Yo he vivido de la publicidad, ¿y qué? (y II)
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Si hay
publicidad, es que funciona
Los anunciantes buscan rentabilidad a su
inversión. No son ONGs que prestan su dinero a fondo perdido para que la radio
siga funcionando. Hay que darles resultados. Y si la radio sigue contando con
apoyo comercial es que el medio resulta eficaz. La presencia de publicidad
constituye el certificado más incontestable de que el medio es un buen
intermediario entre anunciantes y oyentes/consumidores. La radio local es, por
otra parte, un magnífico termómetro, inmediato, para medir la eficacia de una
campaña comercial. En un entorno reducido, con un servicio o producto muy concreto,
es relativamente fácil testar la campaña. En una emisora local es donde más se
aprecia esa relación entre contenidos y comercial, y donde su buena
comunicación resulta imprescindible para garantizar la buena marcha de la
cuenta de resultados.
Una vitamina mágica que se consumió masivamente en los 60-70 |
Personalmente, y de mi escuela aprendida
en Radio San Sebastián, me esforcé por trasladar el modelo ‘local’ a la puesta
en marcha de Radio Madrid FM, uno de mis grandes retos profesionales, y del que
más orgulloso me siento. Y debo reconocer que funcionó, aunque la diferencia de
tamaño de una y otra emisora era abismal. Pero el reducido personal que estaba
a mi cargo –con toda la ilusión puesta en el proyecto- estaba volcado
literalmente con el equipo comercial, deseoso de que la maquinaria prosperara,
la emisora creciera en oyentes y la cartera sumara ingresos. Hoy es la emisora
con más oyentes de España y con una considerable facturación, pese a no llegar
al ambicioso presupuesto marcado por la cadena.
No entienden
quién les paga y dónde están
Otro de los problemas que me he
encontrado en el camino es la consideración que merece la publicidad a algunos
directores de programas que anteponen su independencia profesional a cualquier
relación con clientes que les proponen los ejecutivos de cuentas. A muchos anunciantes,
les atrae la idea de conocer a los primeros espadas de la radio. No hay duda de
que se trata de un buen reclamo para ganarse la cuenta. Pero esto no parece
influir en la reiterada negativa de algunos de ellos a prestarse a este juego.
Y no sólo manifiestan esta actitud pacata ante las reuniones con clientes, sino
que la dejan entrever en sus pasos a la publicidad en directo, en los que
parece que la publicidad ‘les molesta’.
No se dan cuenta de que cuanta más publicidad, logran más independencia.
En este sentido, en el decálogo de un
buen conductor de programa comercial (y todos los programas de una emisora
privada son ‘comerciales’ por cuanto se financian por publicidad) no se puede
permitir un paso de la siguiente manera: “y
ahora hacemos un punto y aparte para la publicidad”, o “paramos para meter unos cuantos anuncios, y
seguimos en cinco minutos…”. ¡Qué gran error de cálculo! Esto supone no
entender nada, ni dónde trabajan, ni quién les paga. No voy a cometer el error
de apoyar el otro extremo: aquél que afirma que los contenidos primordiales de
una emisora de radio son los comerciales y que el resto, es sólo relleno. Estoy
en absoluto y radical desacuerdo con este planteamiento, pero hay quien lo
defiende, equivocadamente, según mi modesto criterio.
La integración
de la publicidad en los contenidos
Bebida refrescante, ya desaparecida, muy popular en los 60 y 70 |
La publicidad, sin embargo, no debe
constituir compartimentos estancos con los contenidos. Sí deben estar
claramente definidos, pero también integrados. La publicidad de ‘El Larguero’, en la SER, con José Ramón de la Morena, es un buen
ejemplo de integración de la publicidad en los contenidos, cuando el conductor
del programa utiliza expresiones como: “…y
a las doce y media, les vamos a hablar de unos coches que tenemos por aquí a
buen precio…”. El oyente sabe que tras esta introducción llega la
publicidad, que viene precedida además por la correspondiente cortinilla
identificadora de bloque. Pero de la Morena ya la ha introducido
inteligentemente.
El caso más conocido, y mejor desarrollado
de la radio española, que proviene de la escuela de Joaquín Prat, y a la que Pepe
Domingo Castaño ha sumado su genial impronta, es el ‘Carrusel Deportivo’ en la SER y, ahora, en ‘Tiempo de Juego' en la Cope. El juego de complicidades que
establece Pepe entre los contenidos del programa y las firmas comerciales que
lo apoyan es de libro... He aquí el ejemplo más vivo de que la publicidad en
radio no sólo no ‘ensucia’ la antena,
como creen equivocadamente algunos responsables de contenidos, sino que la
enriquece. Es labor del profesional sacarle su máximo partido. De la misma
escuela que Joaquín y Pepe es también mi amigo José Luis Arriaza, que ejerció este mismo papel en la Cope en otro
tiempo y en mi querido y recordado ‘Carrusel
Deportivo Madrid’, junto a Javier
Lalaguna primero y a Manu Martín después.
Otros compañeros han emprendido otros caminos, pero bebiendo de las misma
fuentes, eso sí, puestas al día, como mi también amigo Juanma Ortega, que ahora anima con eficacia el ‘Carrusel’ en la SER, con sello propio.
Sensibilidad
ante el área comercial
El ejecutivo de cuentas conecta mucho
mejor con profesionales más receptivos, que entienden la necesidad de contar
con una campaña lo suficientemente dúctil y flexible en su mensaje como para
adaptarse a su manera de hacer o de decir en antena. Por otra parte, en esta
‘pelea’ diaria, los directores comerciales se ven obligados a vencer las
reticencias e incomodidades que provocan entre algunos directores de programas
la simple idea de entrevistarse con un anunciante, como si fueran a poner en
peligro su independencia profesional. El periodista tiene la obligación moral,
es cierto, de velar por su integridad y honestidad, como poseedor, en depósito,
del derecho a la información de los ciudadanos a los que informa. Pero la
publicidad no es una amenaza, es un sistema de supervivencia, y preserva, precisamente, la independencia.
El gusto por la cosmética llegó con la recuperación de los 60 |
En definitiva, reivindico la necesidad de
mantener en alta consideración la labor del ejecutivo de cuentas en una emisora
de radio y, como consecuencia de ello, mantener también una estrecha y
fructífera relación con él, a fin de ajustar todas las piezas posibles, siempre
dentro de unos márgenes, para que las campañas comerciales obtengan resultados positivos
palpables. Sólo de esta manera, lograremos que el cliente que entra en cartera,
continúe, lo que permitirá al ejecutivo compaginar su tiempo entre la atención
al cliente fijo y la captación de nuevas campañas de otros clientes. Y en este
mismo sentido, la responsabilidad de algunos de los directores de programas
estrella de la programación, en su relación con la publicidad, debe ser
consecuente y coherente con la empresa donde trabajan y el modo en que se
financia. Algunos preferirían –se les nota demasiado- trabajar en RNE, pero no,
trabajan en una emisora comercial y comen gracias a Opel, Nestlé, Coca Cola,
BBVA o El Corte Inglés. Y no es nada indecoroso.
No se confundan!!!!! Es Tiempo de Juego, no Tablero!!!!
ResponderEliminar¡Gracias!
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