Juan Carlos Ortega (Barcelona, 1968) o el humor en la radio
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Le admiro profunda y sinceramente. Como admiro todo aquel estilo de radio que persiga extraer del medio todas sus posibilidades y, por encima de todas, una, fundamental: jugar con la (desbordante) imaginación del oyente. En eso, Juan Carlos Ortega es un auténtico maestro. Pero al igual que Picasso nunca hubiera llegado al cubismo de no ser, entre otras influencias, por el arte africano o por la obra del francés Paul Cézanne, Ortega no hubiera llegado a su propio estilo, si antes no hubiera habido otras voces -grandes voces- que le precedieron en el camino, como mi también admirado Javier Sardá, con el que trabajó en RNE y luego en la SER, y antes otros nombres que forman parte de la historia de la radio como los payasos de Radio Madrid ‘Pototo (Eduardo Ruiz de Velasco) y Boliche’ (Manolo Bermúdez), o Pepe Iglesias ‘El Zorro’ –con estilos y públicos muy diferentes- que se emparentan, sin embargo, con Sardá y Ortega en el empleo de la voz para crear personajes, cercanos al oyente, que consiguen embaucarles de tal manera que llega un momento en que su percepción subjetiva les convierte en seres reales.
Juan Carlos Ortega o el hombre de las mil voces |
Genio en fondo y forma
Ortega, enriqueciendo a sus precedentes, ha creado su propio estilo, tanto en forma como en fondo. En el aspecto formal, juega con virtuosismo en el campo de la técnica radiofónica, desarrollando una preproducción de una gran riqueza, guionizada, basada en las diferentes voces –y personalidades- que es capaz de imitar. Con su propia voz, manipulada a placer, en numerosos registros y tonos, a cual más llano, logra crear unos universos sonoros únicos, que llevan su marchamo inimitable.
En el aspecto del contenido, Juan Carlos Ortega bucea con naturalidad en diferentes mundos, todos ellos cercanos, cotidianos, tamizados por el surrealismo y el absurdo. Son retazos de realidad desgajados de un universo imposible, lleno de atractivo para el oyente. Ortega, en antena, dialoga con sí mismo, con sus múltiples personalidades y personajes. El oyente, inconscientemente cómplice de esa situación ficticia creada con oficio, le otorga su credibilidad y sonríe con el contenido expuesto.
En la Wikipedia se reconoce que Juan Carlos Ortega ha creado estilo, es posible, muy posible, puesto que nadie antes seguía un proceso tan complejo como el suyo, que requiere mucho esfuerzo, aparte de imaginación y creatividad: concebir la idea, desarrollarla (guión) y ponerla en antena (con la pregrabación de las voces de los personajes + la intervención en directo con la que se ensamblan, y se da coherencia rítmica, todas las piezas).
El Ortega traslada su prodigiosa creatividad a la radio |
¿Un humor inclasificable?
El tipo de humor de Ortega resulta inclasificable, como afirma la Wikipedia, pero forma parte del capítulo del humor en la radio, de la creatividad al servicio de la sonrisa. En una ocasión, le preguntaron a Ortega cuál era su motor para hacer gags, a lo que el catalán respondió: “El montón de tópicos que los humanos tragamos cotidianamente sin rechistar”. Ésa es la mina en la que escarba Ortega y en la que encuentra sus personajes y situaciones, en la cotidianeidad de la rutina más cansina, tal vez. Pero que, al mismo tiempo, representa la seguridad de nuestro modo de vida.
En otra ocasión, le preguntaron por su universo humorístico. ¿Todo puede formar parte de él? “Se pueden hacer buenos gags con cualquier cosa, igual que se pueden pintar cuadros con cualquier paisaje. Como en casi todo, no importa tanto el qué sino el cómo. En mi caso, soy partidario de convertir en elementos cómicos los temas considerados serios, porque el contraste siempre es mayor. Pero vale todo, siempre que se haga con elegancia y cariño (un cariño hacia el trabajo en sí, se entiende, hacia el gag, pero no necesariamente hacia el asunto que se pretende parodiar)”. Pero lo que también me admira es que Ortega ha elegido la radio para desarrollar su humor. ¿Por qué? Pues porque, con toda probabilidad, no existe otro medio más apropiado y mimético, que permita adaptar con tanta eficacia una farsa como la que propone con sus historias imposibles. En televisión Ortega pierde, aunque sabe adaptar muy bien el mensaje. La radio, sin embargo, le va como anillo al dedo.
