La Cope fractura la radio española
https://www.gorkazumeta.com/2016/09/la-cope-fractura-la-radio-espanola.html
La cadena de los obispos ha
suprimido la programación local
La creación de una marca blanca local de Cope solivianta a la
competencia
- La Cope ha demolido el statu quo del modelo de programación radiofónico español
- Los obispos están dispuestos a estirar lo más posible el “Efecto Herrera”
- Carlos Herrera ha traído a Cope la gallina de los huevos de oro, y hasta el Gallo (Filippo)
- Para superar al "Hoy por Hoy", de la SER, "Herrera en Cope" debería ocupar 24 horas de emisión, y ni siquiera
La Cope
ha dado esta temporada 16-17 un giro inesperado al statu quo imperante en el
escenario de la radio española desde hace décadas. Nadie, ninguna de las
grandes cadenas de radio comerciales españolas se atrevía a dar un
paso de esta trascendencia. La supresión de la programación local del mediodía,
la que daba ‘de comer’ a decenas de emisoras locales de la cadena de los
obispos (y a las de la competencia), ha redibujado una Cope diferente, y desde luego insólita,
inesperada, en cualquier caso.
¿Qué ha conducido a los obispos a
tomar una decisión tan radical en Cope? Una
circunstancia que todos debemos entender de inmediato: el ‘efecto Herrera’. La llegada del periodista almeriense al prime time de Cope ha supuesto para su cuenta de resultados
una indudable y certificada alegría, y eso que el peso en los asientos de
gastos es mucho más que importante. Pero Herrera cobra en fijo y variable. El
fijo es, como se ha visto en Onda Cero
tras su salida, una cifra lo suficientemente importante como para recuperarse
de su marcha de inmediato y seguir siendo rentable.
Equipo Cope de la Temporada pasada. A la derecha Manu Carreño, que iba a seguir, hasta que se cruzó "El Larguero" en su camino... (Fotografía COPE.es) |
Carlos Moreno, 'El Pulpo', tiene todos los días de colaborador a Carlos Herrera, un lujazo (Fotografía COPE.es) |
Pero ahora Herrera está en Cope, en una cadena radiofónica que mantiene la
coherencia ideológica desde por la mañana hasta por la noche; al contrario de
lo que ocurría en la cadena verde de Atresmedia, donde la programación la conforman pequeños reinos de Taifas. Herrera se siente a gusto en una casa, que ya
conocía, en la que se piensa casi de la misma manera. En todo caso, lo que
puede separarles son matices, mientras que en Onda
Cero son casi fronteras.
Los responsables de Cope están dispuestos a rentabilizar al máximo
la presencia de Carlos Herrera en su
equipo, por más que -yo creo que por error- firmó ya su contrato por tres
temporadas con fecha de caducidad. Podía haberlo pensado, sin decirlo; pero lo
desveló; algo que va desde luego en su contra, y en el de la empresa que le
contrata, porque debe cumplir unos objetivos antes de su salida de la compañía,
y la pretendida, y ansiada, proeza era alcanzar -nada más y nada menos- el
liderato, a base de vencer a la SER,
objetivo harto difícil.
La competencia, ante ese
escenario, sabe que, cualquier cosa que ocurra, incluso en el peor de los
casos, resultará efímera, por cuanto Herrera se marchará, seducido por el
merecido dolce far niente que invade
a los prejubilados vocacionales, sobre todo si responden a su condición de ‘bon
vivant’, y que las aguas volverán a su cauce, más tarde o más temprano, ante la
falta de un relevo -ahora mismo- que se antoja cuando menos complejo. Porque,
si bien nadie es imprescindible -ahí están los casos de sus compañeros de ‘Triunvirato de Oro de la Radio española’, Iñaki Gabilondo y el maestro Luis del Olmo- en su caso habría que
estudiar un sustituto del mismo peso, y presencia en antena o -lo más
inteligente- empezar a construirlo desde ahora, tirando de cantera y de moldes.
Pero resulta mucho más cómodo tirar de talonario, en lugar de apostar por lo
propio.
Todos los programas de Cope se han beneficiado del "Efecto Herrera", aquí "La Tarde", de Expósito (Fotografía COPE.es) |
El caso es que Carlos Herrera ha
traído a Cope los ‘huevos de oro’, y hasta la gallina -o
el Gallo Filippo-. Y los obispos están dispuestos, lógicamente, a explotar
la nueva situación que viven, de aparente esplendor. Pero no olvidemos que la
luz que irradia Cope no ha ensombrecido a la SER, ni de lejos, ni siquiera a Onda Cero, que en un par de oleadas ha
demostrado que su músculo es fuerte, y sólido, y que va a plantar batalla con
otras fichas, como “El Transistor” de
José Ramón de la Morena, con objeto
de ganar el terreno que ha perdido.
