Génesis del liderazgo de la SER (II)
https://www.gorkazumeta.com/2013/04/genesis-del-liderazgo-de-la-ser-ii.html
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La desintegración de Antena
3 de Radio
Dos jovencísimos Guillermo Fesser y Juan Luis Cano en Antena 3 Radio |
Tras
un par de años en que se intentó reflotar Antena 3 de Radio con otros
profesionales, Prisa tomó la decisión de desmantelarla como tal cadena
generalista e integrar sus emisoras en la nueva Sociedad de Servicios Radiofónicos Unión Radio S.A., participada por Jesús de Polanco (80%) y el conde de Godó (20%). Los movimientos de tierra afectaron a cientos de
emisoras. Radio Minuto y Radio 80 Serie Oro se fusionaron el 18 de enero de 1993, dando lugar a M-80;
las frecuencias sobrantes se reordenaron en ‘Las doses” (la posibilidad de
difundir la emisión de la SER a través de banda de FM, donde se había situado
toda la competencia, sobre todo en Cataluña) y se estudió el proyecto de poner
en marcha, aprovechando las sinergias con la redacción de informativos de la
SER, un nuevo producto, copiado de la francesa France Info, que iba a llamarse ‘Info Radio’: 24 horas de información. Finalmente, RNE se adelantó
con Radio 5 Todo Noticias y desbarató
el proyecto de Prisa. Así, de Info Radio
se pasó a Sinfo Radio, una cadena
dedicada a los éxitos más conocidos de la música clásica (“los éxitos de los últimos 500 años”), que dirigió un estupendo
profesional, y mejor persona, que fue Jorge
de Antón. De facto, las emisoras
de Antena 3 de Radio desaparecieron, mientras que de iure, continuaban teniendo una administración independiente de las
emisoras de la SER, en un intento por sortear los problemas legales de la
absorción, que dieron mucha lata y ningún Gobierno se atrevió a contestar. Con
Antena 3 de Radio liquidada (junio de 1994), la mayoría del personal de tropa se
integró en la SER.
Los trabajadores de A-3
Radio se incorporan a la SER
Su
llegada a Gran Vía 32, procedentes de la calle Oquendo, fue -contada por ellos
mismos- terriblemente desconcertante, incluso desasosegante. Personalmente tuve
la suerte de acoger a una parte de los compañeros en la naciente Radio Madrid 2
(una de las emisoras sobrantes en la capital de la fusión de Minuto y Radio 80)
y debo decir que, al menos por mi parte, me encontré con enormes profesionales,
como Sonia Got, con quien compartía
además procedencia geográfica, hoy en Mediaset o Emilio Escribano, por citar a los dos nombres que me vienen primero
a la memoria. El tiempo se encargó de demoler los miedos que traían consigo
desde Antena 3 Radio. Uno de los departamentos de la SER que más se enriqueció,
sin duda, con la incorporación de los profesionales de Antena 3 de Radio, fue
el técnico, con la llegada de Luis
Balduque, Pedro Espinosa, Antonio Bravo, Jesús Mejuto, Juan Carlos Injelmo o Javier Rodríguez, por citar sólo unos
ejemplos. En algunos de estos casos, su preparación –en exteriores, por
ejemplo- superaba a la de los técnicos de la SER.
Las
dimensiones que había adquirido la Sociedad Española de Radiodifusión, tras la
suma de las casi cien emisoras de Antena 3 de Radio, fue espectacular. Aquí
reside una parte esencial de su poderío, en su red de emisoras.
El conglomerado de emisoras
de la nueva Unión Radio
La Cadena SER disponía, a fecha de 19 de febrero de 2005,
de 247 emisoras en propiedad (93 de ellas obtenidas por absorción de Antena 3 Radio), más otras 194 emisoras asociadas.
Superan las 161 emisoras propias más 38 asociadas de COPE,
las 155 propias y 41 asociadas de Onda Cero, las 68 de Kiss FM o las 50 de Punto Radio (hoy en manos de la Cope). Es líder de audiencia entre las grandes
cadenas españolas en todas las franjas horarias según el Estudio
General de Medios (EGM).
Sólo la fenecida Antena 3
Radio había conseguido
romper esa hegemonía en 1992.
