EGM, 1ª ola 2019: Cope se acerca peligrosamente al líder
https://www.gorkazumeta.com/2019/04/egm-1-ola-2019-cope-se-acerca.html
Cuando aumenta el consumo de radio hablada en más de 700.000 personas, y ganan todas las generalistas, la SER es la única que pierde apoyos
El escenario preelectoral provoca un aumento del consumo de radio y beneficia a las opciones más claramente posicionadas
En un escenario favorable a la radio hablada, con un aumento de su consumo que supera los 730.000 nuevos oyentes, cuando todas las grandes cadenas aumentan sus marcas, desde RNE, hasta EsRadio, pasando por Onda Cero, donde Carlos Alsina y su “Más de uno” se consolida, poco a poco, y por supuesto Cope, la cadena generalista de Prisa Radio pierde seguidores y retrocede a marcas de hace dos décadas, con un “Hoy por Hoy” casi vencido, amenazado, por un “Herrera en Cope” que ha recortado distancias de manera espectacular, en una sola oleada, y se queda a 148.000 oyentes del liderazgo. La Cadena SER no está teniendo un buen día, con excepciones, que confirman la regla, con algunos programas que logran esquivar las pérdidas, como “La Ventana”, de Carles Francino, o el “A Vivir que son dos días”, de Javier del Pino, que superan sus propias marcas, a pesar del vendaval.
La radio, de la que siempre se ha dicho -con razón- que es el espejo de la sociedad a la que sirve, vuelve a dar, creo, en la diana del retrato de la polarización que estamos viviendo, y que los políticos están alimentando, con sus encendidos, y también irresponsables, discursos, de uno y otro lado, del arco parlamentario, e incluso extraparlamentario. Las encuestas electorales no se aclaran, y en parte ocurre también con el EGM.
No es normal. Una subida tan espectacular de la Cadena Cope, que ha sumado en esta primera ola del Estudio General de Medios nada menos que 587.000 oyentes, no es normal. O sí. Porque hay que recordar que Carlos Herrera, en su primer EGM en Cope, ya se llevó consigo casi un millón de oyentes de Onda Cero (3ª ola 2015). Habrá corrección en la siguiente ola, la que llegará el 26 de junio. Siempre la hay. Pero de momento, los datos de esta encuesta trimestral son los que son, y el panorama que marcan está claro: la subida de las opciones radiofónicas ideológicamente cercanas al centro-derecha -con especial, muy especial, incidencia en la cadena de los obispos- y el descenso de la Cadena SER, que hace un viaje en el tiempo a 1999, cuando en la segunda ola sumó solo 3.977.000 oyentes. En ésta ha sumado 3.987.000, por debajo del umbral psicológico de los 4.000.000 de oyentes (-152.000 en ola, y -248.000 en el acumulado anual)
Carlos Herrera, esta mañana, en los estudios de Cope, señalando sus resultados de audiencia en el EGM (Fotografía Cope) |
Una parte de los comentarios de esta mañana en redes sociales, se ceñían a adjetivar la actitud de la Cadena SER como de “meliflua” o “blandurria” en el debate político
Pero, empecemos por el principio, ciertamente llamativo, aunque, como todo, relativo. La Asociación Española para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) anuncia en esta oleada que ha actualizado el universo total de la población, lo que ha supuesto un aumento del 1,1 por ciento, y ha situado la cifra ligeramente por encima de los cuarenta millones de españoles -mayores de catorce años- susceptibles de ser consultados en la encuesta (40.423.309).
