El podcast, la radio prêt-à-porter (y III)

La radio se transforma

Continúa...

Uno de los mayores distribuidores
de podcast del mundo, dependiente de Apple

El espacio del podcast

En este entorno, complejo, en que nos movemos, ¿qué espacio le queda al podcast para moverse? ¿Y para sobrevivir? Sin duda, enorme. Y no hablo de aquéllos que adopten este formato como un divertimento particular, sin mayores pretensiones, muy respetable por otra parte; sino de aquéllos otros que se tomen este nuevo lenguaje en serio y, luchando contra los elementos, como la Armada Invencible, apuesten decididamente por él, aportándole profesionalidad en el trazo y creatividad en el dibujo. El podcast es sinónimo de radio especializada en un segmento determinado del área de contenidos. Es un fragmento de radio temática, por tanto, especializada y dirigida a un nicho de la población muy concreto, muy definido, y estandarizado precisamente por su atracción hacia ese contenido.

En EE.UU. hace muchos años que existen miles de pequeñas estaciones de radio locales (analógicas) especializadas en nichos tan definidos, y hasta tan surrealistas algunos, como los fumadores en pipa, los amantes de la música barroca de Bach, o de la obra de Elvis Presley, etc. Algunas de estas emisoras tienen una audiencia, no muy numerosa, pero fiel, y estable, lo que le proporciona un apoyo comercialmente atractivo. Esta experiencia nos puede servir de ejemplo a seguir con los podcast: aspirar a atraer a un nicho de la población interesado en un determinado contenido, muy especializado, pero que tenga asociada a su área de conocimiento marcas comerciales que puedan hacer viable un proyecto empresarial.

Dos ejemplos reales y uno posible

Vamos con los ejemplos: aun siendo un absoluto desconocedor del deporte del golf, estoy convencido de que miles de personas en todo el mundo (y en este caso el idioma tiene que servir de aglutinador, inglés o español) estarían interesadas a priori en acceder a información sobre la práctica de este deporte, en sus diferentes enfoques: técnicas, material, novedades, información sobre torneos, etc. De hecho ya ha surgido, hace poco tiempo, una emisora llamada Golfcast.es cuya suerte desconozco, aunque aplaudo el nicho al que se dirige.

Una emisora online dedicada
monográficamente al mundo del golf

Otro ejemplo, ¿a qué padre no le gustaría contar con una emisora infantil en que poder refugiarse en los traslados en coche de sus hijos al colegio? Una radio dedicada a los más pequeños, con cuentos, actividades, concursos, que entretengan el viaje, les relajen y en definitiva creen buen ambiente familiar? Pues eso es, precisamente, lo que está haciendo, desde hace ya algunos meses, Babyradio.es de la que ya he hablado en este blog. Y en su web suma valor añadido dirigido a padres (con información comercial, para poder descargarse, a un precio razonable, las canciones de la emisora) e incluso contenidos específicos dirigidos a los profesores en la ‘zona docente’.

Y otro ejemplo, éste, que yo sepa, todavía sin realizarse: en el mundo hay millones de fumadores, que aman el consumo de tabaco y reivindican su derecho a hacerlo (siempre y cuando, ahora, por fin, no molesten a los no fumadores). Pues bien, ¿por qué no una emisora de radio que dedique su tiempo preferentemente a recoger la realidad de los fumadores, siguiendo el ejemplo que antes citaba de la emisora de EE.UU. dedicada específicamente a los fumadores en pipa? Este caso podría ser reversible, una emisora para fumadores podría completarse con una emisora para los que desean ser ex fumadores, con consejos médicos, estrategias, métodos para abandonar el consumo, perjudicial a todas luces, del tabaco.

La lista podría ser mucho más extensa, y estoy seguro de que cada uno de los lectores de este post estará pensando en áreas (nichos) muy concretos en los que la concurrencia de una radio online, reforzada con podcast, pueda encontrar un camino por recorrer. 

Había verdadera necesidad en contar
con una emisora online para los más pequeños

Olvidarse de las grandes audiencias

Como vemos, el mundo de la radio online, y el del podcast asociado, tienen futuro, y hablo de futuro profesional, siempre y cuando imperen los elementos esenciales que requiere esta aventura: la técnica, el conocimiento del área en cuestión del que se ocupe (y su correcta y eficaz presentación) y su aprovechamiento comercial. Hay que cambiar el chip que llevamos muchos radiofonistas dentro de aspirar a grandes audiencias en el escenario digital. A los condicionantes técnicos, que los hay, y costosos, como ya he comentado en otro momento en este mismo blog, hay que añadir la realidad que rodea el mundo de internet, mucho más disperso y atomizado, dada la enorme –casi infinita- oferta existente. Por eso, hay que atinar muy bien en el nicho que se persiga, y cuidarlo con excelencia, tanto en el área de contenidos como en el de la publicidad.

Las mil caras del podcast

Pero hay más. El podcast tiene muchas caras, y muchas aplicaciones. La docencia es una de ellas. EE.UU., de nuevo, podría ser un ejemplo válido de esta faceta, pues miles de estaciones, en su mayoría públicas, y agrupadas en torno a la PBS (Public Broadcasting System) se sirven de la radio para extender, sin ir más lejos, el inglés americano allende sus fronteras. En todo el continente africano, y más concretamente en Radio Ghana, la faceta de la radio educativa resulta prioritaria. En muchos casos, los africanos carecen de escuelas y la radio es un sustituto muy eficaz.

Pero no es imprescindible crear una emisora online para asociar los podcast a ella. Un profesional puede editarlos y difundirlos a través de su web o blog, y lograr una razonable resonancia, y por qué no apoyo publicitario a su iniciativa, que debe ir creciendo, poco a poco, apoyándose en una inteligente campaña publicitaria a través de las propias redes sociales, que es su entorno natural. Esto es lo que está intentando hacer mi amigo y compañero Francisco Izuzquiza en “¡Abre las orejas!”, al que le deseo toda clase de suerte.

El proyecto 'Abre las Orejas' es un magazine
diario presentado por Francisco Izuzquiza

Los locutores de radio llevan ya varios años trabajando desde su casa, donde han montado unos pequeños y modestos estudios de grabaciones en los que editan sus cuñas y las envían, vía mail, en formato mp3 o similar, a cualquier parte del mundo. El universo laboral de un profesional de la locución se ha multiplicado hasta encontrar un único límite, el del idioma. Imagínense un locutor en español. Su mercado hasta ahora se circunscribía a Madrid, Barcelona o Sevilla. Con internet, y los podcast, su mercado se extiende a Santiago de Chile, Asunción, Buenos Aires, México DF, incluso Texas, California o Florida, en Estados Unidos. Y no es ciencia ficción, conozco casos con nombres y apellidos.

El podcast es un formato lo suficientemente flexible y mimético como para adaptarse a todo aquel contenido que sea susceptible de transformarse en audio. A partir de aquí entran en juego la imaginación, la creatividad, la originalidad y por supuesto la profesionalidad. Internet, que está segmentando las audiencias,  es el canal donde más aumenta la inversión publicitaria, en detrimento de la prensa, las revistas (el papel se muere…) o la radio analógica. Es cierto que la publicidad también, como la propia internet, está muy atomizada; pero si cada vez llegan más recursos, el éxito –está claro- será de los mejores de cada segmento. La batalla está en marcha.