reflexión de tu paso por Punto Radio? Me consta que el trabajo que desarrollaste –que desarrollaron todos los compañeros de esta cadena- fue excepcional…

-Creo que, como en el romance, podría decirse aquello de “¡Dios, que buen vasallo si hubiera bien señor!...” En Punto radio he encontrado profesionales y amigos de primera clase. Gente capaz de hacer mucho con poco… A algunos los has mencionado tú y no alargo la lista por no dejarme a nadie en el tintero. Con el que menos tiempo estuve fue con Félix Madero –apenas dos meses-, porque recordarás que nada más iniciarse la temporada hicieron aquellos cambios en la emisora que pueden calificarse, como poco, de extravagantes, a causa de los cuales fuimos yendo todos –primero unos y luego otros- a la calle hasta el cierre de Punto Radio.

La falta de voluntad de Vocento en Punto Radio

Juanjo de la Iglesia

-Punto Radio nunca pasó de los 600.000 oyentes, ¿crees que ése era su techo, y que tenía que haberse preocupado de cuidar a esos 600.000 oyentes, o que su destino era cerrar a los ocho años…

-Yo creo que una emisora sí que puede mantenerse con 600.000 oyentes, ganar dinero y repartir dividendos a sus accionistas y además tratar correctamente a sus empleados y pagarles bien… Y digo más: haciendo radio de calidad… Pero hay dos requisitos: uno, querer que eso suceda; y otro, saber hacerlo. Lo que está claro es que sin el primero es inviable el segundo; y sin el segundo es imposible el primero.

-Juanjo de la Iglesia es, yo creo, un tipo bastante desconocido… si me lo permites… Estoy seguro de que muchos se sorprenderán cuando les descubra que eres un lector empedernido, que te encanta la ciencia ficción, que fuiste un niño del 'Pulgarcito', y el 'DDT' y ahora eres un adulto enamorado de los cómics, que eres un gran entendido en música, y un mago esporádico, muy autoexigente. Casi todas estas facetas tienen mucho que ver con la cultura, ¿cómo ves la cultura, hoy día, en los medios de comunicación?

-Inexistente. No hay apenas información cultural ni en radio ni en televisión, no hablemos ya de promoción de la cultura, de análisis o de crítica. Si exceptuamos algún caso aislado (aisladísimo diría yo) no existen programas de música, ni de libros, de teatro, ni de cine… De tebeos, ya ni hablamos… Los medios de masas de hoy día harían feliz a Joseph Goebbels.

-¿Y cuál es tu impresión –o impresiones- en torno al panorama profesional que nos está tocando vivir en estos tiempos de crisis? ¿Cómo ves las cosas?

Juanjo de la Iglesia es otro de los periodistas
que no sabría trabajar sin el humor como condimento

-Creo que los medios tienen su propia crisis, al margen de la situación económica global. No tienes más que ver el caso de Punto Radio. Yo, sinceramente, no creo que su cierre tenga mucho que ver con la crisis, aunque obviamente no le haya servido de ayuda.

-¿Hacia dónde crees que vamos en la radio, y en la televisión?

-¡La pregunta del millón!... No tengo la menor idea. Pero lo que veo no me gusta. Eso sí… Me gustaría pensar en que a la vuelta de la esquina hay un relevo de empresarios, gestores públicos y profesionales con preparación y voluntad…  Ojalá. No es tan difícil hacer las cosas medio bien.

-¿Qué busca Juanjo de la Iglesia cuando se acerca a la radio? ¿Qué espinita tienes clavada?

-Sinceramente, lo que busco es ganarme la vida con un oficio que no hago del todo mal y, en todo caso, creo que es lo que mejor sé hacer. Sin perderle el respeto a los oyentes ni a mí mismo. Nada más. Y nada menos.