Comenzó de reportero en Radio Intercontinental, y en 1981 ingresó en la Cadena SER. ‘Joserra’ está convencido de que se puede hacer muy buen periodismo del deporte, y que el humor tiene mucho que ver en todo este proceso. ‘El Larguero’, con el ‘Ra, ra, ra’ como himno, ha logrado reunir a más de un millón de aficionados (1.167.000 oyentes, 3ª ola 2012) que permanecen enganchados a la radio cada noche.
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Joserra en uno de los nuevos estudios de la SER (Fotografía Cadena SER) |
José Ramón de la Morena nació en la localidad madrileña de Brunete, donde sigue viviendo, en compañía de su esposa, María del Mar, y sus dos hijas, Ruth y Lucía. En su fidelidad a Brunete y en su proverbial defensa de esta localidad allá donde puede hacerlo, se sientan ya las bases de su personalidad. De la Morena se precia de ser amigo de sus amigos, de mantener y alimentar día a día (o en su caso noche a noche) la amistad. Así ha ocurrido desde sus comienzos, cuando, en compañía de su amigo Tomás Martínez, presentó algo parecido a un guión de radio de emisora en emisora. Pero decidieron no hacerlo en la Cadena SER. “¿Estás loco –le dije a Tomás-. Allí están García, González Ferrari, Castaño, Vicente Marco… ¿Tú crees que nos van a coger a nosotros? Ahí mejor ni intentarlo”.
Algunos años más tarde, paradojas de la vida, entró a trabajar en la
SER con sus ideas ‘revolucionarias’. Su llegada a la radio de
Prisa también fue un poco particular porque, entre unos y otros, le dieron plantón. Después de tener la suerte de que el presidente de la
Sociedad Española de Radiodifusión, Antonio Garrigues, mostraba simpatía por Brunete, se presentó en Gran Vía 32, la sede central de la cadena, donde
José Joaquín Brotons le hizo una prueba. ‘Joserra’ recuerda con cariño que el técnico que le grabó fue
Esteban Cabadas, el histórico ‘padre’ de los efectos especiales en las radionovelas de mayor éxito de la
SER.
“Recuerdo la frase que pronunció después de oírme: ‘me gusta este chaval’”. Brotons le convocó para unos días después a las seis de la mañana. Debía presentarse a Luis Rodríguez Olivares, director de ‘Matinal SER’. “Pero Luis no tenía ni idea de mí. Brotons no le había adelantado nada. Así que Rodríguez Olivares me tuvo esperando ¡cinco horas! hasta que llegara Brotons, que me pidió disculpas. Me volvió a convocar al día siguiente y esta vez fue todo bien”.
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Cubriendo una Vuelta Ciclista a España, con el ciclista Álvaro Pino (Fotografía Cadena SER) |
José Ramón de la Morena comenzó a trabajar en la
SER. Su primer destino se lo confirmó el propio
José María García, jefe de Deportes, que le prometió cincuenta mil pesetas de sueldo, aunque luego sólo cobrara quince mil
“pero tampoco me atrevía a preguntar, no fuera que luego se arrepintiesen”. Comenzó desde abajo, hasta que
Alfredo Relaño, el nuevo Jefe de Deportes tras la marcha de García a Antena 3 Radio, le encargó ‘
El Larguero’, con el beneplácito de
Augusto Delkáder, entonces Subdirector General.
No es necesario preguntar a José Ramón por la importancia que da al humor en su programa ‘
El Larguero’. Es suficiente con sintonizar la
SER a partir de las doce de la noche. El equipo está tan compenetrado que simplemente mirándose entre sí saben lo que quiere ‘Joserra’. El 21 de marzo de 1994 ese mismo equipo se reunió fuera de los estudios de Gran Vía 32, en una iglesia. Se casaba ‘
Manolete’.
