El Estado, que no paga, ahoga a las radios (I)
https://www.gorkazumeta.com/2012/05/el-estado-que-no-paga-ahoga-las-radios.html?m=0
Javier González Ferrari, presidente ejecutivo de Onda Cero Radio
Sin embargo, el pasado viernes, en un acto público organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), celebrado en Madrid, el presidente ejecutivo de Onda Cero, Javier González Ferrari, nos devolvió a la realidad, a coscorrones. Ya lo había adelantado aquí el secretario general de la AERC, Alfonso Ruiz de Assin, “los empresarios de radio bastante hacen con sobrevivir”. La crisis es tan virulenta que el sistema financiero de muchas cadenas de radio se tambalea. Ferrari denunció que muchas comunidades autónomas y ayuntamientos deben millones de euros en publicidad institucional a las radios. La labor comercial de cientos de emisoras regionales y locales, de las grandes cadenas, se ha visto seriamente dañada por los impagados de la administración. Por eso el máximo responsable ejecutivo de Onda Cero, perteneciente a la división de radio del Grupo Antena 3 (Planeta), reconocía que se conformaban con “ver algún talón con fondos de lo que nos deben algunas administraciones”.
Podríamos estar mil días seguidos hablando de cómo debería encauzarse la radio para responder al reto del futuro en este medio, defendiendo la necesidad de diversificación de formatos y públicos, y el desarrollo comercial y de promoción del entorno digital e incluso de la propia radio. Sería, como lo hemos hecho en algunos post ya publicados en este mismo blog, abundar en el plano del ‘deber ser’, en lo que creemos algunos que debe hacerse con la radio para garantizar su supervivencia y estimular su consumo.
Javier González Ferrari (Fotografía Onda Cero) |
El dinero público era fácil de conseguir
Ferrari confía en que parte de esos 35.000 millones de euros que la administración central ha inyectado a comunidades y ayuntamientos para que puedan saldar sus deudas con sus proveedores, lleguen también a las cadenas de radio, que lo necesitan para mantener cientos de puestos de trabajo. “[Autonomías y ayuntamientos] están tiesos como la mojama y la radio se ha apoyado durante años en la publicidad institucional. Era fácil de conseguir. Fluía de manera natural. Cuando se ha cortado eso, el 50% de los ingresos, que venía de las administraciones locales o autonómicas, ya no está”. Ferrari se ha sincerado en su última intervención pública.
Este dato, no por conocido, es menos grave. Las radios han confiado mucho en las administraciones y en la publicidad institucional. Los gobiernos, regionales provinciales y locales, han concedido a las cadenas de radio mucho dinero en estos últimos años. Y el reparto se hacía torticeramente en algunos casos, atendiendo a criterios de simpatía política de la emisora en cuestión con el partido político que detentaba el poder. Así, tradicionalmente, el PSOE favorecía a la SER y el PP a la Cope u Onda Cero no sólo en el destino de sus recursos institucionales, sino en otros campos, tan importantes o más como éste, como era la concesión de frecuencias de radio en concursos públicos. Más de un concurso público ha sido denunciado por parcialidad (convocados de uno y otro lado del arco ideológico de los dos grandes partidos que se alternan en el poder). El caso de Esperanza Aguirre, en Madrid, fue de los más sonados. Pero igualmente los socialistas practican la máxima de “al enemigo, ni agua”. Y no se dan cuenta de que la responsabilidad de gobierno implica, aunque no les guste, el equilibrio y la justicia en el reparto de los recursos públicos, que son de todos. Unos y otros, en definitiva, se favorecían entre sí, en función de si eran ‘amigos’ o ‘enemigos’. Bastantes emisoras pertenecientes a las grandes cadenas han confiado en exceso en esta fuente de financiación y sus carteras se han visto seriamente comprometidas cuando, de golpe y porrazo, la publicidad institucional ha frenado en más de un 40 ó 50% sus ingresos.
Las radios, ‘grandes dependientes’
La afirmación de Ferrari daba la impresión de que también incluía una valoración negativa, una autocrítica, en el sentido de que la radio asumiera esa situación, y esa dependencia financiera tan alta de las administraciones con tanta naturalidad, pensando que eran casi recursos fijos. Y resulta inevitable, por otra parte, analizar la otra vertiente que implica una situación como la denunciada por el máximo responsable de Onda Cero Radio: su gran dependencia económica del poder público.
Ferrari es el primer ejecutivo de la segunda gran cadena de radio española |
¿Y qué otra conclusión puede extraerse de una situación en que el poder político de turno favorece con su publicidad institucional a sus amigos? No es difícil encontrar la respuesta. Las cadenas tienen que hacer méritos para lograr esos favores de la administración. ¿Dónde queda, pues, la necesaria independencia de los medios de comunicación para criticar al poder si éste, a través de la publicidad institucional, puede determinar casi con absoluta libertad quién recibe sus millones de euros? Hay muchísimo dinero en juego. De ahí que las cadenas de radio deban mantener con el poder una relación de amor-odio permanente. Por fortuna, en España, el poder no se sirve de esta estrategia para controlar a los medios, tal y como ocurre en otros países, como por ejemplo Argentina, donde se ha denunciado con frecuencia la ‘dictadura ideológico-financiera’ a que somete Kirchner a los medios de comunicación, siguiendo otra máxima que dice “estás conmigo o estás contra mí”.
Continúa...