Pedro Blanco: "La SER me rechazó como becario en 1995”

Entrevista a Pedro Blanco (I)

"Llegué a esta profesión casi por casualidad"

Pedro Blanco suena a “Escuela SER”. Entró como becario, proveniente de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, también mi casa, y fue creciendo, muy rápido, de acuerdo con sus grandes posibilidades naturales como profesional. Se encontró con Carlos Llamas y quedó ensimismado, por él y por la radio, como medio. Y eso que llegó al oficio, como veremos luego, por casualidad familiar. Hoy, acompaña a Ángels Barceló como su segundo, en “Hora 25”, pero somos muchos los que esperamos que Pedro vuele por sí solo, al frente de un programa de la SER, donde puede revalidar todas las enormes virtudes profesionales que aglutina: moverse con solidez y seguridad en los informativos, pero también hacerlo con soltura en los magazines, donde el algodón no solo no engaña, sino que nos muestra, abiertamente, que Pedro Blanco es un tipo cercano, amable, simpático, con una sorna y vena humorística cercana a la del maestro Llamas. Por eso gusta, por auténtico.

Muchos esperamos con impaciencia que pronto
 asuma una mayor responsabilidad
al frente de su propio programa en cadena

-¿Creo que elegiste la radio por tu primo Cristóbal Jiménez? ¿No hubo otra influencia?

-Es cierto, llegué al periodismo casi por casualidad. Recuerdo que en los últimos años de bachillerato no tenía muy claro qué quería ser de mayor. En mi entorno disponía de varios ejemplos a seguir, mi hermana es arqueóloga y fue una opción durante un periodo. Mi primo Cristóbal, al que te refieres en la pregunta, era periodista por aquel entonces, trabajaba en la SER. Me fijé en él, en su experiencia, en lo que contaba de su oficio y finalmente decidí cursar Comunicación Audiovisual. Yo no era un gran oyente de radio. En mi familia, como en otras muchas, existía la costumbre de escuchar la radio, sobre todo en la hora de la comida y especialmente la programación local. Esas eran mis referencias. Así que llegué a esta profesión casi por casualidad y elegí la radio prácticamente desde el primer instante. Creí que era el medio más sincero, más auténtico.

-¿La radio ha ganado un magnífico periodista y la Universidad ha perdido un profesor de vocación? ¿O todo se andará…?

-De hecho, ya se está andando. Desde este mes de Septiembre imparto la asignatura de periodismo radiofónico en la universidad Camilo José Cela, en Madrid. Es mi primera experiencia docente. Y sí, tenía ganas de adentrarme en este mundo. Me importa especialmente la preparación de las próximas generaciones de periodistas, me preocupa mucho que la radio sea entendida como un gran medio. Me ocupo, sobre todo, de inculcarles la pasión por la radio y de trasladar al aula las técnicas fundamentales del oficio del periodista de radio. Es importante que sepan qué es la radio pero es imprescindible que sepan hacer la radio.

-¿Recuerdas tu primer día ante el micrófono de Radio Ribera de tu pueblo, Tudela?

-Quizá no el primer día pero sí mis primeros trabajos en esa radio que mencionas, una radio pequeña sin el amparo de una gran cadena, preocupada por ofrecer una programación local de calidad. Y lo primero que me encomendaron fue retransmitir los partidos que el Tudelano jugaba entonces en la Segunda División B. Recordaré siempre la primera de aquellas retransmisiones, en el nuevo estadio de Anoeta, en San Sebastián. En una cabina situada en la parte alta del campo, desde la que apenas se distinguía a los jugadores. Nunca antes había narrado un partido de fútbol, nunca antes me había preocupado por los fuera de juego, los penaltis, los laterales, delanteros, árbitros. Apenas tenía unas nociones básicas de ese deporte. Fue una gran escuela, allí y entonces aprendí el valor de la improvisación.