“Hasta el cura, el padre Daniel, habló de ‘El Larguero’ en su sermón. Dijo que era ‘un gran programa de radio’ que había destapado la noticia de la boda de ‘Manolete’”. A la salida de la iglesia, compañeros de profesión del recién casado,
Iñaki Cano, José Ángel de la Casa, Antonio Jiménez, entre otros, integrantes de la ‘Peña Belfast’, llevaron hasta la iglesia a su mascota: UNA VACA. El cura, entre incrédulo y sorprendido, se acercó a José Ramón para preguntar por el origen de aquella visita tan inesperada. “
Yo le dije que era cosa de Jesús Gil, que también estaba por allí. Y, ni corto ni perezoso, el cura se acercó al presidente del Atlético de Madrid y le espetó: ‘pero hombre, señor Gil, ¿cómo trae usted una vaca a la iglesia? Ya sé que tiene usted caballos y ganadería, pero aquí, en la iglesia, ¡UNA VACA!’. Gil me miró y se dio cuenta de la encerrona. ‘Ha sido aquel, señor cura’ –dijo señalándome a mí-, pero el cura no le hacía caso”. No hay prácticamente mayor diferencia en este equipo, cuyo comportamiento es el mismo dentro que fuera de los estudios, salvo por el respeto a los oyentes y el respeto por la calidad de la información ofrecida.
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Con Cristiano Ronaldo (Fotografía As.com) |
En el Mundial de fútbol de Estados Unidos, el equipo de ‘
El Larguero’ vivió varias anécdotas de este estilo. Acudieron a cenar, en Chicago, al Restaurante ‘Planet Hollywood’, propiedad de una sociedad formada, entre otros, por
Bruce Willis, Arnold Schwarzenagger y
Silvester Stallone. Se les acercó un camarero mexicano, que hablaba español y, al fijarse en la acreditación que llevaban al cuello, no les preguntó otra cosa que si eran jugadores de la Selección española. ‘Joserra’ empezó el juego y respondió que sí.
“Yo le dije que sí, que era compañero de Hugo Sánchez en el Madrid y que jugaba en la Selección y que Carrasco jugaba en el Barça y conocía mucho a Maradona (que fue, por cierto, la única verdad de aquella noche). El camarero alucinaba, claro”. El equipo fue engordando el embuste a base de originales argumentos. El camarero, cada vez más ilusionado, preguntó por la identidad de Oliveros, y José Ramón, muy en su papel, le dijo que era el entrenador,
Javier Clemente. “
Aquello amenazaba con ser una pasada, pero el camarero se marchó y al rato aparece con el encargado del local, un tipo inmenso de casi dos metros y cien kilos de peso, que nos saluda cortésmente y nos comunica que el ‘Planet Hollywood’ nos quiere hacer unos obsequios, y nos largan unas bolsas con camisetas, gorras y pantalones cortos, todo con el logotipo del restaurante. No sabíamos dónde meternos”. ‘El Lobo’ apuesta a que todavía les invitan a cenar. Pidieron la cuenta y de nuevo apareció el camarero mexicano, acompañado del ‘gorila’ encargado del local, anunciando que el ‘Planet Hollywood’ tenía mucho gusto en invitar a tan ilustres personalidades. “Pero lo peor es que nos hicieron una foto para colocarla junto a las de las actrices y los actores que colgaban a cientos de las paredes del restaurante. Aquello era el no va más. ‘Paquito’ y yo conteníamos la risa a duras penas. ‘El Lobo’ tuvo que meterse debajo de la mesa simulando que se le había caído algo. Los otros se tapaban con la servilleta. Como pudo, con mucha dificultad, ‘Paquito’ pudo decir: ‘bueno, verán ustedes, es que tenemos la imagen vendida a una multinacional y no podemos hacernos fotos’. Las caras del mexicano y del encargado suplicaban con los ojos. Yo comenté: ‘mejor que nos hagamos la foto, no se vaya a cabrear el grandullón éste’. Al final todos dijimos lo que diga el ‘coach’ (entrenador) y ahí salió Oliveros, serio, muy profesional, diciendo ‘podéis haceros la foto’. La imagen estará colgada en el ‘Planet Hollywood ‘ de Chicago y espero que nunca nadie se dé cuenta del engaño; pero no creo porque estos estadounidenses no tienen ni idea de fútbol”.
