La radiografía de Emma Rodero y Chelo Sánchez Serrano (I)
https://www.gorkazumeta.com/2012/04/la-radiografia-de-emma-rodero-y-chelo.html?m=0
Hacía tiempo que quería detenerme en un magnífico trabajo sobre la radio firmado por dos buenas amigas e impecables investigadoras del medio, Emma Rodero, profesora entusiasta de este medio en la Facultat de Ciències Socials i de Comunicació Universitat Pompeu Fabra, UPF, de Barcelona y Chelo Sánchez Serrano profesora de Géneros Informativos en Radio en la Universidad Pontificia de Salamanca, UPSA, de Salamanca.
Emma Rodero ejerce en Barcelona |
Lo llamativo de trabajo al que me quiero referir es que está fechado en julio de 2007. Hace nada menos que cinco años. Y lo curioso viene, precisamente, de que está plenamente de actualidad. Lo que se recoge en él puede aplicarse perfectamente a nuestros días, lo que dice bien poco del progreso de la radio como medio. Rodero y Sánchez realizan un retrato certero de este medio, al que quiero referirme, como decía, con detenimiento, por el indudable interés que posee.
Vaya por delante que el título de las casi quince hojas del artículo es ‘Radiografía de la radio en España’, y ciertamente, doy fe, lo es. Ambas profesoras se dedican a desgranar los aspectos más sobresalientes de la actividad radiofónica en España diseccionándola en diez apartados inteligentemente elegidos, por representativos, a los que se añaden unas conclusiones que despejan todas las dudas en torno a la actitud de ambas docentes e investigadoras como defensoras a ultranza del medio, no en vano han dedicado su vida a investigar sobre la radio. Pero la defensa no está reñida con la crítica, constructiva siempre.
Los diez apartados a los que se refieren en su artículo son los siguientes: 0. Introducción. 1. Homogeneización de la programación radiofónica. 2. Unificación de contenidos y formatos. 3. Insuficiencia de contenidos cercanos, participativos y en directo. 4. Generalización de una radio de propaganda. 5. Limitación de tramos de audiencia. 6. Pobreza expresiva. 7. Incorporación lenta de tecnología. 8. Infravaloración publicitaria. 9. Inexistente promoción del medio y 10. Escasa preocupación en torno a la radio.
Animo a los lectores de este blog a leer en toda su extensión esta ‘Radiografía de la radio en España’ firmada por las profesoras Rodero y Sánchez, porque encierra mucha enjundia sobre la radio, y lo hace con enorme conocimiento e incontestable análisis. No obstante, en mi modestia, voy a tratar de seleccionar los elementos más llamativos en cada uno de estos aspectos reseñados por ambas profesoras universitarias:
Introducción: “Renovación contra crisis”
Rodero y Sánchez inician su reflexión con una frase condicional: “Si la queremos a nuestro lado (se refieren a la radio), en nuestros días, más que en ninguna otra época, se impone una profunda renovación del medio radiofónico que le ayude a superar la crisis por la que atraviesa; una crisis que dibuja un diagnóstico cuando menos preocupante”. Las dos tratan en su trabajo no sólo de detectar la epidemia, sino también de presentar el fármaco que puede eliminarla. Subrayan que la sólida historia que encierra la radio, no es garantía suficiente como para asegurar su pervivencia en un futuro que se presume inseguro, y en el que han irrumpido otros elementos, aparentemente distorsionadores, del statu quo imperante hasta ahora, en referencia directa al concurso de internet. En la introducción se citan unas palabras que el periodista Miguel Ángel Nieto pronunció en un Foro de investigación en comunicación en la Universidad Complutense de Madrid: “la radio tiene un pasado glorioso, un presente plano y un futuro incierto”.
Precisamente para abundar ese futuro incierto, Rodero y Sánchez unen su experiencia y conocimiento en la selección de aquellos aspectos en los que más hay que incidir para eliminar la incertidumbre que rodea al medio. Para ello “la radio pública y la privada necesariamente tendrán que renovarse, ofreciendo soluciones a los problemas más graves que aquejan al medio”.
