Goyo González, las mil voces de un radiofonista
https://www.gorkazumeta.com/2013/03/goyo-gonzalez-las-mil-voces-de-un.html
Nacimos el mismo año, 1962, él en Madrid y servidor en San Sebastián. Yo empecé en el norte y él lo hizo en el sur. Yo me forjé primero en informativos y él lo hizo en programas. Años más tarde, a finales de los años ochenta la SER nos reunió a ambos en Madrid, en diferentes destinos. No era difícil conectar con Goyo González. Al contrario, su carácter, extravertido y afable, siempre dispuesto y disponible, le convertían en uno de los compañeros más accesibles.
Goyo en los estudios de ABC Punto Radio, al frente de 'Protagonistas Madrid' |
Goyo
ha hecho de todo en la SER, y siempre con una profesionalidad y una dignidad
memorables. Su estilo, muy personal, es una suma de Carlos Herrera, en el regusto por el micrófono y Pepe Domingo Castaño, en el mimo por la
publicidad. Su voz, versátil y muy moldeable, es una de sus grandes
herramientas. Supongo que, como a muchos, incluido yo, habrá voces que le calificarán de
‘dinosaurio’ de la radio. Y es posible, pero sigue resultando eficaz y muy
cercano, y sigue ‘sonando’ a buena radio. Tras su incomprensible salida de la
casa en la que nació, y creció –la SER- Goyo encontró refugio en la televisión
(‘Cifras y Letras’, en Canal Sur y
luego Telemadrid), pero su aspiración era regresar a la radio. Y encontró lo
que buscaba en Punto Radio, luego ABC Punto Radio, y pronto Cope.
"Protagonistas", la marca más consolidada de la radio española
Goyo se ha ocupado, con mucho oficio, de ‘Protagonistas Madrid’. De hacer el ‘Hoy por Hoy Madrid’, durante sus últimos años en la SER, y especializarse en magazines comerciales locales de Madrid, el destino quiso que abrazase la marca más consolidada de la radio española –‘Protagonistas’- en su versión local madrileña. Y Goyo, una vez más, gracias a la inconmensurable complicidad y ayuda de Ana de Toro, también ex SER, curtida en mil y una batallas de la producción, han hecho un programa mucho más que digno, brillante en ocasiones, con muy pocos medios, y mucha imaginación y oficio, como digo.
La mirada cómplice de Goyo |
Me
consta que en ABC Punto Radio estaban satisfechos con la incorporación de Goyo.
Su fichaje pretendía recuperar la presencia de la buena radio, de la radio de
siempre, en el dial de la cadena de Vocento. Contratar a Goyo era garantizar el
cuidado, y el mimo, de la publicidad, tan maltratada en muchos casos en la
radio, un medio que sobrevive, no hay que olvidarlo, gracias a su concurrencia.
A mí se me antojaba casi un milagro que una emisora como Punto Radio, con
escasa presencia en el mercado, en comparación con el resto de grandes cadenas,
tuviera tanta publicidad en su programa local; un compromiso (meritorio por
parte del departamento comercial de esa casa) que Goyo salvaba, sin muchas
dificultades, integrándola en los contenidos de su magazine, como un calzador.
Es cierto que en más de una ocasión ha puesto en un brete a alguno de sus
anunciantes, preguntándoles por cuestiones relativas al resto de contenidos del
espacio, y ajenas a su labor publicitaria. Pero éste es Goyo, un tipo de radio,
imprevisible a veces, difícilmente controlable (por eso necesita a Ana,
marcándole…), que mezcla contenidos con esa habilidad natural que concede esta
profesión, y que luego extendemos inconscientemente a nuestra vida privada,
confundiendo a nuestros familiares y amigos al entremezclar temas de lo más variopintos,
sin solución de continuidad. Eso, que en la radio es moneda común -el vademécum-,
en la vida privada nos delata como hombres de radio.
Goyo es un profesional que domina el oficio y sabe lo que se hace |
Goyo, un tipo imprevisible
Y remarco lo de ‘imprevisible’. Siempre he admirado de Goyo su capacidad de improvisación, su impronta tan marcadamente personal. Sobre todo cuando tuve la oportunidad de trabajar con él en ‘La Ventana del verano’, a mediados de los noventa, cuando nos encargaron, al alimón, sustituir a Javier Sardá en las tardes de la SER, durante el período estival. Recuerdo aquel par de veranos con muchísimo cariño. Fueron meses de enorme trabajo, pero fructíferos, apasionantes, enormemente creativos. Sin falsa modestia, creo que estuvimos a la altura del equipo de Sardá.
Y remarco lo de ‘imprevisible’. Siempre he admirado de Goyo su capacidad de improvisación, su impronta tan marcadamente personal. Sobre todo cuando tuve la oportunidad de trabajar con él en ‘La Ventana del verano’, a mediados de los noventa, cuando nos encargaron, al alimón, sustituir a Javier Sardá en las tardes de la SER, durante el período estival. Recuerdo aquel par de veranos con muchísimo cariño. Fueron meses de enorme trabajo, pero fructíferos, apasionantes, enormemente creativos. Sin falsa modestia, creo que estuvimos a la altura del equipo de Sardá.
En
una entrevista que nos hicieron destinada a la revista ‘Cambio 16’ en 1995 (que
se encuentra en la página ‘Álbum’ de
este blog) reconocíamos que éramos “como
la noche y el día”. Y lo reitero. Pero el día se compone de noche y día, no
puede obviarse ninguna de las dos partes. Goyo podría ser la noche y yo el día.
Él era –lo sigue siendo-el tipo de la improvisación, de la genialidad
espontánea, del chispazo, y yo el tipo que prefería trabajar el guión con
tiempo, estudiarme los personajes, preparar las situaciones. No afirmo que
careciéramos de la otra condición, pero sí que la dominante era la que he
descrito. Por eso éramos absolutamente complementarios, y hoy muy buenos
amigos.
