Las radiofórmulas se ‘convencionalizan’
https://www.gorkazumeta.com/2012/10/las-radioformulas-se-convencionalizan.html?m=0
La radio no vive ajena a las modas. Ni tampoco a los consultores. Ni a la evolución de hábitos de su audiencia, a la que procura conocer cada vez mejor. A la moda de “la radio me cuenta” (prescripción) de los grandes y populares disk-jockeys, le sucedió la moda de ‘sobra la palabra’ y los ‘discos encadenados’ –la voz quedó proscrita, prohibida, en beneficio de la música, permanentemente presente-. Hoy, la moda es otra: ‘regresa la palabra’, pero en grandes dosis. La posibilidad, ya muy extendida, de almacenar música en pequeños dispositivos móviles (el móvil, la miniconsola PSP, mp3, tabletas, etc) ha dado un giro a los usos y costumbres de la audiencia de radiofórmula, para orientarla hacia, lo que creo que es, su evolución natural hacia un modelo mixto, entre música –que debe seguir predominando- y palabra –el valor añadido-.
El nuevo programa de las noches de KISS FM, con Enrique Marrón |
Kiss
FM ha sido la última en incorporar un nuevo ‘afternoon show’, a imagen y semejanza de su reciente ‘Las mañanas Kiss’, que dirigen y
presentan Cristina Lasvignes y Alfredo Arense. La cadena de Blas Herrero está apostando,
decididamente, por ofrecer a sus oyentes un producto más acorde con los
tiempos, pero a un coste desde luego bastante alejado del resto de la competencia.
En este mismo sentido hay que apuntar el nuevo programa nocturno ‘La noche encendida’, que presenta ya
otro locutor de la casa, Enrique Marrón (21:00-0:00
horas). Óscar Martínez ha pasado también,
en un nuevo movimiento de esta temporada, de cadena Dial a cadena 100 en un ‘night show’ con el que quieren competir
en esta banda horaria. Su ausencia en Dial ha provocado un corrimiento de
tierras que ha desembocado en el trasvase de Frank Blanco de 40 Principales al ‘¡Atrévete!’, y su sustitución al frente del ‘Anda Ya!’ por Xavi Rodríguez.
En el caso de Kiss FM, al frente del programa “De vuelta a casa” se sitúa Rocío
Moreno, locutora de continuidad hasta ahora, que en este nuevo espacio (de
18:00 a 21:00 horas) aspira a llevarse a los cientos de miles de potenciales
oyentes que regresan a casa en el coche después de un duro día de trabajo. Y
nada mejor que ponerle al retorno una sonrisa. Hay más proyectos de seguir
creciendo en el área de programas de las radiofórmulas, y voy a tratar de
analizar las razones que pesan para este cambio de rumbo.
En busca de una sonrisa
En
primer lugar, la demanda de un producto diferenciado de la radio generalista,
que ofrezca contenidos más relajados para afrontar el comienzo del día. Cada
vez son más los oyentes que prefieren empezar el día con una sonrisa, en lugar
de hacerlo con una preocupación. En este sentido, la contaminación entre
generalista y radiofórmula está surtiendo efecto también en el camino inverso:
los programas de las cadenas convencionales están incluyendo mucho humor –no
siempre bueno (el humor en la radio es un género muy difícil)- para atraer
oyentes por un lado y para contrarrestar, tal vez, el ambiente negativo general
de los primeros tramos del espacio, del otro.
En
este mismo punto, además, por si fuera poco, hay que apuntar, y subrayar, otra
realidad, que pasa por la compleja actualidad. El momento histórico por el que
atraviesa nuestro país –lastrado por una deuda astronómica de los bancos y del
estado- genera un tráfico informativo de primerísimo orden, pero enormemente
negativo. Resulta inevitable que los medios de comunicación –todos- contagien
desánimo a su audiencia. Nada se escapa del momento económico adverso: las
pensiones, los sueldos, la protección social, el paro galopante, la cultura, el
consumo, etc. Y así, la audiencia, saturada de escuchar la evolución de la
prima de riesgo (que nadie sabía, hasta ahora, qué era) o el posible incumplimiento de
la subida de las pensiones de nuestros mayores, buscan alternativas más
‘amables’ en las radiofórmulas con programas. Las más importantes ya cuentan
con su ‘morning show’. En la mayoría
de ellos, con mayor o menor presencia, la información también cuenta, pero
desprovista del dramatismo añadido de la radio generalista. En tiempos de
crisis, estoy convencido, es el momento del crecimiento de las radios
musicales; aunque también es cierto que, en los momentos informativamente
cruciales, aumenta exponencialmente el consumo de información en radio. Por
eso, tal vez, y vuelvo a la carga, la necesidad de un producto, muy poco
presente en el dial, de una radio musical –en formato adulto contemporáneo-, con unos buenos informativos, que compagine
inteligentemente los dos elementos más demandados en la radio española, y
mundial: la información y la música. El análisis de la actualidad lo dejamos
para la generalista.