En este nuevo escenario, y con esta nueva coordenada, el EGM cifra en 24.126.000 el número total de oyentes que escuchan la radio en España, de lunes a viernes, lo que supone una penetración el 59,6 por ciento, lo que hace aumentar la presencia de la radio en el marco del consumo de medios. Una magnífica noticia, aunque no suficiente para echar las campanas al vuelo. En este capítulo de cifras globales, y atendiendo al contenido elegido, la radio musical ha perdido 563.000 oyentes (12.934.000), pero la radio hablada ha ganado 732.000 (12.122.000). Las cifras nos hablan de trasvase de unos oyentes de la radiofórmula a la radio generalista, en demanda de contenidos, con toda probabilidad informativos; pero, a pesar de ello, sí hay que apuntar un crecimiento neto de más de 150.000 nuevos oyentes, que -es lógico pensarlo- la abandonaron en su día, y han vuelto a confiar en la radio como medio de referencia para informarse o entretenerse. Es, sin duda, una buena noticia. Habrá que estudiar sus perfiles, y grupos de edad, sobre todo; por si modifican las medias, muy avejentadas, como ya conocemos, de la audiencia de la radio hablada en España. No lo creo.
Lo que ocurrió en la anterior ola del EGM fue un repunte que salvó los muebles de la SER, pero la nueva cifra apunta al desastre, de continuar: el sorpaso de Carlos Herrera, algo que no puede permitirse el buque insignia de la radio española
Bajando al terreno de la pelea, las redes sociales han aportado de inmediato su análisis de la situación. Una parte de los comentarios se ceñían a adjetivar la actitud de la Cadena SER como de “meliflua” o “blandurria” en el debate político. Según esto, el acento combativo, crítico, guerrero, retador en ocasiones, de “Herrera en Cope” es lo que le ha granjeado el apoyo de su aumentada audiencia. Ciertamente, ya lo apuntaba en mi post titulado “Mi pálpito ante el próximo EGM”: hablaba de la radicalización en el discurso anti-PSOE. No es nueva esta estrategia. Paradójicamente, a la Cadena SER le ha ido mucho mejor jugar a la contra con el PP en el Gobierno, y a la Cope con el Partido Socialista. Si se me permite la reflexión: esto es lo fácil. Incluso, lo predecible. Pero el auténtico reto de un profesional -o medio- independiente, sigo creyéndolo, es criticar por igual a quien gobierne, con independencia de la afinidad ideológica. Y hacer, en definitiva, un buen periodismo, sin militancias, gratuitas o estratégicas. A mí, ciertamente, me preocupa que la radio se radicalice en posturas enfrentadas, y polarice aún más la pelea política en nuestro país, más de lo que ya de por sí recoge el termómetro social, situado en valores muy altos de temperatura.
Por eso me felicito también por la subida de Onda Cero, y en concreto de Carlos Alsina, porque representa un periodismo que no se casa con nadie, aunque también tenga, como cualquiera, sus preferencias. Pero lucha por no mostrarlas, y critica, por igual, a unos y a otros. Es cierto que la Cadena SER no ha querido entrar en esta polarización que, al parecer, ha volcado la balanza del lado del centro-derecha. Observemos este cuadro:
CADENA
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SER
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COPE
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ONDA CERO
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RNE
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EsRADIO
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AUDIENCIA
|
3.987.000
|
3.303.000
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2.005.000
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1.389.000
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533.000
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TOTAL CENTRO-DERECHA
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5.841.000
| ||||
TOTAL CENTRO-IZDA
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5.376.000
|
Si partimos de que RNE, ahora, está bajo el control del PSOE, a la espera de que cambie su estatus por una Corporación verdaderamente independiente del poder político de turno, aunque debo destacar, en justicia, el esfuerzo que están haciendo algunos de sus profesionales para no caer en el inevitable tufillo partidista que ha desprendido siempre en los últimos años la radio pública (con el paréntesis de Luis Fernández y Alberto Oliart), estas son las cifras resultantes del reparto de audiencias por orientación ideológica de las cadenas de radio. Se trata de cifras muy parejas, aunque con una ligera ventaja, cercana al medio millón de oyentes, de las opciones del centro-derecha.
