La sombra de Iñaki es alargada… (I)
https://www.gorkazumeta.com/2013/03/la-sombra-de-inaki-es-alargada-i.html?m=0
Recorrido por la sucesión de sustitutos
del periodista vasco en la SER
A
diferencia de otros comunicadores de la radio, Iñaki Gabilondo, no era una empresa, ni pagaba a sus colaboradores,
como Luis del Olmo o José María García. El modelo que
prefirió adoptar en la SER era el de un empleado de la casa. Evidentemente, no
era un empleado cualquiera. Era EL empleado, el mejor retribuido, probablemente,
de la Sociedad Española de Radiodifusión,
muy por encima incluso de muchos gerifaltes del staff. Pero la vida que llevaba, aunque él nunca se quejaba (al
contrario, suya es la frase que decía “la
vida de un minero sí que es dura, no la mía”) era monacal. El horario
indecente que llevaba mutilaba su vida personal. Por supuesto, las salidas
nocturnas, a cenar, al cine, al teatro, a la ópera –su gran pasión- eran
imposibles, salvo los viernes (y a estas alturas de la semana el cuerpo no
respondía con la frescura de sus años más jóvenes…). Para poder despertar a los
españoles, Iñaki Gabilondo se despertaba de madrugada, sobre las cuatro, y
llegaba a la radio, abriéndola prácticamente, sobre las cinco. Y así, un año
tras otro, con la pasión por el oficio y el medio a flor de piel, pero con el cuerpo
acusando el paso del tiempo y el consiguiente desgaste. Su enfermedad supuso un
punto de inflexión en su vida, personal y profesional. Y se empezó a plantear
la salida de la primera fila de la radio española. Por eso, en sus últimos años
al frente del ‘Hoy por Hoy’, Iñaki no
negociaba dinero, sino tiempo.
De alguna manera, la vida profesional de Iñaki podría compararse con la de un monje de clausura |
Las ‘proezas’ de Iñaki
Hoy,
con los 70 años recién cumplidos, Iñaki no querría volver a ese gran
escaparate. Es consciente de que su tiempo pasó, fue intenso, feliz, complicado
a veces, pero en el balance final, siempre antepone lo positivo a lo negativo.
Y quienes tuvimos la suerte no solo de escucharle, sino de verle, de cruzarnos
con él por el pasillo, incluso de trabajar con él, de desear fervientemente que
la ósmosis funcionara, certificamos ese resultado. Iñaki ha sabido anteponer su
vida personal a la profesional. Pero le ha costado mucho tiempo de esfuerzos y
sacrificios. Él era el primero que se ofrecía para realizar el programa de la
Lotería de Navidad (¡le encantaba el soniquete de los niños del colegio de San
Ildefonso!); hacía el programa de los Reyes Magos, acompañado por sus
majestades de Oriente, encarnadas en las voces, magníficas, de Goyo González, con la complicidad de
los padres y la ingenuidad y la ilusión de los niños; no se paraba a pensar, a
la hora de presentar los especiales de las Elecciones, que al día siguiente
–casi siempre lunes- él tenía que amanecer a las seis de la mañana en el ‘Hoy por Hoy’; y así podíamos ir
enumerando todas las proezas que Iñaki, con su gran y enorme responsabilidad,
asumió en la SER.
Por
eso nadie ponía en tela de juicio sus dos meses de vacaciones estivales. Poco
después de comenzar el mes de julio, Iñaki desaparecía del micrófono y de la
vida pública. Se refugiaba en su Menorca idílica o viajaba a cualquier parte
del mundo, de incógnito. El regreso se producía en septiembre. Pero recuerdo
que el aspecto con el que aparecía Iñaki, al comenzar temporada, me recordaba
al rostro iluminado que he visto muchas veces en los becarios que entraban por
primera vez en la SER. Su misma ilusión. Como si empezara por primera vez. El
primer día de la temporada, se asomaba a la terraza de Gran Vía 32, octava
planta, para ver Madrid en pijama, a
través de sus tejados, se acercaba a las teclas del piano del estudio y le
arrancaba alguna pieza de ‘Luisito’
Beethoven, como diría Fernando Argenta.
