Onda Cero, una apuesta de futuro; Cope, apuesta con caducidad
https://www.gorkazumeta.com/2018/04/onda-cero-apuesta-de-futuro-cope.html
La cadena de radio de Atresmedia devuelve a sus mañanas
la estructura tradicional de hace treinta años en la radio española: toda la mañana para un comunicador
El EGM se basa en
recuerdos, en memoria, y la memoria -conforme vas sumando años mucho más, y la
audiencia de la radio hablada española es cada vez mayor- es imperfecta. Por
eso penaliza los malos títulos y favorece los buenos. Durante décadas, la marca más interiorizada de la radio
española por los oyentes fue “Protagonistas”,
muy asociada con la de su presentador, Luis
del Olmo. En este caso, “Más de Uno”,
en la temporada próxima, dejará de ser un programa conducido por dos
comunicadores. Y pese a su doble significado, en torno a la pluralidad del
espacio, debería primar el nombre del comunicador, que ahora es solo uno, y el
de la cadena. “Alsina en la Onda” (o
similar) sería lo ideal, al menos de cara al EGM, y unificaría criterio con la
tarde y JELO. El EGM es la herramienta medidora, nos guste o no, y condiciona
muchos elementos. El título es uno más de ellos. Ahora, toca apostar por
Carlos Alsina. Es la estrella.
Mientras que Cope, en un par de años, en el peor de los casos, se quedará huérfana de Carlos Herrera, su particular ‘Rey Midas’ del último lustro de su historia, Onda Cero está diseñando una estructura equilibrada, en la que Carlos Alsina, Julia Otero, Juan Ramón Lucas y José Ramón de la Morena, con Jaime Cantizano en el fin de semana, se preparan para dar estabilidad a la casa. De nuevo, sin embargo, al recuperar la estructura de un solo comunicador para la mañana, la cadena de radio de Atresmedia cae en el mismo error que la de los obispos: la dependencia de un profesional, en este caso Alsina. Ya le tentaron una vez desde Punto Radio, con Luis del Olmo por detrás de la oferta, y a punto estuvo de cambiar el micro verde por el naranja; pero la contraoferta de Onda Cero frenó el trasvase. Ahora es Onda Cero la que apuesta definitivamente por su consolidación como comunicador estrella de su escudería.
Ahora le toca mover ficha a la SER
La cadena verde de Atresmedia ha
movido ficha. Carlos Alsina asume la
próxima temporada 18-19 todo el tramo horario de “Más de Uno” (6:00-12:30 horas), que no va a cambiar de título,
porque no se refería solo -que también- a los conductores que lideraban los dos
tramos horarios -el propio Alsina y Juan
Ramón Lucas- sino también a la filosofía del programa: más de una opinión,
más de una visión; en definitiva, a la pluralidad de un espacio como éste, que
ocupa toda la mañana de la radio en Onda Cero.
Un hombre solo para "Más de Uno", Carlos Alsina, en una imagen de Alberto Espada |
Aunque hacía algunas semanas se
conocía la nueva estructura que proponía Onda
Cero para su programación matinal, lo cierto es que, finalmente, y como
suele ocurrir, la noticia se filtró antes de tiempo, porque han sido varios los
profesionales afectados por la decisión. Personalmente, mis mayores me
enseñaron que los profesionales debemos aspirar a dar bien las noticias, no a
darlas los primeros. Esa carrera por la velocidad, potenciada desde el mismo
ritmo trepidante que imponen las redes sociales está haciendo mucho daño al
periodismo, no solo las fake news.
¡Cómo se puede dar una información de este calibre, cuando todavía no hay nada
firmado, y cuando el destino de, al menos, dos profesionales, está en el aire,
a falta de encontrar nueva ubicación para ellos! Me pareció entonces, y me
sigue pareciendo ahora una falta absoluta de respeto, y por eso no entré al
trapo de las especulaciones, pese a que conocía el dato con detalle.
Juanra Lucas estaba muy cómodo, cada vez más, en su tramo matinal, y el cambio le supondrá readaptarse a un horario más incómodo, pero, claro, fuera hace mucho frío
Tras un período iniciático de
tres temporadas en las que la cadena verde no quiso arriesgar más de lo
estrictamente necesario, y optó por trasladar -casi tal cual- la estructura de
“La Brújula” de Alsina a las mañanas,
e incorporar a Juan Ramón Lucas al segundo tramo, con algunos colaboradores
heredados de la etapa de Carlos Herrera,
y la incomprensible coincidencia de la “hora
de los oyentes”, con “La hora de los
Fósforos” del almeriense en Cope, ahora se
abre una nueva etapa en la que Alsina se situará en el mismo pódium que sus
vecinos, y colegas, del resto de cadenas competidoras.
