Debate electoral Rubalcaba – Rajoy 2011
https://www.gorkazumeta.com/2011/11/debate-electoral-rubalcaba-rajoy-2011.html?m=0
Percepciones diferentes
Resulta tan recurrente como inevitable analizar el debate que anoche protagonizaron los dos candidatos a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE) y Mariano Rajoy (PP) en el único debate televisivo, cara a cara, organizado en esta campaña.
No voy a analizarlo desde el punto de vista político, porque no es éste el objetivo de este blog, sino desde el punto de vista de capacidad de comunicación de ambos candidatos, curiosamente surgidos a la sombra de otros dos políticos con capacidades similares, en cierto modo comparables con ellos, como son Felipe González y José María Aznar, respectivamente.
Finalmente, doce millones de personas, en España, siguieron el debate por televisión, que concentró un menor interés que el primer cara a cara entre Zapatero y Rajoy de la campaña de 2008. A esta cifra hay que sumar los oyentes de radio, y los televidentes de fuera del país que pudieron seguirlo a través de los canales internacionales. Recojo las cifras porque pretendo subrayar que cada una de esas personas que lo vieron sacó sus propias conclusiones, fruto de su percepción. Al margen de que el deporte mediático tras estos debates consista en puntuar a los candidatos, evaluar su papel y dar la victoria a uno en perjuicio del otro, lo cierto es que la percepción es individual, y en ella influyen numerosos factores de comunicación, que vamos a intentar desentrañar.
Momento del debate electoral organizado por la Academia de la Televisión (Fotografías capturas del video) |
Las lecciones del primer debate electoral de la historia
EE.UU. nos lleva más de 50 años de ventaja en los debates electorales en televisión (Foto: Rtve) |
En las elecciones presidenciales del año 1960, en los EE.UU. se enfrentaron un joven John Fitgerald Kennedy, por el partido demócrata, y Richard Nixon, por el republicano. Fue el primer debate televisivo de la historia. La audiencia se cifró en casi 80 millones de estadounidenses, el 60% de la población adulta. Nixon llegó al estudio enfundado en un traje gris y con el rostro pálido debido a una reciente enfermedad. Pese a su aspecto, se negó a ser maquillado. Por el contrario, Kennedy asumió las reglas del juego televisivo y su imagen fue mucho más agradable que la de su contrincante. Mientras respondían a las preguntas de los periodistas, Kennedy miraba a cámara, mientras que Nixon dirigía su mirada a quien le formulaba la pregunta. Los que siguieron el debate por televisión dieron como vencedor a Kennedy. Los que lo hicieron a través de la radio eligieron a Nixon. ¿Cuál era la razón –o razones- que llevaron a esta diferente valoración, establecida en función del medio de difusión? Está claro, el lenguaje no verbal. Las elecciones del 8 de noviembre de 1960 en EE.UU. dieron como vencedor a Kennedy.
La victoria, en 1960, llegó gracias a la comunicación no verbal
Ya he hablado en este Blog de la importancia del lenguaje no verbal en un proceso de comunicación. Resulta determinante, como hemos comprobado además en el ejemplo del primer debate electoral de la historia. De ahí el miedo exagerado de ambos partidos y su afán por controlar TODOS los detalles que lo rodean, desde la iluminación, hasta los tiempos de intervención, pasando por la indumentaria de los candidatos o la temperatura del plató, para evitar el sudor sobre el maquillaje.
A pesar de todos los controles, la iluminación afeó a Rubalcaba (su calva recibía muchos brillos), pero sin embargo, ganaba en las distancias cortas y en los planos medios. Su oponente, Mariano Rajoy, con menor control de la comunicación no verbal, mostraba su sorpresa, y lo peor, su aparente desorientación, ante algunas de las intervenciones del candidato socialista a través de su mirada, que, dicho sea de paso, no le ayuda mucho a generar credibilidad y solidez; sino más bien despiste. A esta deficiencia, además, había que añadir que en ocasiones miraba a cámara, en lugar de mirar a su oponente, mostrando así más su interés por convencer al espectador que a su oponente.
Rubalcaba se maneja bien con las manos, subraya con ellas, ilustra, sitúa, ofrece confianza. Rajoy también lo hace bien, pero utiliza menos recursos. Mientras que Rubalcaba utiliza más las palmas hacia abajo (humildad, sinceridad,…) Rajoy utiliza también las palmas hacia arriba (autoridad…), como si ya hubiera llegado a La Moncloa. La comunicación del rostro es más incontrolable en el caso del candidato popular que en el socialista. A Rajoy le traiciona su mirada y sus ojos resultan muy expresivos y ‘hablan’ por sí solos. Rubalcaba se contiene más y su sonrisa es más franca y abierta, mientras que la de Rajoy es menos creíble y parece más forzada.
Las imágenes que hablan por sí solas
A continuación, he seleccionado unas cuantas fotografías para aseverar lo afirmado en líneas precedentes:
La iluminación destacó en exceso la prominente calva del candidato socialista. Un fallo evidente.
