Julio Lagos: “La radio tiene que sorprender continuamente” (I)
https://www.gorkazumeta.com/2011/10/julio-lagos-la-radio-tiene-que.html?m=0
‘Corazón de Radio. Manual para nuevos profesionales”
Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2010
El locutor argentino Julio Lagos ha resumido en este libro su decálogo del buen profesional de radio. Sus páginas, a todas luces insuficientes (porque el lector se queda con ganas de más), recogen opiniones, experiencias, anécdotas y, aunque no le guste ofrecerlos, por modestia, consejos. Le avalan 50 años de oficio de radiofonista y un amor incuestionable por este medio al que ha dedicado toda su vida.
Portada del libro |
El decálogo de la radio de Lagos
El armazón de este ‘Manual’ se edifica en torno a diez capítulos. Por seguir el índice: 1) “Está naciendo una nueva radio planetaria”. 2) “El oyente es lo más importante de la radio”. 3) “Sacá la radio a la calle”. 4) “Un solo gerente debe manejar programación, noticias y comercial”. 5) “¡Sin miedo! Hacete amigo de las nuevas tecnologías”. 6) “No hay horario malo: la radio atiende las 24 horas”. 7) “Entretené, acompañá, sé agradable”. 8) “Cuantos más avisos comerciales hay en los cortes, soy más independiente”. 9) “Dale, sorpréndeme… La radio no puede aburrir” y 10) “El locutor debe entender de qué se está hablando”.
La enumeración de los diferentes capítulos ofrece ya una idea más que aproximada del contenido. Julio Lagos certifica que “hoy nos escuchan en todo el mundo, y el streaming es tan importante como la salida al aire convencional de broadcasting”. Habla de un mercado potencial de 450 millones de hispanohablantes, y se queja de que los actuales responsables de las cadenas de radio no le dan la misma importancia a las dos señales. El reto es elegir los contenidos adecuados para ese nuevo mercado global, unido por la lengua.
El respeto siempre al oyente
Para Lagos la parte fundamental del oficio de radiofonista está ‘al otro lado’, personificado por ‘el oyente’. Siempre escuché la misma reflexión de otro grande de la radio, en este caso española, Iñaki Gabilondo, para el que el oyente era absolutamente sagrado, no sólo en su concepto de receptor de los contenidos (veraces y profesionales) de la radio, sino también desde el punto de vista del respeto en sí que merece su tratamiento. Julio Lagos le añade un aspecto que va más allá, “nuestra relación con el oyente no se circunscribe al rato en el que estamos en el aire (…). La radio empieza antes de salir al aire, y sigue cuando se apaga el receptor”. El locutor argentino subraya así el vínculo emocional que se establece entre locutor-oyente que culmina con la complicidad, el seguimiento y, por supuesto, la fidelización.
Lagos se confiesa un enamorado de la radio viva, que busca realidades cercanas debajo de las piedras, y lamenta que nadie “sale a buscar historias en la esquina, o dando la vuelta a la manzana”. Lagos reivindica la necesidad de recuperar una ‘mirada humilde y entusiasta’ que nos conserve la capacidad de asombro ante las historias pequeñas, protagonizadas por gente grande. “Mi idea es que la radio salga a la calle para ver, y también para que la vean”.
El jueves 13/10 publicaré la segunda parte del post.
Quienes estén interesados en hacerse con el libro, pueden pinchar aquí.