Me decía el propio Carlos Alsina,
en la entrevista que tuve la oportunidad de hacerle (y que publicaré en breve),
que él es partidario de “programas
cortos, y bien hechos”, pero, acto seguido, reconocía la imposibilidad de
trasladar una parrilla de este tipo cuando el EGM sigue imponiendo su ley (y se
trata de sumar cuantos más tramos horarios mejor para aumentar la audiencia) y
cuando los costes se reducen constituyendo equipos muy ajustados de personal,
multidisciplinares, que se ocupen de producir muchas horas. Lo de Alsina es un
‘golpe de realidad’, y una evolución.
Coherente.
La elección del título en
Onda Cero
El logo del programa |
Mientras que Cope, en un par de años, en el peor de los casos, se quedará huérfana de Carlos Herrera, su particular ‘Rey Midas’ del último lustro de su historia, Onda Cero está diseñando una estructura equilibrada, en la que Carlos Alsina, Julia Otero, Juan Ramón Lucas y José Ramón de la Morena, con Jaime Cantizano en el fin de semana, se preparan para dar estabilidad a la casa. De nuevo, sin embargo, al recuperar la estructura de un solo comunicador para la mañana, la cadena de radio de Atresmedia cae en el mismo error que la de los obispos: la dependencia de un profesional, en este caso Alsina. Ya le tentaron una vez desde Punto Radio, con Luis del Olmo por detrás de la oferta, y a punto estuvo de cambiar el micro verde por el naranja; pero la contraoferta de Onda Cero frenó el trasvase. Ahora es Onda Cero la que apuesta definitivamente por su consolidación como comunicador estrella de su escudería.
Juanra Lucas hará una muy buena "Brújula" en Onda Cero, su experiencia le avala |
El barco de Onda Cero no es el mismo que el de la SER. Un destructor compite en el océano con
un trasatlántico, algo tocado, pero reorientándose. Está en período de cierre
de todas sus vías de agua y dispuesto a revalidar el título de campeón de la
regata, sin mucho esfuerzo, pese a que el petrolero de Cope le quiera plantar cara, con escasa fortuna.
En varias reuniones del nuevo (viejo) director general de la SER, Daniel Gavela, con directores de emisoras, ya se ha adelantado el descontento con respecto a la programación matinal
Pero esta regata de la radio
hablada española sigue ofreciendo espectáculo para público envejecido. No hay
nuevas aportaciones. Y el riesgo, una vez más, siempre es contenido. Tengo
esperanzas en que Carlos Alsina, al frente de su nuevo “Más de Uno” plantee algunos formatos y contenidos cuando menos
novedosos, incluso arriesgados para lo conservador que es el panorama de la
radio española. Me consta que su condición de radiofonista antes que periodista
le conduce a sentirse atraído por el tramo de magacine que, en realidad, no
deja de ser un enorme cajón de sastre en el que cabe de todo, siempre y cuando
esté bien ‘condimentado’, y ‘emplatado’. No creo que me equivoque, pero hay que
darle tiempo.
Carlos Alsina domina los dos
registros: el informativo y el magacine. Es capaz de poner en un auténtico
brete al mismísimo presidente del Gobierno, Mariano
Rajoy, y lanzarle contra las cuerdas, simplemente preguntándole y, sobre todo, repreguntándole; y también es capaz de sonreír en antena, destapando su sentido
del humor, tan irónico e inteligente. No siempre su intercambio de tonos me
parece acertado, ya se sabe que el sentido del humor, y de la oportunidad, son muy particulares,
y se prestan a disparidad de valoraciones; pero resulta incuestionable que
Alsina posee el necesario -imprescindible- olfato, para tomarle la temperatura
a la antena y dar el volantazo si procede, para no ahuyentar a sus oyentes,
ante un tema o un invitado que se le va de las manos.
El tono didáctico de los
monólogos de Alsina, que lo convierten en un perseverante maestro a veces de lo
imposible, concentra cada mañana un protagonismo excepcional, propio de un tipo
que le dedica horas a trabajar un texto con el que pretende desmembrar, y en ocasiones
desmontar, la realidad a base de sus propios detalles. La información no se
cuestiona. La opinión es libre. Pero para opinar hay que disponer de todos los
datos. Alsina se lo sabe muy bien.
