Julio Lagos: “Los oyentes son los dueños de nuestro trabajo”
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Postcast: el locutor argentino publica “Estuve allí” (Editorial Casa de Papel)
Las conclusiones de ese estudio resultaron terminantes: "Se comprobó que los datos estaban falsificados o ausentes y que no había ninguna razón que justificara tratar a pacientes con Crotoxina". En medio de un enorme escándalo académico, jurídico y humanitario, el ministro Conrado Storani prohibió el uso de la droga en octubre de 1986, solicitada en los diarios de por medio. Pero la historia no terminó ahí. Hoy en día hay diferentes patentes que utilizan el principio de la crotoxina para luchar contra el cáncer... ¿Qué pasó entonces? Julio Lagos fue testigo de excepción de aquella historia, y la cuenta en este libro "Estuve allí", y lo adelanta en este podcast, un fragmento de la entrevista que le realizaron en Radio Rivadavia630 el pasado 18 de mayo de 2018.
“Entre las posiciones extremas, aparentemente irreconciliables, hay un enorme territorio de convivencia”
- El libro recoge dieciséis relatos dedicados a prohombres latinoamericanos como Astor Piazzolla, Hugo Pratt, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges Adolfo Pérez Esquivel, Landrú, o el Rey Juan Carlos I de Borbón
Cuando se publica un nuevo libro, hay que hacerle una reverencia a su autor, en señal de respeto y de admiración. Luego vendrá el juicio crítico sobre la calidad del texto. Pero, de entrada, publicar, en España y en el mundo latinoamericano, es una proeza, digna de la mayor de las loas. Dicho esto, cuando el libro está dedicado a la radio, el aplauso debe ser bastante mayor. Y si quien lo firma es amigo, el libro es ya una auténtica fiesta, que se impone celebrar. Es lo que me propongo.
Julio Lagos en una imagen reciente de un programa de televisión argentino donde fue a presentar su nuevo libro |
“Estuve allí” (Editorial Casadepapel, 2018) es el título del último libro del gran Julio Lagos (Buenos Aires, 1945), un radiofonista argentino, de larga y fecunda trayectoria, admirado, y admirable, a quien tuve el honor y el placer de conocer en uno de sus viajes a Madrid. Desde entonces, la distancia -acortada por las nuevas tecnologías- no existe entre nosotros, y debatimos con cierta frecuencia sobre la realidad de la radio en nuestros respectivos países y continentes, hermanados por una misma lengua, que nos hace ser iguales, y parientes de radio.
Una vida dedicada a la radio |
La portada recoge también otra frase que orienta muy bien al potencial lector: “un locutor guglea de memoria”, en alusión a la extraordinaria capacidad memorística del autor, sin menospreciar su impronta literaria. Julio Lagos, uno de los periodistas más conocidos, y reconocidos, de Argentina, versado en mil batallas, practicante de la radio clásica, pero al tiempo puesta al día, de la mano de las nuevas tecnologías. Y eso que tecnológicamente, la radio argentina observa un claro retraso respecto del escenario europeo o norteamericano. Pero, y ahí está el mérito de los grandes, Lagos consigue que nadie la eche de menos, porque su oficio está muy por encima de las exigencias electrónicas o digitales.
El libro, surgido de sus recuerdos de radio junto a grandes nombres latinoamericanos |
Julio Lagos tiene claro que su libro, con el que se está paseando por radios, televisiones y diarios argentinos, se dirige tanto a los millennials como a los mayores de 50 años, “porque me propuse ser una especie de interfase, un puente entre quienes aún están creando sus recuerdos y aquellos que tienen muchos para evocar. A los jóvenes les prometo información novedosa y entretenida, que despertará su curiosidad. A los mayores les aseguro un repaso emotivo, que recuperará momentos inolvidables”.