1.- Homogeneización de la programación radiofónica
En varias ocasiones, coincidiendo con ambas profesoras, he denunciado el modelo repetitivo y mimético de la radio española. Rodero y Sánchez también lo ven así: “De lunes a viernes, las parrillas coinciden durante más del cincuenta por ciento de su emisión diaria. Por tanto, los oyentes se encuentran con lo mismo a las mismas horas, bien escuchen la radio pública o cualquiera de las privadas”. Se habla en este capítulo de los mismos programas, de los mismos contenedores, y de los mismos horarios. “La radio convencional se encuentra sustentada en una estructura obsoleta motivada por años de actitud conservadora y preocupada sólo por mantener las cifras de inversión”.
Chelo Sánchez Serrano es profesora en la Pontifica de Salamanca |
Rodero y Sánchez abordan también lo que entienden como salida de este laberinto, y que pasaría por la especialización, por dotar a las nuevas emisoras, de un sello propio, “una personalidad sólida y diferente”. Algunos autores se han referido a ella como la “radio de enfoque”. Las profesoras de la Pompeu Fabra de Barcelona y la Pontificia de Salamanca, respectivamente, tienen clara la opción a futuro: “se trataría de provocar una decidida transformación que trajera consigo la adopción de nuevas estrategias de programación, que no sean siempre por competencia directa, en un intento de fragmentar la oferta, planteando propuestas innovadoras y una especialización en contenidos y en públicos con programas de menor duración. Una radio en la que además de posicionamientos ideológicos encontrados, un oyente selectivo pudiera encontrar algunas diferencias que le animaran a mover el dial. Se trataría de una apuesta arriesgada, pero ya sabemos que todo cambio la lleva implícita”.
2.- Unificación de contenidos y formatos
De nuevo recurren a Miguel Ángel Nieto para apoyar sus tesis: “nada justifica a la radio si no tiene nada que contar”. Y es cierto en la medida en que la radio, sobre todo la generalista, tiene como gran objetivo: contar cosas, contar la vida, contarnos lo que nos ocurre. Pero Rodero y Sánchez diagnostican aquí tal vez cansancio, rutina, cuando afirman que “tampoco se ha producido una renovación en la temática, lo cual provoca que los oyentes escuchen cada día los mismos contenidos, girando siempre sobre los mismos temas. Es cierto que la radio cuenta muchas cosas, pero el problema es que siempre cuenta las mismas”.
El análisis de ambas profesoras establece que la radio es un medio basado fundamentalmente en la actualidad, a su vez subdividida en tres grandes géneros: información, información/entretenimiento y deportes, emitidos a las mismas horas, conducidos por diferentes profesionales, pero con la misma temática, casi siempre cíclica. Estos contenidos, afirman, ocupan el 80% de la programación de la semana. En este sentido, y a la vista de los tres géneros apuntados, Rodero y Sánchez se preguntan: ¿dónde están los concursos, que tanto éxito dieron a la radio; los contenidos de ficción, que sustentaron la programación durante tantos años; los programas de humor no ligados a la actualidad, que en sus tiempos consolidaron a muchos humoristas?, ¿dónde se encuentran espacios para la cultura, la participación, la creatividad, contenidos especializados o más cercanos al oyente?. En definitiva, ¿dónde queda el ‘puro entretenimiento’?
La homogeneidad no sólo se da en la temática de los contenidos, también en la elección de los formatos. El magazine es el preferido, como gran contenedor, para estructurar a su alrededor la programación de una cadena de radio en España, sea pública o privada. Pero no sólo han detectado la copia entre cadenas del magazine, sino incluso los contenidos más sobresalientes de este género radiofónico: “entrevistas y tertulias sustentan la mayoría de la programación. Lo mismo ocurre en el terreno informativo, circunscrito a tres géneros: noticia, crónica e informe”.