Su genialidad le ha hecho trabajar con Jordi González, Jesús Quintero (‘El Loco de la colina’), Javier Sardá, Julia Otero y, ahora, combinando RNE con la SER, con Pepa Fernández (‘No es un día cualquiera’) y Gemma Nierga (‘La Ventana’), respectivamente, que, además de magníficas profesionales y amigas, han sabido ver en él un valor seguro para atraer oyentes inteligentes. “¿Si mi tipo de humor es inteligente? No. El inteligente soy yo”. En varios de los ejemplos que ofrecemos, de ‘La Ventana’, Ortega ha descubierto a una señora que, por coquetería, sigue manteniendo que tiene 30 años, a pesar de que ya ha llegado a los 98 y en otro desarrolla una charla filosófica con un camarero en torno a la calidad de un bistec.
El Ortega combina RNE con la SER |
En mi memoria se agolpan sus voces, sus historias, sus imitaciones –como la del mismísimo Luis del Olmo, a quien admira, o a Iñaki Gabilondo, al que parodia-. Pero siempre imitaciones hechas desde el respeto y con cariño, como reconocía en una respuesta anterior. Cuando Ortega se acerca con su fino humor a algún personaje real, lo hace siempre con afecto y ternura. Nunca se ríe de sus propios personajes, pero sí se ríe, con ellos, de las situaciones que quiere poner en tela de juicio.
Y dejo para el final otro aspecto que también deseo subrayar, y es el estudio, aparentemente sencillo, de la personalidad de todos sus personajes y personajillos. Ortega es capaz de ambientar y encarnar una voz que sea históricamente reconocible, en un momento determinado, en una década, en unos determinados gustos, etc. de manera que el oyente en el gag recibe además información suplementaria, real, contrastada, que concede mayor solidez y por tanto mayor credibilidad a sus propuestas absurdas. Juan Carlos Ortega, en definitiva, no deja nada a la improvisación. Pertenece a esa escuela clásica que mantenía que “la mejor improvisación en la radio es la que está escrita”.
Disfruta con algunos de los audios más destacados de Juan Carlos Ortega, clicka aquí.
Menos mal que aún disfrutamos de escritores como usted Sr. Zumeta.
ResponderEliminarSu análisis de la figura que nos transmite Ortega, es grandemente descriptivo. Cuantas veces he querido compartir mi incondicional admiración y deleite al trabajo de Ortega, con mis amigos cercanos, me ha sido casi imposible, sin embargo Vd. Zumeta, ha satisfecho con generosidad la mejor descripción posible.
Las palabras que utiliza perfectamente ensartadas, conforman el puzzle que nos permite disfrutar de un solo vistazo la esencia del trabajo de Ortega.
Ese Ortega que hace creernos inteligentes por saber disfrutar y comprender lo que sus personajes nos transmiten con esa expresión tan cotidiana y popular que él como nadie sabe captar y regalarnos con su texto y su expresión fonética, tan llena de matices que es imposible no reconocer y poner cara a cada uno de ellos.
Podría seguir contándole mas cosas, pero ya creo que no he sabido medir con acierto la extensión de este mi comentario que no pretende mas que el agradecimiento a ambos.
Fidel.
Muy agradecido Fidel por sus elogios. Pero quien los merece es, sin duda, Juan Carlos Ortega. Yo sólo le he echado oficio para describir lo que hace. No deje de opinar sobre mis contenidos, todos aprendemos de todos. Una vez más, gracias!
EliminarMagnifico Retrato del Maestro Ortega.. Gracias Gorka por hacer este Blog que es buenísimo como tú
ResponderEliminarPor cierto en el Facebook hay un Muro dedicado a Juan Carlos Ortega que se llama
Funs de las Noches de Juan Carlos Ortega.
Allí subimos enlaces a sus Programas .. Libros .Secciones.. Entrevistas y Dibujos
Gran texto para un auténtico genio.
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