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Joserra entrevistando a Jorge Valdano (Fotografía Cadena SER) |
En el mismo Mundial de Estados Unidos, el equipo peregrinaba de nuevo en busca de otro restaurante. Era ‘muy tarde’ para los horarios habituales de los lugareños (tan solo las 22:30 horas…) y ya estaba todo cerrado. El dueño de una heladería les indicó un restaurante próximo. Nadie podía imaginarse que iban a darse de bruces con uno de los templos de la Mafia.
“Cuando estábamos pidiendo la cena, se acercó el cantante del local y nos dijo que don Nicoli Rosasco, el más importante hombre de negocios de Chicago, quería saludarnos”. Era un hombre altísimo, corpulento, con gafas de concha y un tremendo puro habano en el bolsillo. Venía sin chaqueta y lucía unos inmensos tirantes rojos. El aspecto exacto que cualquier jefe de vestuario elegiría para representar en una película a un ‘capo’. Don Nicoli insistía en preguntar a José Ramón por
Severiano Ballesteros, nuestro golfista más internacional. “
Metí la pata cuando le dije que era muy amigo suyo y que incluso conocía a su suegro. Yo le estaba vacilando y de repente él me volvió a preguntar ‘¿Botín?’. ‘Claro’, le respondí. Soltó una enorme parrafada en inglés, que yo no entendí, aunque di muestras de lo contrario, y me preguntó por el ‘caddy’ de Severiano. Yo le contesté que se encontraba bien, sin tener ni idea. Él, sin embargo, insistía. Quería saber más. Menos mal que Bustillo conocía a Manuel Ballesteros, su hermano, que hacía de ‘caddy’. Don Nicoli se quedó entonces satisfecho. Todos respiramos”. Pero la cosa no terminó ahí. El cantante les pidió a Carrasco y a José Ramón que le ayudaran a cantar ‘La Paloma’, de
Julio Iglesias, y puso el ‘play-back’. Mientras, la hija de don Nicoli, una joven rubia que lucía un Rolex de diamantes en la muñeca, pidió a
Carlos Bustillo que saliera a bailar con ella a la pista. “
Él se hacía el remolón, pero le susurré: ‘si no bailas, es muy posible que mañana aparezcas flotando en el lago Michigan con un balazo en la cabeza’. Bustillo se encabezonó en la negativa y ‘Lobo’ y yo tuvimos que salir al quite y bailar una especie de rock and roll hasta que la risa nos tiró por los suelos”. Al final, salieron del local agradeciendo las atenciones a don Nicoli y besándole la mano, como signo de respeto al ‘Padrino’.
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Joserra entrevistando a José Mourinho, entrenador del Real Madrid (Fotografía Cadena SER) |
En cuanto al éxito de
‘El Larguero’, José Ramón reconoce que
“ha conectado con el público porque ha sido capaz de desdramatizar las cosas. Sobre todo porque tenemos muy clara una cosa: ‘el Larguero’ comienza después de ‘Hora 25’, y claro, que hablen en ‘Hora 25’ del terremoto de Turquía donde han muerto tantos miles de personas y salga yo intentando quitar el sueño a la gente diciendo que se han caído tres tejas de un polideportivo no tendría mucho sentido, sería irresponsable, sería una vergüenza”. De la Morena reconoce que todavía es feliz “
porque todavía no me ha cambiado el entorno. Ni he ganado tanto dinero como la gente cree ni soy tan popular: la gente no me conoce por la calle, no me han visto nunca. No me han cambiado los amigos”. Como le define el escritor y editor
Juan Cruz, José Ramón de la Morena es “
un sentimental. Un obrero de la radio. Un director de orquesta. Un tipo verdaderamente fiable. Un profesional. Un personaje con el que se puede viajar sin salir del estudio. El descubrimiento de una nueva generación de programas de radio”.