El llamado “efecto Herrera” no sólo ha atraído casi a un millón de ‘nuevos’ (los mismos que van de un lado a otro) oyentes a Cope, sino que ha hecho que una
buena parte de ellos cambie de radio de cabecera y se haya dejado seducir por el
nuevo destino, circunstancial, del almeriense. Si observamos las cifras del
EGM, es más que evidente el reflejo de este efecto en toda su parrilla,
incluida, si me apuran, hasta la ‘Santa
Misa’ de los domingos (9:00 h.). Nunca un solo comunicador había conseguido
un refuerzo de audiencia tan destacado como éste. Por eso sus tarifas
publicitarias han aumentado (y
él le ha crecido el ‘bonus’) y hasta sus
salidas salen mucho más rentables a la casa, por los paquetes de publicidad
que asocian al evento. El ‘efecto
Herrera’ ha resultado mucho más beneficioso para Cope que el ‘efecto
Paco González’, cuyo impacto e influencia en la programación general de la
cadena radiofónica de los obispos ha sido, desde luego, muchísimo menor. Paco,
Pepe, Manolo, Juanma, Joseba y el resto de compañeros atraen a su gente, que se
llevaron de la SER, pero los que
arriban con ellos al puerto de Cope,
cambian de rumbo tras el show.
¿Y por qué no ocurrió en Onda Cero, podrían preguntarse alguno de
ustedes? Precisamente porque en la cadena verde convivían -siguen conviviendo-
diferentes idearios, personalizados en sus diferentes comunicadores. Cope es coherente, Onda Cero no tanto. En el primer caso, está
clara la razón, dado el sector propietario, e inspirador de la compañía. En el
segundo también, que un mismo grupo -Atresmedia- acoja en su seno medios tan
dispares, ideológicamente hablando, como La Razón, Antena 3, La Sexta u Onda Cero es una decisión promovida por su
antiguo propietario, ya desaparecido, José
Manuel Lara, que, empresarialmente es ‘de libro’: cuanto más arco abarque,
más clientela potencial tengo. Pero
resulta indudable que desde el punto de vista ideológico penaliza, porque lo
que hace fuerte a una cadena no son sólo sus mañanas o sus tardes deportivas,
sino la suma del conjunto de todas las horas y tramos. Esto es lo que ha hecho
grande a la SER, y que nadie ha
aprendido, pese que ahora la cadena hablada de Prisa Radio está decepcionando a un gran
porcentaje de sus oyentes habituales, al escorarse al centro-derecha. Lara
defendía un ‘matrimonio a tres’: Onda Cero, Cope y Punto Radio para hacer
frente a la SER. Pero no lo consiguió. Ideológicamente,
la nueva casa surgida de ese matrimonio de conveniencia, me da en la nariz,
hubiera sido muy complicada de gestionar.
La posibilidad, por otra parte, de
contar con una red alternativa complementaria de (27) postes (algunos de dudosa legalidad), heredada de PuntoRadio, con un alto precio de alquiler anual abonado a Vocento (¡que hay que amortizar!) y los resultados discretos de Megastar
FM, la cadena musical a la que se destinó en un principio, tras reforzar Cope, Cadena
100 y la exitosa Rock FM, constituyen las coordenadas para atreverse a romper la estructura finisecular de la
coexistencia de programación en cadena nacional,
cadena regional y emisión local. Así, la cadena Cope
ha suprimido el tramo local que iba de 12:00 a 14:00 horas, de lunes a viernes,
y ha repartido estas dos horas entre los programas inmediatamente anterior (“Herrera en Cope”) y posterior (“Mediodía Cope”).
El 'Efecto Herrera' ha sido como una ola en la Cope (Fotografía COPE.es) |
Onda Cero no se ha hundido, como preveían algunos (Fotografía Onda Cero) |
Y de esta forma, ha cambiado,
como afirmaba al comienzo de este post, el statu quo de la estructura
radiofónica matinal en España. Pero también ha condenado a muchas emisoras de
la cadena a prescindir de algo tan consustancial a la radio como es la radio de proximidad, por cuanto las
desconexiones abiertas ofrecen poco más margen que la acogida de publicidad. Y
todos sabemos que los ingresos locales provienen en mayor medida más de
microespacios publicitarios, que de cuñas. Y que lo que hace atractivo para un
oyente local una emisora son sus contenidos más cercanos, y no desde luego la
publicidad. Nadie elige una emisora por la publicidad que emite… Esa
nueva red de emisoras, denominadas Cope Más,
no va a cubrir todas las capitales de provincia, sino sólo una parte de ellas. Habrá por tanto capitales de provincia que se quedarán huérfanas de Cope en sus zonas de influencia, lo que anulará, por cierto, en muchos casos, el poder mediático local de muchos obispos, que clamarán en el seno de la Conferencia Episcopal...