A Daniel Gavela, de nuevo director general de la SER, le toca dar el golpe de timón para recuperar el alma perdida |
La decisión de Onda Cero de unificar su mañana de radio
dejaba fuera a Juan Ramón Lucas. Y aunque este madrileño, que cumplirá este
noviembre los sesenta años, se mueve también con facilidad en los dos mundos:
el informativo y el magacine, podía haber abandonado la sede de Atresmedia
Radio, por haberse ‘amortizado’ (éste es el lenguaje que utilizan en las
empresas sin complejo de culpabilidad), lo cierto es que se le ha querido
buscar reacomodo en la casa. Finalmente, se ocupará de “La Brújula”, en ese extraño viaje de ida y vuelta, y de cambio de
cromos, que se ha producido entre Alsina y él. Lucas estaba muy cómodo, cada
vez más, en su tramo matinal, y el cambio le supondrá readaptarse a un horario
más incómodo, pero, claro, fuera hace mucho frío.
Nunca Javier del Pino va a estar tan cerca del “Hoy por Hoy” como ahora con Gavela. Aunque ha demostrado que sabe hacer un magnífico fin de semana, está por demostrar que lo consiga también en el “Hoy por Hoy”
Lucas hará una buena “Brújula”.
No me cabe la menor duda. Hasta cierto punto, estaba desaprovechado en “Más de Uno”. Ya comenté en su día que
los profesionales que se ocupaban de los segundos tramos, Gemma Nierga en la SER
(ahora Toni Garrido); y el propio
Lucas en Onda Cero estaban relegados a ser
casi comparsas de Pepa Bueno y
Alsina, respectivamente, lo que me parece tremendamente injusto. Es mucho más
difícil manejarse bien en tono magacine que en informativo, sobre todo porque
éste está incluido dentro del primero
(pero no ocurre igual a la inversa).
El trasvase que se ha producido
en Onda Cero, finalmente, ha implicado a
una tercera persona, David del Cura,
actual director de “La Brújula”, que
no repetirá la próxima temporada. Se queda fuera del gran tablero de la
parrilla de la cadena verde, a la espera de destino. Por eso me parecía una
falta de respeto y de consideración hablar tan frívolamente de ‘los cambios de
Onda Cero’, cuando nada había todavía formalmente decidido. Lo cierto es que
del Cura es el gran perjudicado de esta operación. O no, porque el nuevo "Más de Uno", unificado, necesita un subdirector-coordinador sólido que se ocupe de la maquinaria interna y deje al jefe tiempo para su propia mecánica creadora, que es mucha. Alsina y del Cura son viejos conocidos de tiempos pretéritos en la redacción de informativos de Onda Cero.
Con el escenario despejado de Cope y Onda Cero
de cara a la próxima temporada 18-19, y una Radio Nacional de España que no
sabe cómo moverse, hasta que llegue a Prado del Rey el nuevo presidente de la
Corporación, elegido por mayoría cualificada en el Congreso (que el PP se empeña en torpedear), a la que le toca
mover ficha es a la SER, que la va a
mover. En varias reuniones del nuevo (viejo) director general, Daniel Gavela, con directores de
emisoras, regionales y provinciales, ya se ha adelantado el descontento con
respecto a la programación matinal, y a sus resultados. No es tanto un problema
de audiencia, que también (de las cuatro grandes cadenas es la única que
acumula pérdidas interanuales en torno a los cien mil oyentes), cuanto de
influencia; o sea, de poder.
Javier del Pino junto al pianista inglés James Rhodes (izquierda) al que ha fichado esta temporada como colaborador excepcional |
En este nuevo escenario de
mañanas unificadas de toda la competencia, no es previsible que la SER continúe partiendo su mañana, con
resultados más que discutibles. Antes subrayaba la coherencia en la continuidad
del proyecto de Carlos Alsina en las mañanas de Onda
Cero. En lo que respecta a la SER,
hay que decir justamente lo contrario: se impone subrayar la incoherencia de
dos programas totalmente diferentes, a cargo de dos profesionales que nada
tienen que ver entre ellos en su concepto de radio. Antes Gemma y Pepa se
saludaban en antena. Ahora, ni siquiera. Cierra una, abre otro. En las
autopromociones ni siquiera hay equipo de nombres, cada uno va a su bola… El
tramo de Toni Garrido ha resistido bien, pero se evalúa en la casa como
inapropiado para el horario que ocupa. No es de mañanas (no solo por el ritmo),
es más de tardes, o… de fines de semana. Pero la sensación es de desencanto. Y
en cuanto a Pepa, sigue sin hacer radio, carece del componente emocional que
empatiza con el público. Solo informa, pero no
llega al oyente. Se interpone con él una barrera gélida intangible, desconozco
si deliberada o involuntaria.