Ese estudio, debería tener su nombre. Porque fue su casa, y la de millones de
españoles que despertaban con él.
La lista de sustitutos
Pero,
¿qué ocurría durante esos dos meses? En ese paréntesis en el que Iñaki
desaparecía de antena, la radio continuaba. Y el ‘Hoy por Hoy’ necesitaba una voz para conducirlo. Y ahí entraron los
sustitutos. Vaya
por delante que mi memoria no es como la de Ángeles Afuera, tan precisa, pese a que me esfuerzo, y es posible
que me olvide de algún nombre, por lo que pido ayuda a los lectores de este
blog, que siempre me han dedicado su gran generosidad.
J.M. Alfageme |
El primero de la lista
Como me ha recordado Ángeles Afuera (en los comentarios), el primero en la lista
fue José María Alfageme, periodista
de casta, todoterreno, que comenzó en los servicios informativos de la SER, en
los tiempos de la Transición y realizó un magistral trabajo, junto a los Ferrari, José Joaquín Iriarte, Luis
Rodríguez Olivares, Antonio Jiménez, Javier Roch, y tantos otros. Yo le
escuchaba desde San Sebastián, antes de ingresar en la casa, y luego tuve la
suerte de conocerle y trabajar con él, antes de su marcha a la Cope, donde durante
muchos años se ocupó de las mañanas de Madrid. ‘Alfa’, como cariñosamente le conocemos los que nos consideramos sus
amigos, se merece un capítulo aparte, que desarrollaré en su momento.
El gran José Luis Velasco, érase un hombre pegado a una radio |
El
segundo que asumió esa presentación del maestro, fue mi amigo José Luis Velasco, un madrileño de cuna,
gallego de adopción, militante, bonachón y cariñosamente cascarrabias, con una
enorme capacidad para la empatía con el oyente, además de un vozarrón profundo,
a la usanza de algunas voces clásicas de la SER, desgraciadamente ya desaparecido. José Luis asumió con éxito la
responsabilidad del ‘Portavoz del Oyente’
del programa, una especie de cordón umbilical entre las dos partes implicadas
en este proceso de comunicación. Velasco, al igual que Iñaki, hacía el programa
con un par de folios delante. Impresionaba verle la soltura que tenía, y la
enorme cultura que desprendía, tamizada siempre con una pátina de humildad que
le engrandecía. Velasco era un tipo entrañable, que hacía amable la antena de
la SER, aunque en su interior su procesión particular se debatía entre la
depresión y el vitalismo, a partes iguales, hasta que se desequilibró hacia
aquélla.
Carlos Herrera y María Teresa
Campos
Hubo
varios veranos, de los primeros del ‘Hoy por Hoy’, en los que Iñaki tuvo sustitutos de renombre, hoy más que
entonces desde luego, aunque allá por los principios de los noventa, ya les
precedía la popularidad: hablo de María
Teresa Campos y Carlos Herrera.
Cada uno de ellos hizo un verano muy particular, como corresponde por otra
parte a sus sólidas personalidades. Pero ninguno, y puedo equivocarme, repitió.
Me consta que la malagueña lo pasó mal y no tiene un buen recuerdo de esta
experiencia, que se le hizo muy cuesta arriba. Yo recuerdo con cariño el verano
de Carlos, porque fue magnético. El almeriense se dejó la sangre aquel verano
en la antena de la SER, que abandonó, por cierto, poco después, para marchar a la
Cope, donde ya había sustituido a Luis del Olmo varios veranos atrás. Carlos
tenía un registro de magazines muy superior al donostiarra, y menos mal que no
había EGM en verano, porque más de uno se hubiera llevado una sorpresa. Antes
de marcharse Carlos de la SER, presentó un programa nocturno, que anticipaba el
desenfado de los programas en los que el sexo era un ingrediente habitual, “Al borde de la cama”, que los directivos
de la casa, por miedo, seguramente, interrumpieron a los seis meses de emisión.
Ramón
Gabilondo, entonces
director de programas, reconoce que sus jefes no tuvieron la paciencia
necesaria para aguantar
aquel programa.