Los responsables de Cope piensan, por tanto, que con la cadena se
ahorra en gastos (se elimina la programación local de cuajo de todas las
emisoras, ¿nuevo ERE a la vista?); las horas se reparten entre dos equipos que ya existen -las famosas
sinergias-; la comercialización de ese tiempo será más beneficiosa para la caja
por cuanto arrastra el ‘efecto Herrera’;
las cuñas de 12:00 a 13:00 horas llevarán ‘tarifa
Herrera’ (aunque más baja que a las 8:00 h.); el EGM sumará más oyentes para ambos programas y, por el otro
lado, con Cope Más, no perderán mercado local en aquellas ciudades más potentes,
donde podrán desconectarse de la cadena para llevarse el mayor pastel posible
de la tarta publicitaria local. Y, por si fuera poco, como Cope Más
no va a tener una identidad independiente, sino que va a seguir formando parte
estructural de la misma marca, el EGM sumará a todos sus oyentes, en una cifra
global enorme. Una estrategia ‘perfecta’, piensan.
La SER puso en marcha "Las doses" hace más de 20 años, en las que ahora se inspira Cope Más (Fotografía CadenaSER.com) |
Pero no lo es tanto. En primer
lugar, la suma de una hora más a “Herrera
en Cope” no les va a reportar un incremento sustancial de la audiencia. De
12:00 a 13:00 horas no es un tramo horario potente; al contrario, lo normal es
que descienda en número global respecto de los tramos anteriores, lo que
convierte este período en menos, o poco, atractivo para el anunciante. Si
buscamos cifras, oscilarían entre los 40 ó 50.000 oyentes más. Una cifra que no
va a resultar vital para demoler el liderazgo de la SER. Pero es que, además, lo que ofrece "Herrera en Cope" a partir de las 12:00 horas es un mal refrito de lo que ha sido el programa. Sin Carlos Herrera, sólo con su voz enlatada y una voluntariosa, pero poco eficaz puesta en antena. Es lo que se dice "una hora que vive de las rentas de las anteriores".
Y en el caso de “Mediodía Cope” ocurrirá algo parecido, con la particularidad de que, en este caso, se duplicaría tiempo, pero no necesariamente audiencia; aunque el “efecto Herrera” ayudará, sin duda. Ahora bien, a la hora de compararse con los informativos de la competencia, “Hora 14” (SER) o “Noticias Mediodía” (Onda Cero) partirá con ventaja.
Y en el caso de “Mediodía Cope” ocurrirá algo parecido, con la particularidad de que, en este caso, se duplicaría tiempo, pero no necesariamente audiencia; aunque el “efecto Herrera” ayudará, sin duda. Ahora bien, a la hora de compararse con los informativos de la competencia, “Hora 14” (SER) o “Noticias Mediodía” (Onda Cero) partirá con ventaja.
'La Mañana' en Cope Más Madrid. con Beatriz Pérez Otín (Fotografía COPE.es) |
El tema de Cope Mas
y su intención de llevarse la mayor porción de la tarta publicitaria local.
Desde luego, no va a dejar indiferente a la competencia -SER y Onda
Cero-, que ven en esta operación un asalto a sus ingresos locales, que se
puede complicar incluso con una guerra de
tarifas, a la baja. Me consta que en San Sebastián de los Reyes, la sede de
Atresmedia, están soliviantados por este anuncio y permanecen expectantes ante la evolución de los acontecimientos. Ha habido contactos, eso sí, informales, con la SER para intercambiar, primero, la sorpresa ante esta estrategia de Cope y, segundo, su postura. Pero no es probable que la sangre llegue al río. Lo que tengan que decirse se lo dirán en el seno de la AERC (Asociación Española de Radios Comerciales).
Por si fuera poco, en esa
intención de sumar postes a los resultados de Cope
en el EGM, la cadena de los obispos se enfrentaría a un escollo que impediría
la estrategia, y es que la AIMC sólo puede contabilizar, a la hora de tabular
los datos, las emisoras legales y no los postes que no cumplan con la preceptiva pátina legal (aunque también hay triquiñuelas para sortear los
inconvenientes). Los clientes locales no querrán anunciarse en una emisora
ilegal que no va a ser contabilizada y que por tanto no podrá ofrecerles datos
del impacto de sus mensajes. En cualquier caso, el
que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Si de verdad hubiera
voluntad de acabar con el vergonzoso paisaje de emisoras ilegales que reina en
España, la limpieza debería empezar por las propias grandes cadenas comerciales.
La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, en la presentación de la Temporada 16-17 de Cope (Fotografía COPE.es) |
Veremos las dimensiones que adopta esta pelea, si llega al ámbito público, cosa que dudo. Todos tienen mucho que perder si hablamos de postes ilegales (aunque unos más que otros). En todo caso, el sector no se explica con claridad a qué responde esta estrategia de Cope. Pero está claro que en un mercado en que la publicidad es enormemente sensible y conservadora (e incluso marca esta tendencia en el anquilosado escenario radiofónico español) las estrategias buscan recovecos para engordar sus arcas con el menor de los costes y los riesgos posibles. Y en costes Cope sufre una espada de Damocles millonaria con las cuentas de Herrera, el equipo de deportes y el alquiler de los postes a Vocento. Pero llega un momento -hace tiempo que lo vivimos- en que es imprescindible asumir riesgos para progresar. La supresión de la radio de proximidad no es, creo, la mejor opción. Al tiempo...