Iñaki Gabilondo, espejo de periodistas (y II)
https://www.gorkazumeta.com/2011/11/inaki-gabilondo-espejo-de-periodistas-y.html?m=0
Una historia real pero novelada
Tolerancia y afición por los gazapos
Con el tiempo, Iñaki Gabilondo asumió que el error es humano, y hasta sonreía con los más simpáticos, que los técnicos guardaban con inusitado interés en su baúl de los gazapos, del que tanto he disfrutado siempre. Preguntaba a un médico invitado al programa: “Y después de una huelga de hambre de 70 años, ¿se puede recuperar una persona?”. Y el facultativo, que no había oído la referencia temporal de Iñaki, le contestó: “¡Hombre, quedan secuelas, pero sí, se sale adelante”. Cuando le comentamos a Iñaki lo que había ocurrido, él lo negaba. No entraba dentro de sus coordenadas tamaña equivocación. Pero cuando recuperamos la grabación en un estudio, sonrió. Sincero. A menudo, Iñaki se equivocaba, en proporción al número de horas que hablaba. Más veces, cuantos más años iba sumando a su carné de identidad. Como todos.
Iñaki Gabilondo en el estudio A-1 de Radio Madrid, con Luis del Val al fondo (Fotografía CadenaSER) |
Salón de actos de la FNAC. Plaza de Callao. Madrid. Iñaki Gabilondo presenta el libro ‘Diálogos Fotográficos Imposibles’, editado por el Centro Andaluz de la Fotografía’, dirigido entonces por mi amigo Manuel Falces (tristemente fallecido). El libro lo ha escrito un tal Gorka Zumeta. En la mesa, sentado con ellos, creía estar soñando. “El nacimiento de estos DFI me ha permitido descubrir el secreto de un compañero, paisano. Yo sabía que Gorka poseía en su trabajo una mirada abierta y un gran sentido de la tolerancia. Y su secreto es que sabe mirar. En fotografía la clave es la mirada”. Mientras Iñaki pronunciaba estas palabras yo estaba levitando hacia el nirvana. Fue mi minuto de gloria. Perdón por la autocita, pero nunca le estaré lo suficientemente agradecido. Se lo pedí, con profunda timidez, y accedió de inmediato.
Un buen jefe, exigente pero accesible
El camino de Iñaki Gabilondo en la radio había ido a la contra de lo habitual: comenzó directamente como director de Radio San Sebastián -la decana de la capital guipuzcoana- y terminó como periodista. Es decir, comenzó con despacho y concluyó sin él. Durante muchos años sucesivos jefes intentaron instalar a Iñaki en un despacho, incluso llegaron a comprarse los muebles, pero finalmente, la opinión del donostiarra prevaleció. Nunca tuvo mesa, como director del 'Hoy por Hoy, en la SER, ni teléfono, ni silla. Podía vérsele sentado en cualquier rincón, hablando por teléfono.
Su equipo funcionaba como un engranaje perfecto. Paloma Quintanilla era una pieza fundamental. La productora. La que llegó a entender a Iñaki mejor que su mujer. La que logró reunir la mejor agenda de contactos de España, con toda probabilidad. Por el otro lado, coordinando al resto del equipo y engrasando las tuercas, Isaías Lafuente, gran periodista, y mejor persona. Iñaki planteaba preguntas constantemente a su equipo y exigía respuestas. Su sola presencia ya imponía. Había broncas, pero siempre disculpas posteriores. Y sobre todo, autoridad moral: Iñaki era siempre el primero en llegar a la radio y de los últimos en marcharse. Cuando llegaba Isaías, ya se había leído los periódicos y había decidido la entrada. Verle dirigirse al estudio era su liturgia diaria. Se sentaba recto frente al micrófono, dispuesto –convencido como estaba- a explicar la vida a los oyentes con honestidad, profesionalidad, humildad y, contrariamente a lo que pueda pensarse, con muchas preguntas abiertas, relativizando lo que ocurría.
De la radio a la tele
Iñaki Gabilondo es el mayor de una familia, muy unida, de nueve hermanos. Todos le quieren. Y le admiran. Desde el Ministro de Educación, Ángel, hasta sus hermanos, y colegas, Pedro y Ramón. Iñaki, es donostiarra, guipuzcoano. Y una de las características más sobresalientes de los nacidos en esta ciudad tan bella es la discreción y la humildad. Proclamo. Iñaki tiene de ambas. Muchas dosis. La radio le permite ser más él. Más auténtico. Más verdad.
Lo de la televisión era otro cantar, más espectáculo. Por eso, cuando Daniel Gavela, entonces Director General de la SER, le propuso dejar el ‘Hoy por Hoy’, para encabezar el proyecto televisivo de Prisa, el canal Cuatro, su vida cambió. Cerró una etapa y abrió otra. Pero no olvida la radio, su segunda madre. Le acompañaron en el viaje dos amigos: la mencionada Paloma Quintanilla, su productora y mano derecha (e izquierda) y Miguel, su guardaespaldas (Iñaki vivía amenazado) y chófer. Ambos ya desvinculados de Iñaki. A la SER llegó un desconocido (menos en Catalunya) Carles Francino que vino, “no para sustituir a Iñaki, sino para ocupar su silla”. El catalán, muy buena gente, se enfrentaba a un inevitable ‘papelón’ comparativo, hoy ya felizmente superado. Mientras, Iñaki, ya en la tele, sufrió y nos hizo sufrir a quienes le seguimos y le veíamos con la mirada perdida, despistada de las cámaras, ajeno al lenguaje televisivo que se negaba a asumir en detrimento de su escuela radiofónica. Sólo en su última etapa –una vez abandonado el canal ‘Cuatro’ que había comprado Berlusconi (salió antes de que le echaran...)- recuperó la comodidad, pero su bienestar profesional fue breve y abruptamente sesgado por la traumática decisión de cerrar CNN+.
El piano de la SER
Iñaki se acerca al estudio. Son las cinco y media de la mañana de un día de junio en la sede central de la Cadena SER. Antes de entrar sale a la terraza a respirar. La ciudad se despereza. Con los pulmones renovados, entra en el locutorio y se acerca al piano. Le relaja tocar un poco y arrancar los primeros sonidos del día. En las manos sólo lleva los periódicos y la escaleta, con los que hará seis horas y media de radio en directo. Sin más red. A su alrededor, el resto de compañeros de la SER, los que se cruzan con él, y los que no, le admiran. Otros le veneramos. “Oh, Capitán, mi Capitán”.
La fotografía de Luis del Val’ (*)
Luis del Val compartió muchos años de 'Hoy por Hoy' con Iñaki Gabilondo (Fotografía Pedro Menéndez) |
(*) Carta escrita por Luis del Val dedicada a Iñaki Gabilondo, destinada a un programa Especial dedicado al director de ‘Hoy por hoy’, grabado en 1999, que nunca llegó a emitirse.