Rubalcaba se maneja bien con las manos. Su dedo acusa a su oponente de no preocuparse de la financiación sanitaria. El gesto refuerza más la rotundidad de la acusación, pero el rostro atenúa la intensidad.
El dedo acusador de Rubalcaba |
Rubalcaba se maneja bien con las manos. Su dedo acusa a su oponente de no preocuparse de la financiación sanitaria. El gesto refuerza más la rotundidad de la acusación, pero el rostro atenúa la intensidad.
Los ojos muy expresivos de Rajoy |
Los ojos de Rajoy encierran una gran expresividad y en ocasiones anulan sus mensajes verbales. El candidato popular controla muy bien el discurso, pero su rostro pone de relieve sus contradicciones.
Rubalcaba utilizaba las intervenciones de Rajoy para consultar sus notas, pero no realizaba intervenciones con ellas en la mano. Su rostro no se alteraba por las afirmaciones de Rajoy, por más que provocaran su sorpresa. Buen control.
Rajoy en cambio realizó varias intervenciones con papeles en las manos, donde se llevaba bien aprendido el debate, sobre todo los tramos más previsibles que había preparado muy bien con su equipo. Pero estas intervenciones le restaban solidez porque se veía obligado a recurrir a un apoyo externo.
La utilización de la mano cerrada con el dedo índice señalando puede resultar insultante para el contrario. En esta ocasión no estuvo afortunado Rubalcaba. El subrayado resultó equivocado e irritante.
Un gesto muy característico de Rajoy: las cejas izadas, a la espera de una reacción / respuesta del contrario y la sonrisa ligeramente arqueada hacia arriba, irónica, ¿su gesto más gallego?
"No me ha entendido, y no digo más". La escena de la pataleta entre los dos candidatos: que si usted ha dicho (RB), que si no me ha entendido (RJ). Los ojos y la boca se cierran y el rostro se vuelve reflexivo, y hasta condescendiente con la supuesta incapacidad comprensiva del contrario.
No trato en este post de evaluar a los candidatos desde el punto de vista de su dominio del ‘vocabulario’ para verbal y no verbal. Al margen de simpatías ideológicas y militancias pasionales, cada uno es muy diferente del otro, y cada uno comunica a su manera, pero nos gusta saber cómo es en realidad la persona que va a dirigir los designios del país. Con sus virtudes y sus defectos. Por cierto, al final, durante los créditos, hubiera quedado mucho mejor que los candidatos se levantaran y se saludaran con un buen apretón de manos. Hubiera trasladado una imagen de cordialidad y capacidad de entendimiento entre ellos. En definitiva, gracias a la comunicación no verbal podemos llegar a conocerlos entre la espesura del control político que les rodea. Al fin y al cabo, delante de las cámaras están solos.
La sonrisa de Rubalcaba es franca y abierta y contribuyó a relajar el ambiente en alguna ocasión del debate. Los ojos se cierran y las cejas se arquean coordinadamente con la sonrisa. Muestra sinceridad.
La utilización de las manos es fundamental |
Buen manejo de las manos en el caso de Rajoy, palmas hacia arriba y hacia sí mismo (autoridad), cuando se refería a lo que iba a hacer su Gobierno, si contaban con la confianza de los españoles. De nuevo los ojos servían para subrayar su discurso. Credibilidad. Confianza.
Consultar notas, sí; pero no durante una intervención |
En ester caso interviene apoyándose en la documentación |
De nuevo el dedo... |
Ojos expectantes... |
Un gesto que delata contrariedad |
"No me ha entendido, y no digo más". La escena de la pataleta entre los dos candidatos: que si usted ha dicho (RB), que si no me ha entendido (RJ). Los ojos y la boca se cierran y el rostro se vuelve reflexivo, y hasta condescendiente con la supuesta incapacidad comprensiva del contrario.
No trato en este post de evaluar a los candidatos desde el punto de vista de su dominio del ‘vocabulario’ para verbal y no verbal. Al margen de simpatías ideológicas y militancias pasionales, cada uno es muy diferente del otro, y cada uno comunica a su manera, pero nos gusta saber cómo es en realidad la persona que va a dirigir los designios del país. Con sus virtudes y sus defectos. Por cierto, al final, durante los créditos, hubiera quedado mucho mejor que los candidatos se levantaran y se saludaran con un buen apretón de manos. Hubiera trasladado una imagen de cordialidad y capacidad de entendimiento entre ellos. En definitiva, gracias a la comunicación no verbal podemos llegar a conocerlos entre la espesura del control político que les rodea. Al fin y al cabo, delante de las cámaras están solos.
-Recomiendo un magnífico trabajo realizado por el equipo del diario EL PAÍS, en el que resumen los mejores momentos del debate. Aquí.
Muy buen análisis. Enhorabuena Gorka.
ResponderEliminarUn abrazo
Maribel