Publicidad histórica del programa precursor del 'Hoy por Hoy' en la SER |
Nacen las mañanas ómnibus
Hasta
primeros de los noventa, se mantuvo ‘Matinal
SER’, un informativo histórico en la casa, que dirigieron grandes
periodistas. Yo trabajé con dos de ellos, con Juan Ramón Lucas y con Joaquín
López Sáez, hoy en la Cope. Los sustitutos, por tanto, debían ocuparse de
la mañana, a partir de las 9:00 horas, en que comenzaba ‘Hoy por Hoy’. El precedente de este magazine, que terminó
absorbiendo el tramo informativo del final de la madrugada y comienzo de la
mañana, fue “Onda Media, aquí la SER”,
que presentaron, en triunvirato, Joaquín
Prat, Pepe Domingo Castaño e Iñaki Gabilondo, mucho gallo para un solo gallinero. Luis del Olmo, ya en la cadena de los obispos, forzó la ampliación
de horario con su ‘Protagonistas’, y
la SER, con Iñaki al frente, asumió el reto. Ambos comunicadores se hacían
cargo de seis horas de radio en directo al día, treinta a la semana. Algo
inaudito. Un hecho que revolucionó la radio de los noventa en España. Nacían
los grandes ómnibus, y la guerra del EGM Cope-SER, Del Olmo-Iñaki, se puso al
rojo vivo.
Continúa...
Una gran alegría encotrarte, en numerosas ocasiones recodaba nuestros encuentros en EXPO-OCIo, otros tiempos, que han servido para ser y sentir entre la realidad y los deseos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo. Benito Páramo
el_pinto.blogspot.com
Igualmente, querido Benito. La nostalgia, en su justa medida, contribuye casi siempre a reforzar el ánimo para continuar la carrera de la vida. Celebro el reencuentro y confío en progresar en él. Otro abrazo, igual de cariñoso. Gorka.
EliminarMagnifico articulo, como todos los demas de este blog, enhorabuena Gorka! te sigo desde hace tiempo aunque sea la primera vez que escribo. Un saludo.
ResponderEliminarPues te animo, Antonio, a hacerlo más a menudo, porque, como dijo Billy Wilder, "nobody's perfect" (¡y menos mal!).
EliminarQuerido Gorka: Mi memoria cada vez es más débil, por la edad, pero recuerdo perfectamente que el primer sustituto de Iñaki Gabilondo en Hoy por Hoy fue José María Alfageme, su subdirector durante los primeros años del programa, es decir desde 1986 a 1991 en que fue fichado por la COPE, donde ha realizado una estupenda labor hasta hace poco.
ResponderEliminarIñaki, precisamente, cuando se marchó Alfageme, le dijo:"Alfa, eres el mejor segundo de la historia que he tenido, pero mientras esté yo no me vas a quitar el puesto. Vete a COPE, allí vas a triunfar y les vas a demostrar lo bueno que eres haciendo programas. Si no te va bien, las puertas de la SER estarán abiertas para tí mientras esté yo". Entrecomillo porque muchas veces Alfageme me ha contado que esa frase la lleva en el corazón.
Tenía que haberte consultado antes, querida Ángeles, pero mi proverbial tendencia a no molestar me ha frenado. Tienes toda la razón y de justicia es recordar a 'Alfa' como se merece. No hace mucho mantuve con él una conversación telefónica tras su incomprensible e injusta salida de Cope, y es un magnífico candidato también para ser protagonista, por méritos propios,de una entrevista en este blog. Gracias por el seguimiento, y por el cariño que le pones.
EliminarPor razones de edad, no he escuchado ni a Alfageme, ni a José Luis Velasco (sí lo escuchaba algún verano -y tengo alguna grabación que lo atestigua- en un programa llamado ‘El Rompeolas’, creo recordar), ni a Maria Teresa Campos y Carlos Herrera cuando sustituían a Iñaki, pero leyendo y disfrutando esta interesante entrada puedo intuir lo bien que lo hicieron. Deseando leer esa entrevista a José María Alfageme, un grande de la radio que tuve la suerte de que me diera clase en el Máster de COPE; sigo sin entender su salida de esa emisora...
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