La SER no pasa por sus mejores momentos, en dato de acumulado anual continúa en números rojos |
Me preocupa que la radio se radicalice en posturas enfrentadas, y polarice aún más la pelea política, más de lo que ya de por sí recoge el termómetro social, situado en valores muy altos de temperatura
Daniel Gavela, el director general de Prisa Radio, adelantó, al tomar posesión de su cargo, a principios de 2018, las coordenadas en las que iba a moverse la antena de la SER: “Menos gravedad y más sentido del humor. Menos puntos de vista personales y más variedad de voces. Menos 'procés' y más Cataluña y menos declaraciones de políticos y más atención a la España que crea”. Éste era el objetivo, y en parte se ha cumplido, aunque en ocasiones el carácter batallador del periodismo que practica Pepa Bueno se deja sentir demasiado, encrespa y aviva la polarización de la que precisamente pretendía huir Gavela. Sin embargo, si recuperamos el argumento de que esto es lo que funciona -o le ha funcionado a Cope- no entiendo muy bien lo ocurrido. Ciertamente, tratar de explicarse todo lo que refleja un EGM es arduo y difícil, pese a lo voluntarioso que uno sea. O lo intente.
Lo cierto es… qué lejos quedan los tres millones largos de Iñaki Gabilondo, Carles Francino, y la propia Pepa Bueno, que ha obtenido en esta ola su peor marca (2.640.000), por debajo incluso del resultado de la segunda oleada de 2018 (2.657.000). Insisto en lo que he comentado en más de una ocasión, el tramo que recolecta y reúne audiencia es el primero, con especial incidencia entre las 7 y las 9 de la mañana (el prime time de la radio hablada en España). El segundo tramo se limita a recibirla, y tratar de mantenerla, pero no logra muchas más incorporaciones. En esta ola, sin embargo, el comportamiento ha sido más desigual: en los tramos de 6:00 a 8:00 se ha ganado algo, pero en el resto los números son rojos, especialmente en el tramo del magacine (de 11:00 a 12:00 ha perdido 126.000 oyentes). La SER tiene que tomar decisiones de cara a la Temporada 2019-2020. Lo que ocurrió en la anterior encuesta del EGM, se ha demostrado con esta ola, fue un repunte que salvó los muebles, pero la nueva cifra apunta al desastre, de continuar: el sorpaso de Carlos Herrera, algo que no puede permitirse el buque insignia de la radio española. Si miramos el gráfico de tendencias, las líneas tienden a encontrarse, una ascendente, y otra descendente.
Algunos detalles más del EGM
Josep Cuní (Fotografía SER Catalunya) |
Este EGM aporta los primeros datos de “El Faro”, de Mara Torres, la gran apuesta para las noches de la Cadena SER de Daniel Gavela, que se estrena con 255.000 oyentes, igualando prácticamente los valores de su antecesor “Hablar por Hablar” (-5.000 oyentes) y del programa de Josep Cuní para la SER en Catalunya, que ha atraído a 23.000 oyentes diarios, de un total de 332.000 oyentes (o sea, que la emisión nacional sigue teniendo más seguidores). En emisoras autonómicas, el crecimiento más espectacular ha correspondido a Onda Madrid, que ha crecido nada menos que un 350 por ciento, pero tampoco piensen en grandes cifras: como partían de 6.000 oyentes, y se han situado en 27.000, el porcentaje parece señalar más de lo esperado. Canal Sur Radio ha crecido casi un 67 por ciento en ola, 144.000 oyentes más, hasta situarse en 361.000, lo que le permite recuperar una buena posición. En el mundo del deporte, también hay movimientos destacables: pérdidas cuantiosas de “El Larguero”, en la SER (-78.000, 771.000) y subidas espectaculares de Cope, con “El Partidazo” (+119.000, 661.000). “El Transistor”, de José Ramón de la Morena, en Onda Cero, pierde posiciones (-100.000, 313.000). Evidentemente, aquí hay que hablar de migración de oyentes, que se mueven por preferencias. Y en el deporte del fin de semana, “Tiempo de Juego” (Cope) ha superado a “Carrusel Deportivo” (SER) los sábados y casi empata los domingos.
