¿Qué ocurriría si la toda la radio se fuese a internet? (I)
https://www.gorkazumeta.com/2016/02/que-ocurriria-si-la-toda-la-radio-se.html
Por Javier Sánchez (RTVE)
La “radio Martini” ha llegado para quedarse
La “radio Martini” ha llegado para quedarse
Se viene hablando hace
muchos años de la radio por internet. Y, desde luego, nadie duda a estas
alturas de la película que este mecanismo complementario de distribución de
contenidos radiofónicos esté aquí para quedarse. La posibilidad de ofrecer
contenidos no lineales para un modelo de consumo tipo Martini (“donde estés y a
la hora que estés”), junto a la ventaja que supone el no tener que concursar
para la obtención de concesiones de uso de un recurso muy escaso en forma de
títulos habilitantes (léase licencias de FM) ni tener que cumplir con las muchas
obligaciones legales inherentes al marco legal establecido para la
radiodifusión sonora terrestre, ha sido interpretado por muchos como una oportunidad
para comenzar a hacer radio de una manera mucho más directa y sencilla,
llegando a su audiencia con menos intermediarios. Ello unido a que el
equipamiento necesario para poder emitir por internet con una calidad de
acabado profesional (o, cuanto menos, semiprofesional) no es, en absoluto, una
barrera de entrada debido a sus aquilatados costes, ha lanzado a muchos a la
aventura de la radio online.
La BBC no deja de investigar el futuro de la radio (Fotografía Pixabay) |
No es nuestro
propósito cuestionar un modelo de distribución de contenidos radiofónicos utilizado
por la ciudadanía, aunque no sea ni de lejos el mayoritario en cuanto a minutos
de escucha, que es lo realmente importante desde el punto de vista del negocio
o de la relevancia. Y menos aún en la parte en la que la radiodifusión sonora
terrestre no puede competir, que es en la de contenidos no lineales (podcast). Pero sí que nos gustaría hacer
una reflexión sobre qué ocurriría si se decidiese abandonar la radiodifusión
sonora terrestre (esto es, FM, Onda Media y, de manera casi anecdótica en
España, DAB) y toda la radio española se intentase distribuir únicamente por
internet.
¿Ciencia ficción? Quizá sí a día de hoy, pero… ¿cambiarían de opinión si supiesen que la BBC tiene gente trabajando desde hace tiempo en las implicaciones de un cambio de modelo radical, en el que la distribución de contenidos televisivos y radiofónicos se fuese únicamente a internet? No en vano, la fuente de financiación de la BBC es vía impuesto directo a través de un canon televisivo (actualmente unos 200 euros anuales por televisor) y los nuevos hábitos de consumo están haciendo que los ciudadanos estén empezando a prescindir del televisor. Ello ha provocado una disminución de la recaudación notable y, por tanto, de los ingresos de la BBC, lo que le llevó a anunciar a principios de julio del año pasado la supresión de más de mil empleos (su plantilla la forman 16.000 trabajadores) y una disminución en sus ingresos previstos para el ejercicio 2016-2017 cifrada en 150 millones de libras menos que hace cinco años.
¿Ciencia ficción? Quizá sí a día de hoy, pero… ¿cambiarían de opinión si supiesen que la BBC tiene gente trabajando desde hace tiempo en las implicaciones de un cambio de modelo radical, en el que la distribución de contenidos televisivos y radiofónicos se fuese únicamente a internet? No en vano, la fuente de financiación de la BBC es vía impuesto directo a través de un canon televisivo (actualmente unos 200 euros anuales por televisor) y los nuevos hábitos de consumo están haciendo que los ciudadanos estén empezando a prescindir del televisor. Ello ha provocado una disminución de la recaudación notable y, por tanto, de los ingresos de la BBC, lo que le llevó a anunciar a principios de julio del año pasado la supresión de más de mil empleos (su plantilla la forman 16.000 trabajadores) y una disminución en sus ingresos previstos para el ejercicio 2016-2017 cifrada en 150 millones de libras menos que hace cinco años.
Y no acaba ahí la cosa,
puesto que una las prioridades del Premier
británico David Cameron es reformar la BBC. Tanto es así que desde el gobierno
británico se abrió una consulta pública sobre sus líneas maestras para los
próximos diez años, entre las que se encuentra la digitalización de la radio.
El futuro de la Radio Digital (DAB/DAB+)
a debate en la Consulta Pública de la BBC |
Claro, que si también la
propia BBC ha cesado emisiones en TDT el pasado 1 de enero de su canal BBC
Three, con una audiencia mayoritariamente joven, y ha pasado a ser exclusivamente
online, ¿cabe suponer que la apuesta
de la BBC por la radiodifusión sonora digital terrestre y el apagado analógico
de la radio se materializará a futuro?
Pues en contra de lo que
vaticinan algunos agoreros desinformados, de momento así lo parece, puesto que la
BBC entendió desde el primer momento que la radio debe seguir siendo un
servicio universal, gratuito y con recepción en movilidad, cosas que como
veremos resulta imposible ofrecer a través de la radio por internet. No en vano
el apagado es una posibilidad realista, pues cuentan ya con casi un 40% del
total de escucha en DAB gracias, entre otras cosas, a la cobertura superior al ¡¡97%!! de
los hogares del Reino Unido recientemente conseguida. Item más: sería un contrasentido -por no decir malversación- desplegar
semejante red en DAB, con una cobertura tan elevada, y cerrarla dentro de poco sin
ni siquiera amortizarla.