El oficio de un radiofonista enamorado y militante |
“Estuve allí. Lo he vivido, lo cuento” participa de esa extraordinaria condición del periodismo, especialmente del radiofónico, que hace que podamos acercarnos a nuestros invitados de una manera especialmente cálida, y cercana. El locutor percibe de inmediato la actitud del invitado y si está dispuesto a integrarse en un proceso de comunicación que la radio teje como ningún otro medio es capaz de hacerlo. Por eso, en los dieciséis relatos de que consta este libro, Julio Lagos nos aporta, rejuveneciendo el recuerdo, reviviéndolo, historias y personajes muy diversos: Astor Piazzolla, Hugo Pratt, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Arturo Jauretche, Enrique “el mono” Villegas, Aníbal Troilo, Alejandro Romay, Isabel Perón, David Ratto, Adolfo Pérez Esquivel, Augusto Bonardo, Landrú, el Rey Juan Carlos I de España, Julio César Tagle, Carlos Coni Molina, Mario Olezza, José Ber Gelbard y bastantes más. Son grandes nombres del panorama latinoamericano, que hablan y piensan en español, y pertenecen a muy diferentes ámbitos sociales y culturales. “Es un libro entretenido, que refleja situaciones reales transcurridas cerca de todos estos personajes, y más” -promete el autor-.
Correcciones del texto antes de su entrada en imprenta |
Julio Lagos es consciente de que un objetivo tan ambicioso de intentar llegar a un perfil de lector joven y maduro a la vez es complicado. “Lo admito” -reconoce-. Pero “le sumo un objetivo más difícil aún y que hoy parece inalcanzable: demostrar que, entre las posiciones extremas, aparentemente irreconciliables, hay un enorme territorio de convivencia”. El autor de este “Estuve allí. Un locutor guglea de memoria”, un libro surgido de la radio, de los recuerdos que esa radio provocó, avanza otro aspecto importante respecto del enfoque que han recibido los relatos que contiene: “No juzga, no critica -advierte Lagos-. Los relatos están llenos de datos novedosos, sobre épocas vividas no hace demasiado tiempo”.
“Este libro -explicó Julio Lagos en una entrevista en Radio Rivadavia630-, donde él también trabajó hace años- es una manera de decir gracias, porque tuve la suerte, como todos los profesionales que nos hemos dedicado a la radio, de conocer gente fantástica”. El locutor argentino alude a la oportunidad que les brinda la radio (o la televisión, en la que también trabajó Lagos) a los profesionales a la hora de acercarse con sus micrófonos a personajes extraordinarios de la vida latinoamericana. “Los oyentes son los dueños de nuestro trabajo” -sentencia Julio Lagos-.
La crotoxina, ¿el remedio contra el cáncer?
Julio Lagos profundiza en la historia de esta sustancia que a finales de los años 80 se hizo muy popular en Argentina, y a la que se asociaban cualidades curativas del cáncer nada menos. Se trataba de una droga obtenida sobre la base del veneno de la víbora de cascabel. Evidentemente la noticia provocó un gran revuelo, nacional e internacional. Rápidamente, casi un centenar de personas se sometieron a un tratamiento a base de crotoxina, sin autorización. Las autoridades del Ministerio de Salud no habían dado por buena la sustancia, a la espera de que una comisión de oncólogos, organizada al efecto, revisara los experimentos y certificara sus propiedades.
Las conclusiones de ese estudio resultaron terminantes: "Se comprobó que los datos estaban falsificados o ausentes y que no había ninguna razón que justificara tratar a pacientes con Crotoxina". En medio de un enorme escándalo académico, jurídico y humanitario, el ministro Conrado Storani prohibió el uso de la droga en octubre de 1986, solicitada en los diarios de por medio. Pero la historia no terminó ahí. Hoy en día hay diferentes patentes que utilizan el principio de la crotoxina para luchar contra el cáncer... ¿Qué pasó entonces? Julio Lagos fue testigo de excepción de aquella historia, y la cuenta en este libro "Estuve allí", y lo adelanta en este podcast, un fragmento de la entrevista que le realizaron en Radio Rivadavia630 el pasado 18 de mayo de 2018.
¡Qué regalo inmenso me has hecho, Gorka! Lo comparto con todos los compañeros que aman la radio. Muchas gracias, un fraternal abrazo…
ResponderEliminarEl regalo, querido Julio, se lo has hecho tú a tus miles de oyentes, cada mañana, cada madrugada... durante muchos años. Por eso todos te quieren, y te recuerdan con cariño. Ya quisiera tener yo tanto cariño encima! Te lo mereces... Esto no es nada más que una muestra de ese cariño profesional pero, sobre todo, personal! Gran abrazo!
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