Goyo González, otro apagafuegos
Por eso Goyo era un tipo apropiado para responder a cualquier reto que le pusieran por delante en la SER, y un elemento muy cómodo para tirar de él cuando se declarara un fuego en la antena: una sustitución, un especial, una necesidad, un relleno, etc. Sabían que apostar por él era responder al reto con eficacia. Así, Goyo, sustituyó a Iñaki Gabilondo en el ‘Hoy por Hoy’ varias ocasiones, condujo ‘La Verbena de la Moncloa’, con Luis Figuerola-Ferretti y Javier Capitán, tras el regreso de Julio César Iglesias a RNE o encarnó la personalidad de los tres Reyes Magos con Iñaki, precisamente, cada 6 de enero, durante bastantes años.
Oficio, en grandes dosis |
Los Reyes Magos de la radio española
Aquí quiero detenerme un poco, para explicar la dinámica de esta página radiofónica que unía tan de cerca la magia de la radio con los niños, tan olvidados hoy día por un medio que, en sus comienzos, dedicaba mucho más tiempo a ellos. Por si acaso, diré que Goyo tenía bula regia de sus Majestades de Oriente para encarnarles en la antena de la SER, con la aquiescencia del director del ‘Hoy por Hoy’, que no faltaba nunca a su cita del 6 de enero, por muy festivo que fuera. Iñaki siempre estaba al pie del cañón, presentando ese día el programa, como un niño más, emocionado. Los padres llamaban previamente al programa para dar el nombre del niño, su lista de regalos, y algunas notas sobre su comportamiento y estudios; datos recopilados por productores eficaces que trasladaban luego a Goyo, quien, con su genialidad y versatilidad vocal, los interpretaba frente al micrófono, en comunicación telefónica con el niño en cuestión, lo que provocaba, lógicamente, la sorpresa –enorme- del pequeño al ‘oír’ a Gaspar, Melchor o Baltasar –que a los tres ponía voz, y personalidad, Goyo, en directo- desvelando en antena cómo se portaba con sus padres y hermanos, cómo llevaba el colegio, los regalos que le habían dejado, y decenas de otros datos, muy personales e íntimos, que el niño escuchaba en boca de su Rey preferido atónito y maravillado. Yo no me perdía nunca ‘la actuación’ de Goyo, fascinado, lacrimoso (sobre todo al ser padre...), y casi todos los años le felicitaba por ella. Eso era la radio. Eso es la radio, aunque a veces no la reconozcamos…
Goyo González en "Cifras y Letras" (Canal Sur y Telemadrid) |
El dolor del adiós
Goyo es un hombre de radio, que respira oficio por sus cuatro costados, y que ama profundamente esta profesión, allá donde esté, ejerciéndola o no. Ahora dirá adiós a su ‘Protagonistas, Madrid’, y certifico que lo hace con mucho dolor, aunque le cueste, por discreción, exteriorizarlo. Pero celebraré que busque reacomodo, pronto, en cualquier otra frecuencia, y seguiré siendo su fan número uno, convencido de que, como he afirmado en alguno de los post de este blog, en ocasiones no somos nosotros los que elegimos hacer radio, sino que la radio nos elige a nosotros. Y Goyo es un elegido. ¡Un abrazo, hermano!
Goyo es un hombre de radio, que respira oficio por sus cuatro costados, y que ama profundamente esta profesión, allá donde esté, ejerciéndola o no. Ahora dirá adiós a su ‘Protagonistas, Madrid’, y certifico que lo hace con mucho dolor, aunque le cueste, por discreción, exteriorizarlo. Pero celebraré que busque reacomodo, pronto, en cualquier otra frecuencia, y seguiré siendo su fan número uno, convencido de que, como he afirmado en alguno de los post de este blog, en ocasiones no somos nosotros los que elegimos hacer radio, sino que la radio nos elige a nosotros. Y Goyo es un elegido. ¡Un abrazo, hermano!
Se pueden decir muchas cosas de un grande de la radio, de una gran persona que lleva la radio en las venas, que es radio en estado puro. He compartido muchos ratos con él en el estudio, siempre con una sonrisa, con un gesto amable. Viví con él una de las experiencias más bonitas de su trayectoria reciente, radiar el sorteo de la Lotería de Navidad que, aunque parezca mentira, era de las pocas cosas que Goyo no había hecho nunca en la radio.
ResponderEliminarLa anterior ocasión en que nos finiquitaron el programa me enteré por una llamada de teléfono de la gran Ana de Toro, siempre al pie del cañón y siempre atenta a las mil y una teclas que tocar para que suene la melodía de un programa de radio. Sí todo sucede como parece que va a suceder, el viernes de la semana que viene Goyo dirá hasta luego a los oyentes. Porque seguro que será un hasta luego.
Qué pena que los que amáis tanto la radio tengáis que permanecer fuera de ella. Grandes profesionales Gorka y Goyo que llevan la radio en el corazón y se han tenido que apartar de ella sin quiererlo.
ResponderEliminar¡Cuántos recuerdos en todo lo que cuentas! Esas Ventanas del Verano... Goyo me sometía a un verdadero ejercicio de improvisación día tras día. J.A. Páramo en el papel de Conde, Goyo en el de su amigo Agustín. Cada tarde improvisaba aventuras nuevas y al final terminé yo convertida en la Hermana Asunción testigo de las trastadas de los dos abueletes. Nunca sabía por donde iba a salir Goyo ni que esperaba que dijera, pero si lo que decía no era lo que esperaba, el lo reconducía a donde quería. Parece un trabalenguas, pero así era. Inmaculada López.
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