Julio Lagos: 50 años de la mejor radio argentina
https://www.gorkazumeta.com/2011/09/julio-lagos-50-anos-de-la-mejor-radio.html?m=0
Tengo la enorme suerte –y el honor- de contar con la amistad de uno de los más acreditados nombres de la radio argentina, Julio Lagos. Con él, mi teoría de que sólo los hombres más grandes son capaces de elevar la sencillez a categoría suprema, se confirma. Es todo bondad, y todo conocimiento. Y sin embargo, las circunstancias profesionales no le acompañan, ni por supuesto le hacen justicia. Ha escrito algunas de las mejores páginas de la radio argentina en los últimos 50 años de profesión. Precisamente celebra este año de 2011 sus bodas de oro con este apasionante oficio de contar historias y excitar la imaginación de los oyentes. Le conocí gracias a otro grande, Claudio Martínez, argentino como él, pero afincado en España. Era el director de Marketing de la Cadena SER. Falleció hace unos pocos meses. Y nunca terminé de agradecerle que un buen día me sentara a su mesa con él, para presentarnos. Desde el minuto uno, congeniamos, porque ambos teníamos ‘corazón de radio’.
Desde entonces, ya desde la distancia, sintiéndome siempre cercano a él, he ido absorbiendo sus enseñanzas y filosofía vital, aprehendiendo que la adversidad hace crecerse a los más grandes. Julio Lagos es el profesional de la radio, que yo conozca, que mejor se ha reciclado con los nuevos tiempos. En mayo de 1997, hace catorce años, fue pionero en incorporar a la radio ese nuevo elemento que emergía como un entrometido, para quedarse: internet. Comenzó a emitir su programa “En vivo y en directo” en tiempo real a través de la red de redes. Y no se quedó ahí, en 1999 instaló una webcam para incorporar ‘imágenes’ a la radio. La diáspora argentina también ha sido objeto de su interés, y siempre ha sido correspondido. En Barcelona, logró reunir a un buen número de compatriotas alrededor de un micrófono, que condujo kilos de emoción, vía internet, hasta el aire argentino. Lejos de dormirse en los laureles de su prestigio, Julio Lagos ha dado siempre el cien por cien de su capacidad profesional, innovando nuevos formatos y haciendo de cada minuto de radio, una obra de arte que admirar, como cuando en ‘Despierto y por la calle’, Julio, provisto de un micrófono inalámbrico, paseaba por las noches de su país, atento al respirar de sus habitantes, para trasladarlo a sus oyentes.
Julio Lagos está de celebración, 50 años de profesión le avalan. Internet ha hecho que la radio local, o nacional, se convierta en radio global y por tanto pueda escucharse quién sabe dónde. Mientras estuve trabajando este pasado verano en Punto Radio, la emisora del Grupo Vocento, no sólo se adaptó y sorteó la diferencia horaria de la emisión para escucharme, sino que tuvo el detalle de darme algunas claves para mejorar los contenidos. Julio siempre está atento. Y vive la radio como nadie. Como nadie que yo haya conocido, si exceptuamos tal vez a Iñaki Gabilondo, con quien compartí micrófono durante una de mis etapas en la Cadena SER.
Ahora acaba de publicar en la Argentina un libro titulado ‘Corazón de Radio, Manual para nuevos profesionales’, en el que traslada al lector diez ideas centrales, y fundamentales, sobre la radio que hoy día se hace. En su introducción, dice:
“Este es un libro sencillo y accesible (…). Contiene diez ideas centrales sobre la radio de hoy y aspiro a compartirlas con los futuros colegas. También con los compañeros y docentes que tienen –como yo- un corazón de radio. Y con todas aquellas personas para quienes la radio es la compañía insustituible en la casa y en el viaje, en el trabajo y en el ocio, en la soledad y en la distancia. No son consejos, porque sería muy soberbio de mi parte ponerme en maestro ciruela. Y porque como me dijo una vez Astor Piazzolla, “los vivos no los precisan y los tontos no los entienden”. Se trata de mi verdad y la defiendo con pasión. ¡Pero, por favor, traten de reemplazarla por algo mejor!”.
Recibiendo el premio Santa Clara de Asís. (2007) |
Los diez consejos del libro son como diez puyazos a un toro: contundentes, sólidos, fuertes. Incuestionables. Y sin embargo, a diario, estos principios que Julio Lagos defiende, aupado por su propia experiencia en el sector, se contravienen con una temeridad pasmosa, atrevida y vergonzosa, temeridad que en general proviene de la ignorancia.
En otro momento, prometo ocuparme del libro como sin duda merece Julio Lagos, para el que el oyente es absolutamente sagrado, significa el final de un proceso de comunicación que sólo puede tener un objetivo: engrandecerle y mejorarle como ser humano. Y la radio puede hacerlo. Gracias Julio por hacerme querer tanto mi oficio, el tuyo.
Gracias, gracias, gracias... Querido Gorka, es imposible resumir en palabras mi agradecimiento por este enorme regalo.
ResponderEliminarAbrazo fraternal,
Julio Lagos