Onda Cero ha diseñado una estructura equilibrada, en la que Carlos Alsina, Julia Otero, Juan Ramón Lucas y José Ramón de la Morena, con Jaime Cantizano en el fin de semana, se preparan para dar estabilidad a la casa
Urge recuperar una mañana fuerte,
sólida, a cargo de un comunicador con solvencia y predicamento. Y la SER lo tiene. Tres veces dijo no al “Hoy por Hoy”, pero las circunstancias
han cambiado y es el momento. La llegada de Daniel Gavela, el mismo que le
llamó por primera vez cuando se llevó a Iñaki Gabilondo a Cuatro, para
sustituir al maestro, es su mejor baza. Hablo de Javier del Pino, el hombre la cantera, formado en el “Hora 25” de Carlos Llamas y curtido en la corresponsalía de Washington
(EE.UU.). Nunca del Pino va a estar tan cerca del “Hoy por Hoy” como ahora con Gavela. Aunque ha demostrado que sabe hacer un
magnífico fin de semana, está por demostrar que lo consiga también en el “Hoy por Hoy”. A priori parte de una
inmejorable posición. La SER persigue
recuperar su peso específico en la vida política y social española y, sobre
todo, recuperar a aquellos oyentes que se sintieron ninguneados y hasta huérfanos de su radio de toda la vida.
Ésta va a ser una operación complicada. Pero es cierto que los actuales
responsables de la SER son perfectamente
conscientes del lastre que les ha legado la etapa Cebrián y están resueltos a
abrir una nueva página. Ahora, o nunca.
El nuevo equipo directivo,
surgido bajo la nueva máxima responsabilidad de Manuel Mirat en Prisa, reniega de la etapa dirigida por Juan Luis
Cebrián. Y quiere, está completamente decidido, a romper ataduras con un pasado
que ha empobrecido la SER hasta límites
inimaginables. Y en este sentido, con el cebrianismo
a la baja, en clara fase de extinción, inevitablemente, los nombres que quedaron
marcados por el expresidente del
Grupo ya no pisan en buen firme en Gran Vía 32. Entre estos, hay nombres de
periodistas, y también de directivos, que ni siquiera intentaron descafeinar o
frenar las directrices del expresidente, y las asumieron sin rechistar. Otros,
como por ejemplo el mencionado Javier del Pino, prefirió, jugándosela, ser
fiel a su conciencia y a su honestidad profesional, y desoír las consignas;
incluso durante la entrevista que realizó a Cebrián en “A Vivir que son dos días”, que no fue, precisamente, un
publirreportaje, como sí se dio en el “Hoy
por Hoy”.
Carlos Herrera ha devuelto a beneficios a Cope, y ha tirado del carro de toda su emisión; pero ya tiene fecha de caducidad |
A Gavela, justamente, le toca
renovar varios contratos de grandes comunicadores de la SER. Y coinciden varios. Tal vez
demasiados. Pero, si se observa en positivo la circunstancia, puede resultar
una buena oportunidad para reordenar las fichas del tablero, o de la parrilla.
En cualquier caso, las miradas estarán pendientes del EGM del día 18, y de la
cifra alcanzada por “Herrera en Cope”.
Personalmente, considero que la última encuesta de la AIMC, no puede
tomarse como tendencia; pues fue producto de una tensión desmedida provocada
por el Procés catalán, que alteró
total y radicalmente el statu quo del EGM, hasta provocar movimientos adulterados,
con escasas posibilidades de continuidad. ¿Carlos Herrera ha llegado a su
techo? Ésta es la pregunta que se hacen en la SER,
y a la que buscan respuesta este próximo miércoles 18.
Así las cosas, el panorama de la
Temporada 2018-2019 se presenta muy atractivo; aunque, en el fondo, como
siempre, relativizando, varíen muy pocos elementos del paisaje archiconocido de
la radio española, tan conservador como avejentado. Solo cambian las voces. Los
mayores disfrutaremos de los cambios,
seguro. El resto, se seguirá alejando de ella cada vez más; mayor será la
distancia y el desapego cuanto menos se ocupe la radio de esas generaciones.
Para unos, la radio sigue viva; para otros (esta radio), es un auténtico tostón.