KISS FM ha pasado de no tener ningún programa a incluir tres de lunes a viernes |
El dinero, siempre el
dinero
En
segundo lugar, razones comerciales de peso. Las radiofórmulas puras y duras,
con su lista de temas musicales (currents,
oldies, novedades, etc.) no pueden,
salvo ruptura estructural, programar, comercialmente hablando, más que cuñas
publicitarias. Los espacios comerciales se reparten por toda la emisión,
convenientemente situados para no saturar, pero no cabe otro formato que la cuña
de diez o quince segundos, que ya no es tan eficaz ni demandada como antaño,
por cierto. La puesta en marcha de un programa permite incorporar un contenedor
que acepta e integra otros formatos comerciales, como son la mención (en
directo o pregrabada) y, sobre todo, el patrocinio, radiofónicamente mucho más
eufónico que la cuña. ¿Por qué limitar, por tanto, las posibilidades
comerciales de una cadena de radio a la sola emisión de cuñas si, con la puesta
en marcha de programas, matinales, vespertinos y nocturnos, podemos ingresar
más en caja, mediante otros formatos comerciales de mayor atractivo entre los
anunciantes? No son tiempos para autolimitarse; al contrario, son tiempos para
derrochar imaginación y creatividad en los formatos publicitarios. De ahí que
la radio musical no quiera perder oportunidades en este campo.
¡Que hablen de mí!
En
tercer lugar, la notoriedad. Está claro: no provoca tanta expectación una lista
de éxitos, por muy buena que sea la selección, que un programa conducido por
una cara conocida. La repercusión mediática de Dani Mateo, procedente de la omnipresente televisión, recién
incorporado a la cadena 40 como presentador del programa nocturno “Yu, no te pierdas nada” es mucho mayor
que la presencia en el mismo horario de un locutor anónimo. Las cadenas se
rodean de ‘estrellas’ que atraen oyentes. No es el caso, insisto, de Kiss FM
que ha preferido optar, en su nuevo programa vespertino, por nombres de la
casa, procedentes de la cantera, y apostar por ellos, con muchos menos medios y
producción que la competencia (y menor retribución, sin duda). Los oyentes, que
son más listos de lo que se creen las empresas del sector, adivinan enseguida
el producto que se les está ofreciendo. Los contenidos, y el equipo de
colaboradores, aparte de las simpatías que provoque el presentador/conductor
del programa, siguen siendo elementos esenciales para decantarse por uno u
otro. En tiempo de radiofórmula no puede invitarse a famosos (cantantes,
actores,…); sin embargo, en un programa no solo caben, sino que son
bienvenidos. La notoriedad, la repercusión enriquece el posicionamiento de la
marca y, a la postre, resulta enormemente positivo con patrimonio intangible.
Dani Mateo en Los 40, apuesta para la noche |
A
todo esto hay que sumar el elemento con el que comenzaba la reflexión de este post: el cambio de hábitos de la
audiencia, provocado por la llegada de una tecnología que pone al alcance de
quien la disfruta –una enorme mayoría, en constante crecimiento- su música
preferida, en una especie de ‘discoteca privada ambulante’ que les acompaña a
todas partes. Antes la radio, ocupaba este lugar predominante entre los gustos
de su audiencia. Hoy en día cada uno, sin esfuerzo, selecciona su música
preferida, de manera que la radio ha quedado relegada a un segundo plato, e
incluso a un tercero. El medio tiene que reaccionar, ofreciendo un valor
añadido a su producto, y haciéndolo más atractivo, y completo. Ésta es la
estrategia de las nuevas radiofórmulas: la inclusión de contenidos, sin olvidar
nunca su base estructural musical, frente a la extensión de productos musicales
(la radio online está repleta de todo tipo de oferta) y a la accesibilidad de
un catálogo musical privado que colma sobradamente las necesidades de los
oyentes. La nueva radio tiene que jugar ya en otra liga.
Un post excelente, Gorka –uno más–, que describe de forma atinada y bien argumentada el contexto que ha motivado la evolución de las principales cadenas de radio musical española en las dos últimas temporadas hacia una “convencionalización” que ya se vivió en la segunda mitad de los 90's, cuando los magazines de participación con acompañamiento musical protagonizaron las franjas de mañana, tarde y noche.
ResponderEliminarCoincido con las razones expuestas, entre las que, sin duda, la primera es la más determinante: la música digital fluye entre los jóvenes sin dependencia de la radio. Por eso llama la atención que las nuevas apuestas no conciban las canciones como un elemento sustantivo: si la acusada tendencia a concebir los tiempos de radiofórmula en hilos musicales no se compensa con espacios que recuperen al prescriptor, el futuro de la radio comercial musical se ensombrece, pues perderá los cada vez menores reclamos de competencia frente a la distribución espontánea de las canciones en Internet.
Sólo me atrevo a sugerir una mayor precisión en la terminología relativa a la programación: el término “radiofórmula” no designa por sí solo a la radio musical (hay radiofórmulas de noticias, como Radio 5): resulta más adecuado referirse a ella como “radiofórmula musical”, sobre todo entre quienes conocemos y valoramos las diferencias entre cada modelo.
Enhorabuena por el trabajo. Un abrazo,
Luis Miguel Pedrero