El escenario digital, campo de pruebas de nuevos formatos (y II)
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Una programación musical de peso, bien prescrita, con una figura relevante del panorama de los DJ’s, con títulos y estilos bien delimitados, incluso con contenidos y entrevistas relativas al mundo musical, por qué no, conformaría una programación, en sí misma, acaparadora de mucho atractivo. Pero es que además, las nuevas tecnologías, sobre todo el entorno de las redes sociales, nos permiten enriquecer aún más ese modelo y actualizarlo con la plantilla de la radiofórmula musical del siglo XXI. ‘La Gramola’, de mi buen amigo Joaquín Guzmán (M-80), tendría que actualizarse hoy día con Facebook, Twitter o Tuenti, hasta el punto de que la producción, y la playlist, podría surgir perfectamente de una consulta previa a la emisión del espacio en la que participaran los oyentes y elaboraran la lista del día. Ese ‘poner en común’ la música que me gusta, y darla a conocer a otras personas es reclamo suficiente como para potenciar una radiofórmula mucho más interactiva con sus oyentes.
Vamos ahora con la suma de información y música
Si conseguimos, a través de una moderna, actual y nueva configuración de la radiofórmula musical basada en la interactividad con sus oyentes, resucitar la esencia de una buena prescripción, encarnada en la figura de un DJ también renovado, y aupado en su protagonismo por la propia emisora, a la que sumamos un equipo de nombres conocidos, prestigiados y prestigiosos, dedicados a la información, que sean capaces de ofrecer contenidos informativos de calidad, en fondo y forma, lograremos en definitiva ATRAER a ese target de oyentes a los que les guste “la buena música” –porque ellos tienen la oportunidad real de compartir su música con los demás- al tiempo que demandan información cuando ésta se produce, sin la obligación de tener que esperar a las horas en punto de una radio generalista.
El escenario que planteo es el de una cadena de radio urbana, joven, moderna, que busque su target entre oyentes con grupos de edad comprendidos entre los 30 y los 50 años, enormemente atractivos comercialmente. Su contacto con las redes sociales ya es habitual, incluso en los de 45-50 años, y demandan, por igual, música e información. La participación/interactividad de los oyentes en la producción de los contenidos musicales podría incluso extenderse también, por qué no, al ámbito informativo, solicitando abordar a los periodistas contenidos específicos de su interés.
La viabilidad
Dejo para el final el acertado comentario de mi colega Raúl Domingo, realizado a través de Twitter, que decía textualmente: “con una cuota potencial suficiente que permita una estrategia diferencial y sostenible? Malos tiempos…”. Es cierto que no corren buenos tiempos para los experimentos y que la crisis, como comentaba en otro post, refiriéndome a unas recientes declaraciones del presidente ejecutivo de Onda Cero, Javier González Ferrari, está haciendo que los formatos se repitan en todas las cadenas, miméticamente. Pero para eso, considero, ha llegado la radio digital online.
Alguna cadena de emisoras, como por ejemplo la Cope, consignó recursos a la producción de una programación específica destinada a su difusión a través de la radio digital terrestre en DAB, que no escuchaba nadie. Aparte de lo frustrante que resultaría para quienes la realizaran, era un dinero tirado directamente a la basura. Mantengo por otra parte que la radio es el medio que menos recursos ha destinado a la I+D. ¿Quiénes entonces pueden apostar sólidamente por este formato que defiendo, a unos costes razonables, reduciendo el riesgo a su mínima expresión? Está claro: los radiodifusores analógicos que disponen de infraestructura –periodistas y DJ’s- que podrían derivar a esta experiencia y probar suerte en el escenario digital. Está claro que de las decenas de ofertas que ya existen en la red, sólo van a perdurar unas pocas. Y que los grandes radiodifusores analógicos, cuyo negocio es éste, parten –si se lo proponen- con enorme ventaja sobre el resto. Pero todavía no han movido ficha… ni se atreven. El escenario digital es un estupendo campo de pruebas para acometer experiencias nuevas con formatos novedosos. De momento los grandes radiodifusores no han hecho más que duplicar su señal analógica en su página web, sin más complicaciones. Y aún así han sumado, en total, más de un millón de nuevos oyentes, una cifra nada despreciable. Y no olvidemos otro dato importante: la inversión publicitaria crece, en detrimento de otros medios, en internet, aunque también es cierto que está muy atomizada.
Afrontar un proyecto como éste para una compañía surgida en el nuevo escenario digital comportaría mayores riesgos, tal vez inasumibles hoy día en que se busca la rentabilidad a corto plazo. Sin embargo, los radiodifusores tradicionales ya disponen de esta infraestructura y se trataría por tanto de sacarle mayor rendimiento. El apoyo estratégico de promoción y márketing de lo analógico hacia lo digital resultaría también imprescindible. Pero quién sabe si entre las grandes compañías que desarrollan su trabajo preferentemente en el entorno analógico hay voluntad de fomentar el consumo de radio en la red o, por el contrario, algunos lo siguen viendo como una amenaza a su negocio. Desde luego, al final lo será para aquellos que se refugien en el pasado y no apuesten también de forma decidida por el nuevo marco digital.