En directo, presentando el 'Hoy por Hoy', desde Bilbao, 
con, entre otros invitados, el presidente de  BBK 
(hoy Kutxabank) Mario Fernández

-¿Y cómo celebraste que te habían concedido una beca en la SER? ¿Lo recuerdas?

-Ha pasado tanto tiempo… En el año 95 me presenté por primera vez a las pruebas de acceso a las becas de la Cadena SER. Aquel año me rechazaron. Recuerdo bien la decepción. Volví a intentarlo en el 96, terminada ya la carrera. Entonces la SER me admitió como becario. Hoy, 16 años después, reconozco que cuando finalmente accedí a la beca, aquel verano, estaba mejor preparado que un año antes. Y todavía hoy conservo la misma ilusión por estar en la que ha sido mi casa desde que di los primeros y torpes pasos en la profesión.

-Corrígeme si me equivoco, ingresaste en el verano de 1996 y al año siguiente ya estabas al frente del ‘Matinal SER’? Y en 1997 te acoge Carlos Llamas en ‘Hora 25’.

-Llegué, sí, en el verano del 96. Creo que en el mes de diciembre edité mi primer Matinal en el fin de semana. Y allí estuve, como redactor o director, cinco años. A ‘Hora 25’ llegué más tarde, en el año 2000 cuando me encargaron la dirección del desaparecido ‘Hora 20’ y la subdirección de ‘Hora 25’.

-Aunque no sean suficientes, dame cuatro adjetivos sobre ‘Charli’.

-Genial, sarcástico, brillante y si me permites, puesto que en estos tiempos es casi ya un adjetivo, Periodista. Y con mayúscula.

Los comienzos de Pedro Blanco en la SER

-Dirigió ‘Matinal SER’ con 23 años (de forma temporal desde los 21).

-Subdirigió ‘Hora 25’ con Carlos Llamas con 25 años.

-Sustituyó por primera vez a Carles Francino, en el ‘Hoy por Hoy’, con 29-30 años.

-Hay muchos que pensamos que en tu forma de hacer radio conservas el ‘estilo Llamas’, ¿te reconoces en esta descripción? ¿Cómo sería ese estilo?

-Me reconozco, sí. Con él aprendí lo poco que sé, su forma de entender el periodismo y la radio. Fue mi verdadera escuela, en aquellos años yo era arcilla y él, el torno que giraba cada noche. Y se fue moldeando poco a poco una manera de entender la profesión y el medio. De él aprendí a asumir la distancia necesaria para observar la vida, a enfrentarse con cierta ironía a lo que ocurre porque la ironía era en él, y lo es en este oficio, una de las formas más eficaces de acentuar el relato. De Charli, como le llamábamos, aprendí a guardar la indignación para las cosas que de verdad lo merecían, a escuchar, a respetar los argumentos, a estar dispuesto a dejarme convencer.

Pedro Blanco entrevistando a Fernández Toxo (CC.OO)
en el locutorio central de la cadena SER

-Te he oído muchas veces criticar el mal llamado ‘periodismo’ rosa, pero, empáticamente, qué le dirías a un compañero que tiene que pagar todos los meses su hipoteca con el dinero que gana por espiar a los famosos?

-Siempre he creído que el periodismo tiene una función social importantísima. Somos los intermediarios entre quienes atesoran la información y quienes tienen derecho a recibirla. Los periodistas estamos obligados a hacer mejor nuestro entorno, tenemos que colaborar en la construcción de sociedades más justas, más informadas, más cultas y preparadas. Con modestia, sin duda, pero con la convicción de que estamos en este oficio para ayudar a saber y a entender. Y ciertamente, me cuesta mucho encajar en esta descripción lo que se ha dado en llamar periodismo rosa. No, para mí no lo es. Entiendo que haya quien, por pura necesidad, se dedique a este tipo de trabajos. Lo entiendo pero no lo comparto.

-¿Qué le falta a la radio para ser perfecta?

-Perder los complejos. Creer en sí misma.

Continúa...