Entonces, ¿no resulta
contradictorio apostar por una distribución de contenidos televisivos únicamente online para determinados canales
mientras que para la radio se continúa confiando en la radiodifusión? Pues
aunque lo parezca, no lo es. Baste pensar, por ejemplo, que el Reino Unido es
el país europeo con mayor tiempo medio de consumo radiofónico diario, que el target de BBC Three es el más
tecnológico y sus hábitos de consumo están muy ligados a smatphones y tablets, o que
la recepción en movilidad no es un requisito obligatorio para la televisión. De
hecho, el consumo mayoritario de vídeo por internet se efectúa a través de
Ethernet o Wi-Fi a través de conexiones fijas de fibra o ADSL.
Pero al margen de consideraciones concretas, si se tiene en cuenta el largo plazo a escala mundial, nadie puede afirmar con seguridad cuál será la plataforma mayoritaria de distribución de contenidos lineales de radio. Se puede hablar de tendencias y de mejores alternativas, pero de nada más por el momento si efectuamos el sensato ejercicio de poner los pies en el suelo.
Pero al margen de consideraciones concretas, si se tiene en cuenta el largo plazo a escala mundial, nadie puede afirmar con seguridad cuál será la plataforma mayoritaria de distribución de contenidos lineales de radio. Se puede hablar de tendencias y de mejores alternativas, pero de nada más por el momento si efectuamos el sensato ejercicio de poner los pies en el suelo.
El modelo clásico de distribución
de contenidos radiofónicos lineales
Desde los inicios de la
radio hasta nuestros días y si nos “ponemos el gorro” de la ingeniería de
telecomunicación, simplificando mucho, podría decirse que el mecanismo primario
de distribución a la audiencia de los contenidos radiofónicos lineales ha sido
gracias a la propagación en el espacio libre de una onda modulada, compuesta por
una señal de audio (onda moduladora) que se superpone con otra señal que sirve de
vehículo (onda portadora). Esto es la base de lo que se conoce como
radiodifusión sonora terrestre.
El esquema es tan simple como conocido: la señal se emite desde un centro emisor y se recibe en todos los receptores que se encuentren en su zona de cobertura. Por ello, bajo este punto de vista, cualquier servicio de radiodifusión clásico es, en esencia, unidireccional punto-multipunto, asegurando desde su propia concepción que un contenido único se reciba simultáneamente en multitud de receptores. La gran ventaja que ese número de receptores puede crecer –teóricamente- hasta el infinito en la zona de cobertura, puesto que desde el centro emisor se difunde una señal que únicamente debe ser captada por el receptor, sin establecer ningún tipo de vínculo bidireccional entre ambos.
El esquema es tan simple como conocido: la señal se emite desde un centro emisor y se recibe en todos los receptores que se encuentren en su zona de cobertura. Por ello, bajo este punto de vista, cualquier servicio de radiodifusión clásico es, en esencia, unidireccional punto-multipunto, asegurando desde su propia concepción que un contenido único se reciba simultáneamente en multitud de receptores. La gran ventaja que ese número de receptores puede crecer –teóricamente- hasta el infinito en la zona de cobertura, puesto que desde el centro emisor se difunde una señal que únicamente debe ser captada por el receptor, sin establecer ningún tipo de vínculo bidireccional entre ambos.
Este modelo tan básico de
comunicación permitió, desde el principio, fijar
para la radio un modelo de negocio en el que el oyente nunca ha tenido que pagar
por los costes de conexión. Basta con disponer de un receptor capaz de
sintonizar canales en determinadas bandas de frecuencia (Onda Larga, Onda
Media, Onda Corta, Frecuencia Modulada y Banda III, también conocida esta
última como VHF) y capaz de de modular audio analógico e incluso digital bajo
determinados estándares. Con respecto a estos últimos, se trata fundamentalmente
de DAB y DAB+ en Banda III, si bien también es posible (aunque no fácil en
España) encontrar receptores de DRM de Onda Larga, Onda Media y Onda Corta
capaces de decodificar ese tipo de emisiones.
A ello hay que sumar que desde la popularización del transistor como componente electrónico y la consecuente aparición de la “radio de transistores”, la estandarización y las economías de escala permitieron que existiese una oferta amplísima de receptores de radio OM/FM. Y, sobre todo, que el escalón de entrada a este tipo de aparato tuviese en su gama baja un precio totalmente asequible. En resumen: en este modelo, cualquiera puede adquirir por muy poco dinero un receptor básico y escuchar contenidos radiofónicos las veinticuatro horas del día sin más gasto que el consumo eléctrico del aparato, factor poco relevante si está conectado a la red eléctrica o alimentado por pilas y despreciable si está instalado en un vehículo (salvo que se escuche con el motor apagado durante un tiempo prolongado, claro está…).
A ello hay que sumar que desde la popularización del transistor como componente electrónico y la consecuente aparición de la “radio de transistores”, la estandarización y las economías de escala permitieron que existiese una oferta amplísima de receptores de radio OM/FM. Y, sobre todo, que el escalón de entrada a este tipo de aparato tuviese en su gama baja un precio totalmente asequible. En resumen: en este modelo, cualquiera puede adquirir por muy poco dinero un receptor básico y escuchar contenidos radiofónicos las veinticuatro horas del día sin más gasto que el consumo eléctrico del aparato, factor poco relevante si está conectado a la red eléctrica o alimentado por pilas y despreciable si está instalado en un vehículo (salvo que se escuche con el motor apagado durante un tiempo prolongado, claro está…).
La consecuencia más
destacable de este modelo ha sido la universalización de la radio en todo el planeta, tanto
a nivel social como geográfico, con la recepción en movilidad como gran aliada
frente a su hermana “rica”, la televisión.
Javier Sánchez es Presidente del Programa Estratégico de Plataformas de Radio Digital de la UER.
Continúa…
Javier Sánchez es Presidente del Programa Estratégico de Plataformas de Radio Digital de la UER.
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