Hemos mantenido hasta ahora el reinado de la radio informativa, mientras en los 40-50 y 60 el rey de la radio era el entretenimiento. ¿Por qué estos cambios tan radicales?, se preguntan las analistas. Y su respuesta final de capítulo abunda en esta circunstancia, en la necesaria convivencia de contenidos y en la creatividad a la hora de ofrecérselos a los oyentes: “La radio española necesita en un futuro a corto o medio plazo despegarse del calificativo de radio informativa. La información debe ser la columna vertebral de la radio porque sólo ella puede acercarse a los hechos con inmediatez y, sobre todo, con cercanía. Pero la radio española de los próximos años tiene que ser capaz de ofrecer productos innovadores e incluso transgresores, a sabiendas de que en un primer momento la audiencia consolidada puede no aceptarlos. Sólo si vuelve a ser capaz de sorprender, encontrará la fuerza para competir con el actual panorama mediático. Pensemos, de una vez, en lo que quiere el oyente”.
3. -Insuficiencia de contenidos cercanos, participativos y en directo
Otra de las grandes caras, de las más atractivas de la radio: la radio en vivo, en directo, desde el lugar donde se está produciendo la noticia, o, simplemente, del discurrir vital de nuestros congéneres en las situaciones más diversas, es un reclamo seguro –siempre- para el oyente. Y también se está perdiendo, a juicio de Rodero y Sánchez, que denuncian un exceso de la radio de estudio, desapegada al primer escenario que origina la noticia. ¿Cuántas emisoras interrumpen su programación para contarnos los acontecimientos en directo?, ¿dónde están los reportajes de calle más allá de las retransmisiones deportivas? Parece que este lugar nos lo ha arrebatado la televisión, medio que parece mostrar más preocupación por este asunto”. En este punto no puedo dejar de acordarme de mi buen amigo, y excelente profesional, maestro, Julio Lagos, que ejerce el oficio en Argentina, cuando puso en marcha, durante varias temporadas, el programa “Despierto y por la calle” que consistía en la emisión de un programa nocturno, de madrugada, desde la calle, en directo: una (rudimentaria) unidad móvil, un micrófono, y muchas ganas de contar la vida.
Portada de uno de los libros de Emma Rodero |
“Junto a ello –mantienen Rodero y Sánchez-, la radio española fomenta poco la participación de la audiencia, cuando la radio siempre ha necesitado de la colaboración de sus oyentes”. Y hasta ahora lo venía haciendo a través del teléfono, y hoy día utiliza las redes sociales, y el correo electrónico, como una extensión más del hilo telefónico, sin mayor investigación ni aportación. Otro error: “en la era de internet, donde el usuario se acostumbra a ser altamente participativo, la radio ha de recuperar el terreno perdido. Debe convertir de nuevo a la audiencia en oyentes activos y colaboradores con capacidad (…) para modificar parrillas de programación, incluso para participar en la propia producción, como ya se hace (…). La radio debe volver a convertirse para muchos ciudadanos en un medio de desahogo, de búsqueda de soluciones a los problemas cotidianos (…) y, por supuesto, un medio en que sea fácil aportar información desde la experiencia más próxima, porque no olvidemos que los oyentes también son testigos de los hechos (…). Las noticias también pueden llegar de los ciudadanos y no sólo de los políticos”.
Pero es más, Rodero y Sánchez destacan que esta situación resulta más sangrante en el caso de los contenidos más cercanos, en el plano local, un escenario por el que los oyentes, en numerosos estudios, han reflejado su incondicional interés. Pues hoy en día sólo ocupa, en las grandes cadenas, un porcentaje insignificante de su parrilla (“un uno por ciento”). Las profesoras concluyen capítulo refiriéndose al caso de Estados Unidos, donde están surgiendo microemisoras en barrios, dedicadas íntegramente a contenidos no sólo locales, sino, como decimos, ‘de barrio’. Por eso, concluyen, nuestra radio “debe comenzar por recuperar la radio de calle y potenciar la radio local, pero una radio local de calidad”.
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