Al tiempo, del otro lado, del de la triunfadora, y como comentaba el propio Herrera esta mañana en su programa, “ya saben ustedes cuál ha sido mi postura ante los estudios de audiencia, marcan tendencias, efectivamente, cuando tú llevas una serie de oleadas en picado, tienes un problema, y tienes que tomar alguna decisión, y cuando es al revés, puedes estar satisfecho, sin llegar a volverte loco, con lo cual, para una vez que nos pasa algo tan rotundo -bueno, no es la primera vez que nos pasa, nos ha pasado en alguna ocasión, y en esta casa- vamos a aprovecharlo, vamos a disfrutar del día de hoy”. Pues eso, como bien reconoce el propio Carlos Herrera, “sin llegar a volverte loco”. El EGM nunca deja de corregirse, aunque sí, marca tendencias.
Los responsables del equipo de deportes de Cope, con Paco González a la cabeza, en acción. Sus resultados le han permitido plantarle cara al líder |
Insistía, y adelantaba también, en mi post “Mi pálpito ante el EGM”, la impresión que tenía en torno a Carlos Alsina y su trabajo reciente, al frente del unificado “Más de Uno”. Confío más en el crecimiento modesto, y constante, trabajado, que en los estruendos, algo inexplicables, del EGM que, a veces caprichoso, y fruto de determinadas coyunturas, concede más representatividad a una marca de la que le corresponde realmente. Todo hay que relativizarlo en la vida, y el EGM más. Alsina apuesta, precisamente, por un periodismo tranquilo, lo que no es incompatible, con un periodismo agudo, inteligente, oportuno, pero no encrespado, maleducado, o insultón. "A mí me gusta interrumpir poco al que entrevisto", confesaba hace poco. Pero la vehemencia forma parte también, así lo pienso, de la idiosincrasia española, que necesita de etiquetas para todo, y mucho más cuando a política se refiere. Si buscamos la radicalización como estrategia, está claro que vende, y da sus buenos resultados; pero no obviemos que no corresponde a los medios, como mantenía Gavela, tensar más las cuerdas de una, de por sí, muy tensa sokatira, porque pueden contribuir a que la cuerda se rompa.
Paradójicamente, a la Cadena SER le ha ido mucho mejor jugar a la contra con el PP en el Gobierno, y a la Cope con el Partido Socialista. Se ha vuelto a repetir.
Este ha sido un EGM que se ha realizado en paralelo con las encuestas electorales, y que ha reflejado -y se ha beneficiado- del lógico aumento del interés informativo en torno a las inminentes consultas previstas en el calendario (nacionales, europeas, locales-regionales, ¿catalanas?) y, en cierto modo, se ha contaminado de ese mismo escenario. La composición sociológica española es posible que se mantenga en torno al centro, centro izquierda; pero las torpezas y negligencias de los partidos tradicionales, y las influencias populistas europeas, surgidas al socaire de la crisis económica del propio sistema capitalista, han conducido a la llegada de opciones situadas en los extremos, la derecha y la izquierda, y por tanto a una mayor polarización y radicalización de los discursos, apoyados en estrategias de enfrentamiento y eliminación dialéctica del contrario. Y la radio está entrando en ese terreno pantanoso.
Si establecemos el paralelismo entre lo que ocurre con este EGM, y lo que ocurrió en Cataluña, en el período de mayor tensión y enfrentamiento del procés, en octubre de 2017, se dispararon las opciones nacionalistas de RAC1 y Catalunya Radio y, pasado un tiempo, cuando la tensión del proceso soberanista catalán se calmó, también las audiencias se normalizaron volviendo a valores anteriores a la crisis. Los resultados de este EGM reflejan una recuperación de la tensión informativa en Cataluña, gracias al juicio al Procés, con el aumento de Catalunya Radio (748.000, +106.000) y el descenso de RAC1 (867.000, -8.000), aunque sigue manteniendo el liderazgo en esta comunidad autónoma.
En este primer, y urgente análisis del EGM que hoy se ha publicado, he preferido ceñirme al análisis general, y sus connotaciones (muy políticas en esta ola, insisto), que en bajar al detalle de las cifras, cometido en el que me involucraré más adelante, desde “El EGM sin prisas”.
En este primer, y urgente análisis del EGM que hoy se ha publicado, he preferido ceñirme al análisis general, y sus connotaciones (muy políticas en esta ola, insisto), que en bajar al detalle de las cifras, cometido en el que me involucraré más adelante, desde “El EGM sin prisas”.