El nuevo ‘músculo’ de la
SER
Semejante
infraestructura, casi 450 emisoras, convertía a la SER en la más todopoderosa
cadena de radio del país, a muy larga distancia de la competencia. La SER fue
inventándose nuevos productos para aprovechar sus recursos, después de
consolidar y fortalecer la red de la Cadena SER y de Los 40 Principales, los
dos productos estratégicos. Después, nacieron la exitosa Cadena Dial, M-80,
Radiolé y, tras el cierre de Sinfo Radio
(2002) su reconversión en Máxima FM (de música clásica se pasó, en el mismo
dial, a música electrónica y house, algo increíble,
pero que se ha demostrado un auténtico éxito). Luego llegó la compra de Ona Catalana, para reforzar la presencia de Prisa Radio en Cataluña, donde la SER no conseguía ser líder con Iñaki
Gabilondo, ni con Francino, por
culpa de Catalunya Radio, la emisora pública, hoy desbancada del liderazgo, por RAC 1.
La llamada "Guerra del fútbol" descapitalizó Prisa |
A este proceso de integración, denominado por las víctimas, ‘Antenicidio’, le siguió un largo periplo judicial ante los tribunales, principalmente ante el Tribunal de Defensa de la Competencia y el Supremo –era evidente la monumental estructura que había adquirido la SER frente a la competencia- que la cadena de Polanco fue salvando poco a poco, gracias a la connivencia del poder de turno, a la complicidad de los gobiernos de Felipe González, a la pasividad del Partido Popular y al empujón definitivo de Zapatero. Fue precisamente en la era ZP, en 2008, cuando el Supremo zanjó el asunto, basándose en la nueva “Ley 10/2005 de Medidas Urgentes para el impulso de la TDT y de Fomento del Pluralismo", que algunos denominaron ‘Ley Polanco’, porque estaba hecha a medida del empresario cántabro para resolver definitivamente este problema. La tesis mayoritaria del Supremo fue que “el objeto del procedimiento ha decaído como consecuencia de una modificación legislativa sobrevenida”. O sea, con la nueva legislación ‘ad hoc’ ya no había abuso de competencia. Los dos votos particulares expresaron su desconcierto al comprobar que antes se consideraba lesionado el pluralismo y ahora, que hay más concentración, no. Prisa y Godó se salieron con la suya.
El acoso de Aznar a Prisa
José María Aznar
no pudo hacer nada contra este imperio. Pese a que intentó poner en marcha un
nuevo grupo de comunicación ideológicamente afín al Partido Popular, y encargó
este magno proyecto a Juan Villalonga,
entonces presidente de Telefónica, no logró despegar con fuerza. Álvarez Cascos, su vicepresidente del
Gobierno, en cambio, sí que hizo mucho daño a Prisa, con su ‘Ley Reguladora de las Emisiones y
Retransmisiones de Competiciones y Acontecimientos Deportivos’ (1997), más
conocida como la ‘Ley del fútbol’,
cuyo objetivo último era despedazar la línea de flotación del grupo de Polanco
a través de los millonarios derechos de imagen del fútbol español que había
suscrito con Antena 3 TV, con la que terminaron constituyendo ‘Audiovisual Sport’ (Pacto de Nochebuena
de 1996). Polanco perdió mucho dinero en esta operación política, amparada en
el ‘interés general’ del fútbol.
Prisa nunca se lo perdonó a Aznar, y tampoco a Álvarez Cascos.
Si
la SER había estado al lado de la UCD durante la transición, y con los
socialistas durante las cuatro legislaturas de Felipe González, las dos de
Aznar le pillaron ejerciendo de oposición mediática (con todo el Grupo Prisa en
contra de su gestión). Los resultados de
audiencia fueron espectaculares. A la SER le fue muy bien con Aznar, y el
Partido Popular, en el Gobierno. Iñaki Gabilondo sacó en la SER su peor avatar para criticar la arrogancia de
Aznar (sobre todo en su segunda Legislatura), de lo que luego se arrepintió
públicamente. La decisión unilateral de sumarnos a la guerra de Irak, junto con
EEUU (George Bush) y Gran Bretaña (Tony Blair) fue la puntilla para que
toda la izquierda volviera a hablar con una sola voz, radicalmente opuesta a la
del Partido Popular. Los índices de audiencia de la SER se disparaban. Y el
final iba a ser incluso más violento. Tras el brutal atentado del 11 de marzo
de 2004 en la estación de Atocha, a sólo tres días de unas elecciones
generales, el Gobierno de José María Aznar, que no concedió nunca una entrevista a la SER como presidente del gobierno, perdió el poder por una actitud
torticera –e interesada- en la comunicación de la autoría de la matanza.
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